María busca desesperada a su padre: "Nos atamos unas cuerdas y fuimos a por él, pero ya no había nadie"
"No sé si se lo llevó la corriente o alguien llegó a salvarlo", cuenta María sobre su padre, con el que perdió el contacto a las nueve de la noche del martes. Residen en la localidad valenciana de Sendoví, donde las lluvias no fueron tan intensas como en otros puntos. Sin embargo, la ruptura de una presa cercana provocó una tromba de agua que arrastró al hombre mientras caminaba por la calle. Para protegerse, se aferró con fuerza a un árbol y logró contactar con su familia. En torno a las dos de la mañana, cuando ya había disminuido el caudal, su hija María no se lo pensó dos veces y, junto a un vecino, cogió unas cuerdas para atarse y salió en su busca. "Llegamos al sitio donde nos dijo que estaba, pero ya no había nadie", lamenta.
María trata de mantener la calma y piensa que quizás alguien pudo rescatar a su padre. Los problemas de comunicaciones provocados por las fuertes lluvias e inundaciones dificultan a los familiares contactar con sus seres queridos. Además, los números oficiales, según cuenta, "están colapsados" y apenas reciben información. La DANA que ha afectado especialmente a la provincia de Valencia este miércoles ha dejado ríos desbordados, zonas totalmente anegadas, vehículos arrastrados por la corriente y muchas personas atrapadas, a la espera de ser rescatadas.
Continúa la búsqueda de desaparecidos
Los efectivos de la UME trabajan durante todo el día en la localización de personas desaparecidas. María Luisa ha contactado con La Hora de La 1 para transmitir su preocupación por el estado de su nuera y sus nietos, residentes en Utiel (Valencia). "Estoy llamando y no cogen el teléfono", explica alarmada.
Muchas personas utilizan durante estas horas las redes sociales para solicitar ayuda y tratar de recabar información sobre el estado de sus seres cercanos. Lucía busca a su novio, con el que perdió el contacto a las nueve de la noche. Es un trabajador del Polígono Industrial El Oliveral en Ribarroja del Turia. "Me ha hablado a las 18:30 que estaban achicando agua que se les metía en la nave. A las 19:00 me ha mandado una foto de su coche que estaba casi el agua por las puertas y a partir de esa hora hemos hablado intermitentemente, porque no había cobertura y tenía poca batería", cuenta. A las nueve, recibió un último mensaje en el que le contaba que se encontraba en el segundo piso de la nave, porque el primero estaba inundado.
Álvaro Marín, de 21 años, trabaja desde hace tan solo dos meses como conductor de un camión y permanece desaparecido desde ayer en el mismo polígono. Esther, su tía, solicita colaboración para encontrarlo, ya que se encuentra con el teléfono apagado. Otro trabajador que ha desaparecido durante su jornada de camino al mismo polígono es Leonardo, un repartidor que compartió con su entorno durante la tarde del martes que se inundaba su furgoneta y había chocado con otro vehículo. Desde entonces, no han vuelto a hablar con él y su teléfono sigue desconectado.
El impacto del temporal ha complicado las comunicaciones en las últimas horas, al derribar algunas torres. Además, la falta de electricidad impide cargar los dispositivos móviles. Míriam no consigue contactar con su hermana desde las cinco de la tarde del pasado martes. Reside en Turís (Valencia) y lo último que sabe es que su casa comenzaba a inundarse y trataba de alimentar la batería de su teléfono con un equipo externo.
Jessica también desconoce en qué punto puede encontrarse su hermano Jonathan, empleado de mantenimiento del Puerto de Valencia. Sabe que salió de trabajar a las 14:30 horas del martes, pero duda de si llegó a su vivienda en una urbanización de Montroy (Valencia). "Llevo toda la noche y la madrugada intentando ver vídeos de cómo está esa zona", explica. Hasta el momento, no ha encontrado ninguno. Su referencia son las imágenes de una localidad cercana, donde "ha sido una catástrofe".
La situación de las personas en residencias de mayores preocupa también a sus familiares. Juan desconoce el estado de su madre, Dolores Reyes, en la residencia Savia Paiporta (Valencia). Lamenta que no puede acceder al edificio, ya que las carreteras se encuentran cortadas.
"La última vez que hablé con ella decía que se escuchaba el río muy fuerte y se quedaron sin luz y sin agua", cuenta Juan Manuel, que busca a su hija Alba. Vive en una casa en Torrent y perdieron el contacto a las cuatro de la mañana. Santiago, propietario de un camping en Letur (Albacete), una de las zonas más afectadas, tampoco logra localizar a una de sus trabajadoras y su marido: "su casa ha desaparecido literalmente".
Ya se han producido reencuentros
Otros familiares ya han logrado contactar con sus seres queridos, después de horas de incertidumbre. Es el caso de Irene, que ha podido localizar a su padre y su tío, que permanecían atrapados en una gasolinera. Con ayuda de otra persona, consiguieron subir a la terraza y rescatar a otras dos víctimas, gracias a cuerdas y cables. "Ha sido una noche traumática y han sobrevivido como han podido", relata Irene. Sus familiares le cuentan que no pudieron hacer nada por muchas de las personas que veían.
