Kamala Harris, la vicepresidenta que podría romper el techo de cristal de la Casa Blanca
- Durante su carrera profesional ha ido marcando diferentes hitos, desde su época como fiscal hasta la de vicepresidenta
- Lograr el voto de hombres latinos y afroamericanos es su mayor reto
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"Romper barreras implica romper cosas. Y cuando rompes cosas, es posible que te cortes. Podrías sangrar. Puede que sea doloroso. Y valdrá la pena, todas y cada una de las veces", afirmó la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, en una entrevista concedida a la agencia Efe antes de asumir el cargo.
El 20 de enero de 2021, Harris se convirtió en la primera mujer y la primera afroamericana o de descendencia asiática en ocupar el cargo de vicepresidenta en Estados Unidos. Pero no ha sido la única vez que Harris rompió un techo de cristal a lo largo de su carrera profesional.
Su trayectoria ha estado marcada por diferentes hitos. Tras haber sido la primera fiscal de distrito de la ciudad de San Francisco y la primera mujer afroamericana en ser elegida fiscal general en el estado de California, logró convertirse en senadora de Estados Unidos.
Ahora, después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decidiera poner fin a su carrera hacia la Casa Blanca, Harris tiene la oportunidad de romper un nuevo techo de cristal y convertirse en la primera mujer presidenta del país.
Hija de inmigrantes en una familia con "obstáculos"
Kamala Devi Harris nació en Oakland, en California, en 1964 y creció en una familia de inmigrantes, rodeada de una comunidad diversa. El padre de Harris, Donald, emigró desde Jamaica a Estados Unidos para estudiar Economía en la Universidad de Berkeley y actualmente es profesor emérito de Economía en la Universidad de Stanford.
Su madre, Shyamala Gopalan Harris, emigró a Estados Unidos desde la India a finales de la década de 1950. En la Universidad de Berkeley se doctoró en Nutrición y Endocrinología. Antes de fallecer en 2009, se convirtió en una reconocida investigadora del cáncer de mama.
Donald y Shyamala eran activistas del movimiento por los derechos civiles e involucraron a sus hijas, Kamala y Maya, el compromiso de luchar por los derechos y libertades de todas las personas. La pareja llevaba a sus hijas a marchas en defensa de los derechos civiles.
Los padres de Harris se divorciaron cuando ella tenía cinco años y, desde entonces, fue criada principalmente por su madre. Shyamala sumergió a sus hijas en su herencia india, pero también las llevó a un centro cultural afroamericano.
Harris, como pionera a lo largo de toda su carrera profesional, está comprometida con cumplir un consejo de su madre: "Mi madre me miraba y me decía: ‘Kamala, puede que seas la primera en muchas cosas, pero asegúrate de no ser la última’", recordó en unas declaraciones en 2019.
"No es alguien que venga de un mundo privilegiado, sino de una familia con obstáculos, pero es alguien que ha luchado toda su vida y ha ganado", asegura en declaraciones a RTVE.es la profesora de Relaciones Internacionales del IE University Alana Moceri. "Es una persona muy luchadora", añade.
Por su parte, el investigador del Instituto Franklin de la Universidad Alcalá de Henares Julio Cañero detalla que Harris "viene de una familia de clase media". "Se ha educado en California, viene de un estado que es muy progresista", añade.
La vicepresidenta se graduó en la Universidad Howard, una universidad históricamente negra en el corazón de Washington D.C., y en la Facultad de Derecho de la Universidad de California Hastings. Allí se unió a Alpha Kappa Alpha, la hermandad negra más antigua del país, y se licenció en Ciencias Políticas y Economía.
De fiscal a vicepresidenta, una carrera de primeras veces
Tras graduarse en la Facultad de Derecho, Harris pasó tres décadas como fiscal de distrito adjunta en el condado de Alameda, en la ciudad de Oakland, donde se especializó en el procesamiento de casos de agresión sexual infantil.
En 2004 fue elegida fiscal de distrito de San Francisco, donde lideró el movimiento por los derechos del colectivo LGBTIQ+ y ofició la primera boda entre personas del mismo sexo.
Seis años después, en 2010, la actual vicepresidenta se convirtió en la primera mujer, la primera afroamericana y la primera estadounidense de origen asiático en ser elegida fiscal general de California, supervisando el mayor departamento de Justicia de un estado en Estados Unidos.
Después de alcanzar la cima de la fiscalía estatal en California, Harris fue elegida senadora en la misma noche en la que Hillary Clinton fue derrotada por Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016. Su campaña recibió el apoyo tanto del entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como de su vicepresidente, Joe Biden, y volvió a hacer historia: se convirtió en la primera mujer afroamericana de su estado en ser senadora y la segunda en la historia del país en lograr ese puesto.
