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El partido gobernante en Japón pierde la mayoría parlamentaria por primera vez desde 2009

  • Sobre el conservador PLD, del primer ministro, Shigeru Ishiba, pesa un escándalo de financiación irregular
  • Las elecciones anticipadas se han celebrado apenas 26 días después del comienzo del mandato de Ishiba

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Japón vota una elecciones parlamentarias anticipadas
Una mujer vestida con kimono vota en las elecciones de Japón. Richard A. Brooks / AFP

La coalición gobernante de Japón, que forman el conservador Partido Liberal Democrático (PLD) y la fuerza budista Komeito, ha perdido su mayoría parlamentaria en las elecciones generales celebradas este domingo, según han confirmado los resultados electorales este lunes.

Es la primera vez desde 2009 que el PLD pierde en unos comicios la mayoría suficiente para gobernar, ya sea en solitario o con su tradicional socio de coalición.

Ambas fuerzas han obtenido en conjunto 215 escaños, por debajo de los 233 que constituyen la mayoría absoluta en la Cámara Baja del Parlamento japonés. El conservador PLD, del primer ministro Shigeru Ishiba, se ha hecho con 191 escaños, frente a los 256 que poseía tras los comicios de 2021; y Komeito ha perdido 8 para situarse en 24, según datos de la televisión estatal NHK.

El gran triunfador de los comicios ha sido el progresista Partido Democrático Constitucional (PDC) de Yoshihiko Noda, principal fuerza de la oposición, que ha incrementado su representación parlamentaria desde los 98 escaños hasta los 148.

Se abre un período de gran incertidumbre política

El conservador Partido de la Innovación, tercera fuerza parlamentaria y con amplia representación en la prefectura de Osaka pese a haber perdido seis escaños y quedarse con 38, ha descartado cualquier opción de unirse al PLD y al Komeito.

"Hasta que el caso de política y dinero no se esclarezca, no podremos confiar en ellos", ha expresado en una rueda de prensa en la víspera el líder de dicha formación, Nobuyuki Baba, en referencia al caso de fondos ilícitos del PLD, que manchó la imagen del partido y debilitó la confianza de sus votantes.

El Partido Democrático Popular, una escisión de la formación de Noda y situado en el centro-derecha, ha conseguido cuadruplicar su representación hasta los 28 escaños, y no se descarta que pudiera unir fuerzas al PDC, mientras que ha mostrado su negativa a cualquier coalición con el PLD.

El conservador y populista Reiwa ha logrado triplicar sus escaños hasta los nueve y el Partido Comunista de Japón ha perdido dos hasta quedarse con ocho, mientras que tres escaños han recaído el Partido de los Mayores y 12 en candidatos independientes.

Los resultados abren un período de gran incertidumbre política para Japón. Tanto el PLD de Ishiba como el PDC de Noda han manifestado su disposición a buscar eventuales alianzas que les permitan gobernar, aunque por ahora han descartado cualquier opción de hacerlo juntos.

El PLD, acosado por una sucesión de escándalos

El castigo electoral que ha encajado el PLD se atribuye sobre todo a la sucesión de escándalos en los que se ha visto envuelto en los últimos años, el más reciente de ellos una serie de casos de financiación irregular de sus parlamentarios que derivó en la dimisión el mes pasado del anterior primer ministro, Fumio Kishida.

Ishiba, que reemplazó a Kishida, se impuso en las primarias de su partido y convocó las elecciones con la intención de consolidarse. Para ello ha hecho campaña con el lema de "respetar las reglas" y de impulsar los principios de honestidad y transparencia, pero este mensaje no parece haber convencido a los votantes. El PLD "no ha podido ganarse la confianza" de los ciudadanos, ha reconocido el propio Ishiba, y "ha sido juzgado con severidad".

En los últimos días de campaña, los medios nipones publicaron que el PLD distribuyó unos 20 millones de yenes (unos 120.000 euros) entre ramas locales del partido lideradas por miembros que no tenían el respaldo oficial de la formación. Esto ha motivado la protesta de la oposición y aumentado las dudas sobre el resultado de las elecciones de este domingo.

El primer ministro también ha sido criticado en las últimas semanas por dar marcha atrás en varias medidas sociales como la posibilidad de que los matrimonios no tengan el mismo apellido y el aumento de los impuestos.