Isabel ha recibido a lo largo de la mañana la llamada que tanto esperaba. Su hermano y su cuñada se habían protegido del temporal en un restaurante de carretera. Desde la noche anterior, la última información que tenía era que estaban atrapados en una gasolinera, sin apenas batería y lloraban al ver cómo entraba agua en el vehículo.
Riada de coches flotando
"Cuando el nivel del agua llegó a la maneta de la puerta, salí por la ventanilla y subí al techo del coche", recuerda Mari Carmen, que regresaba el martes por la tarde a la autoescuela donde trabaja, cuando se encontró con carreteras cortadas que no podía atravesar y un atasco tras otro. Dentro de su coche y rodeada de otros vehículos, permaneció atrapada mientras subía el nivel del agua. Un grupo de hombres le aconsejó que abandonase el techo de su coche, donde se había refugiado, y que se subiese a una furgoneta para alejarse de la peligrosa corriente. Allí permaneció desde las 19:30 hasta la una y media de la mañana. Recuerda, sin poder contener la emoción, cómo tuvo que agarrarse a una caña para poder avanzar y ser rescatada por la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Otro de los supervivientes no logra borrar de su mente la imagen de los coches flotando a su alrededor. Como tantos otros, había tenido que acudir a su trabajo a pesar del temporal y, en el regreso a casa, la corriente le impidió avanzar por la autovía.
“Sálvate, sálvate, porque viene el agua“
Cuenta que la policía, acompañados de linternas, les indicó que se situasen cerca de barrotes para poder agarrarse en caso de tromba. "Sálvate, sálvate, porque viene el agua", recuerda.
A las cuatro de la madrugada, lograron abandonar llenos de barro el lugar con ayuda de los bomberos y recibieron refugio y algo caliente, aunque apenas ha podido dormir.
En el municipio de Utiel (Valencia), uno de los más afectados, se ha producido un rescate con helicóptero gracias a la colaboración de los vecinos. Javier cuenta que, cerca de su casa, pidió socorro una mujer que estaba atrapada en su hogar de madera junto a su perro y sus gatos. Con ayuda de pañuelo de colores, consiguieron indicar al helicóptero y poner a salvo tanto a la vecina como a sus mascotas. Los vídeos de la operación se han viralizado en redes sociales.
A Juan le despertó el temporal: "vino de repente y al principio me lo tomaba a cachondeo, pensaba que se iría el agua". Cuando fue consciente de la situación, sintió miedo. Temía por la seguridad de sus perros, estaban encerrados en una planta baja en otro punto de la calle. "Hasta las nueve de la mañana no he podido salir, he ido con el agua por las rodillas hasta allí y los bomberos me han ayudado a romper la puerta para sacarlos, que estaban vivos", explica, aunque todavía no ha podido hablar con su familia.
Atrapados en el lugar de trabajo
Después de pasar la noche en el centro comercial Bonaire de Valencia, varias personas se han desplazado ya a sus casas. "Lo hacemos bajo nuestra responsabilidad, nos han dicho que no éramos una prioridad y no nos dirían nada hasta las 11 o 12", explica Bárbara, trabajadora de un restaurante próximo al edificio. Ante la falta de información, han decidido salir por su propio pie. "Lo pasamos mal porque no lo veían lo suficientemente grave", cuenta. Lamenta que, a pesar de que la AEMET había lanzado avisos, desde su empresa no plantearon la posibilidad de no acudir a trabajar: "tenemos que usar el sentido común, eso no puede ser".
A las ocho de la tarde, los teléfonos móviles emitieron una señal de alarma y les autorizaron a marcharse, pero ya era demasiado tarde.
“Ayer nos jugamos el pellejo por vender cuatro cosas“
Una vez a salvo, Bárbara quiere informarse y emprender acciones legales contra la empresa. "Ya no es un tema material, que es lo de menos, es que ayer nos jugamos el pellejo por vender cuatro cosas", condena.
Numerosos empleados de naves industriales han permanecido durante varias horas atrapados en sus centros de trabajo. "El agua venía de un lado y de otro y no podíamos salir", recuerda Ousman. Junto a sus compañeros, subió a una plataforma de elevadores, pero más tarde decidió escalar hasta el tejado para iluminar con una linterna y que alguien les rescatase. No llegó nadie y así han permanecido durante toda la noche, sin comer ni dormir, con frío y la ropa empapada, hasta que la Guardia Civil ha acudido a su encuentro por la mañana.
Mónica es médico en el Hospital La Fe de Valencia y estaba de guardia cuando llegó el temporal. "Vivimos en una casa de pueblo, me llamó mi familia a las siete para decirme que entraba agua, así que iban a coger lo que podían y subir al piso de arriba", cuenta.
“Se han quedado sin agua, sin luz, no tienen nada“
Durante la mañana, ha podido hablar con su hija. Se encuentran bien, pero "se han quedado sin agua, sin luz, no tienen nada". Espera que pronto puedan desplazarse con ella a Valencia para alojarse en casa de un familiar. Desde el hospital, asegura, se ha vivido la tragedia "con mucha angustia, ansiedad e incertidumbre".