Durante su mandato en el Senado, Harris sirvió en el Comité Judicial de la Cámara Alta, así como en el Comité Selecto de Inteligencia antes de lanzar su candidatura a la Presidencia en 2019.
"Como senadora tuvo un papel relevante en cuestiones de bipartidismo. Siempre ha sido favorable a la restricción de las armas, aunque ella misma reconoce que tiene un arma, pero también ha promovido medidas como que se reduzca el precio de la insulina", asegura Cañero. "Creo que está muy bien preparada, que su actividad en la vida pública le ha ayudado a hacerse fuerte y a enfrentarse a un candidato duro como es un expresidente con esa labia tan particular como es la que tiene Donald Trump", recalca.
Tanto su paso por la Fiscalía como sus intervenciones en las audiencias del Senado le dieron a Harris una fama de dura. "Tenía políticas duras como fiscal en California. No es una demócrata de extrema izquierda, es una demócrata de centro que también cree en la ley, en aplicar las leyes y en un poco de orden", comenta Moceri. "Los republicanos están intentando pintarla como alguien que ha dejado entrar a muchos migrantes, lo que no es verdad (...). Era fiscal de California, el estado más poblado de Estados Unidos y con una economía más fuerte, pero también con una frontera con México muy grande. Conoce estos problemas muy de cerca. Su pasado como fiscal en California y en San Francisco le ha venido bastante bien", opina.
Después de que la entonces senadora abandonara su carrera hacia la Casa Blanca, Biden anunció que Harris sería su compañera de papeleta y se convirtió en la primera vicepresidenta en la historia de Estados Unidos. En su página de campaña, la vicepresidenta se define como "una socia de confianza del presidente" con quien ha conseguido "logros monumentales que cambian la vida de millones de estadounidenses". Sin embargo, precisamente el haber sido vicepresidenta puede ser una de sus desventajas en las presidenciales de este año, aunque la propia Harris ha insistido en que su gobierno no será la continuación de las políticas de la Administración Biden.
"Durante sus años de vicepresidenta, sus niveles de popularidad estaban por debajo de Biden. Tenía muchas críticas dentro del Partido Demócrata. Ha sido muy leal, se ha mantenido cerca de Biden. En los momentos más bajos, ella ha salido a defenderle", explica a RTVE.es la investigadora del Real Instituto Elcano Carlota García Encina.
Los expertos coinciden en que la principal debilidad de Harris es ser vicepresidenta. "Ahora en la campaña electoral tiene que defender de alguna manera su historial en la Administración Biden-Harris. Y eso ahora mismo puede ser un problema para arrancar esos votos de esos independientes o de los que no se movilizan, los poquitos en cuyas manos está la Presidencia", añade.
Una candidatura a la Presidencia con la que ha dado la vuelta a la tortilla
La histórica renuncia a la reelección de Biden supuso un giro radical en el desarrollo de una campaña electoral que se presentaba como un paseo triunfal para el candidato republicano. Tras el debate entre Biden y Trump, el presidente dio un paso al lado y apoyó a su vicepresidenta para que le sustituyera como candidato demócrata. Harris no tuvo ningún rival, de modo que lo que habitualmente conlleva una campaña de entre 12 y 18 meses, enfrentándose a los contrincantes del partido en una lucha por la nominación, en su caso se redujo a menos de cuatro meses sin candidato alternativo.
Menos de una hora después de que Biden anunciara su decisión, los demócratas fueron mostrando su apoyo a Harris como la nueva candidata de su partido para las presidenciales.
Su campaña ha recaudado cifras récord con hasta 671 millones de dólares en los últimos dos meses, casi el triple de lo logrado por el candidato republicano.
Hace un mes Kamala Harris no imaginaba que estaría aquí,
pronunciando el discurso más importante
de su carrera política.
Ha elegido presentarse a los estadounidenses
como una mujer capaz de unirlos, de poner el país y la bandera
por encima de la ideología.
"Una presidenta que escucha, que es realista, práctica,
tiene sentido común, y siempre lucha por la gente".
Frente a Donald Trump:
"Un hombre frívolo,
pero las consecuencias de ponerlo otra vez en la Casa Blanca
serían muy graves", dice ella.
Hija de inmigrantes, promete defender a la clase media.
Antigua fiscal, promete proteger a los ciudadanos.
Hace un mes los demócratas
no imaginaban que esto sería una fiesta.
Desde que Biden renunció, han remontado en las encuestas.
"Ha sido una transformación la energía".
Lo que ha cambiado es la candidata,
no tanto las políticas que propone Kamala Harris.
Aquí ha defendido el derecho al aborto,
medidas para controlar la venta de armas,
ha invitado a republicanos
que prefieren votarla a ella antes que a Trump.
Y ha arrancado aplausos
cuando ha pedido un alto el fuego en Gaza.
En este pabellón, un pequeño grupo de 30 delegados querían más,
ellos exigen al gobierno que deje de enviarle armas a Israel.
Han sido la única voz discrepante
en la convención que ha encumbrado a Kamala Harris.
"Hace un mes que pensábamos que estos globos caerían aquí
por Joe Biden,
pero el partido demócrata ha reinventado su campaña
en un tiempo récord".
Quedan 74 días para las elecciones y su gran reto
es mantener este impulso.
"No sé si (Harris) fue la mejor opción para enfrentarse a Donald Trump, pero sí la única para los demócratas", admite Cañero. "Al final, sí que se ha demostrado que en cuanto se propuso como candidata, enseguida empezó a conseguir dinero, a recibir el apoyo de muchísima gente, incluso de republicanos, como la hija de Dick Cheney", añade.
En la misma línea, García Encina asegura que Harris "ha sabido reaccionar muy bien a la candidatura y ha sabido darle la vuelta a la tortilla". "Cuando le ha llegado la oportunidad lo ha sabido hacer muy bien. Se ha presentado como una candidata potente y ha levantado todo el entusiasmo del Partido Demócrata, que estaba en sus horas bajas", afirma la investigadora del Real Instituto Elcano.
"Se la conocía, quizás no tanto porque es vicepresidenta, pero se la conocía bastante. Las alternativas que había eran gente muy válida, la mayoría gobernadores, pero no había tiempo para poder presentarles y que les conocieran el resto de los norteamericanos", asevera García Encinas, quien reitera que "con el poco tiempo que había era la única opción y creo que la jugada ni ha salido mal". "La carrera vuelve a ser competitiva", subraya.
El reto de lograr el apoyo de hombres latinos y afroamericanos
En los últimos días, la ventaja de Kamala Harris sobre Donald Trump se ha acortado en las encuestas. La demócrata aventaja en dos puntos al magnate neoyorquino, según el promedio de DatosRTVE. En las últimas fechas, algunos estados como Florida, se han decantado hacia los republicanos, mientras que Nueva Jersey u Oregón hacia los demócratas.
"Uno de los puntos fuertes de Kamala Harris es el hecho de ser mujer. Es la primera vicepresidenta de Estados Unidos y puede convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos (...). Es un punto fuerte de cara a atraer a un determinado sector de la población de Estados Unidos que en 2016 no apoyó a Hillary Clinton, pero que en este caso puede apoyar a Harris", comenta Cañero.
"Aunque no ha hecho una explotación de ello, es afrodescendiente, aunque es mitad afroamericana descendiente y mitad india. Eso también puede ser un punto a favor", opina el investigador del Instituto Franklin, quien destaca además que Harris "tiene mucho tirón entre la gente joven".
"Si es capaz de movilizar, como hizo en su día Joe Biden -cosa que Hillary no hizo- movilizar el voto de la gente joven, ahí sí que podríamos ver un paso adelante en la carrera política de Kamala Harris", añade.
Pero la campaña de Harris tiene el reto de lograr el apoyo de los votantes latinos y los hombres afroamericanos. Según la última encuesta publicada por The New York Times y el Sienna College, Harris sigue arrastrando un déficit de apoyo entre estos dos grupos, que ya representaban un reto para la vicepresidenta cuando asumió la candidatura.
La victoria de la vicepresidenta también dependerá del apoyo y la participación de los votantes blancos con educación universitaria, así como de los votantes de los suburbios y de los que tradicionalmente se inclinaban por el Partido Republicano hasta la era Trump.
"A Harris le falta convencer a los hombres latinos y afroamericanos. Lo queramos o no, los hombres de las minorías afroamericana y latina son bastante conservadores, por no utilizar la palabra machistas", señala Cañero. "Ahí tiene un punto débil porque históricamente este grupo sí que se ha movilizado para votar a favor de candidatos demócratas", asevera.
Por su parte, Moceri recuerda que "los que van a decidir la elección es la gente que no está necesariamente consumiendo noticias todos los días". "Es gente que son indecisos y ese es el gran reto", opina la analista estadounidense, quien subraya que Harris "está intentando aparecer como alguien accesible, pero al mismo tiempo muy competente".
Serán todos estos factores los que influyan en si Kamala Harris logrará cumplir un nuevo hito y que, por primera vez en la historia de Estados Unidos, la inquilina de la Casa Blanca sea una mujer.