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Trump vs. Harris - Biden: ¿está la economía de Estados Unidos mejor o peor que hace cuatro años?

  • El empleo está en máximos históricos y la economía crece por encima del 2% al final del mandato demócrata
  • El poder de compra con los republicanos era mayor, aunque tuvieron que hacer frente al impacto de la COVID-19

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Trump - Harris: Radiografía de la economía en Estados Unidos
La economía, tema central en las elecciones de Estados Unidos Getty Images

“Es la economía, estúpido”. Con este eslogan, en el marco de la campaña de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 1992, el entonces candidato demócrata Bill Clinton apeló al bolsillo de los americanos y ganó. Frente a un George H. W. Bush (padre) centrado en la política exterior, con éxitos internacionales como el fin de la Guerra Fría o la victoria en la guerra del Golfo, el equipo de Clinton (la frase la acuñó su asesor James Carville) supo aprovechar la difícil coyuntura económica del país para darle la vuelta a las encuestas y alzarse con la presidencia, algo impensable unos meses atrás.

El panorama actual dista mucho del de entonces. Si hace tres décadas, Estados Unidos encaraba una nueva legislatura en recesión (el PIB venía de registrar una caída del 0,7%) y con la tasa de paro más alta de la última década (hasta el 7,3%), hoy presume de ser una de las economías más sólidas de los países desarrollados, pese al golpe de la COVID-19 en 2020 y del aumento sin precedentes de una inflación que todavía sigue asfixiando a muchos hogares.

El Producto Interior Bruto (PIB) crece por encima del 2%, los precios se han estabilizado en el 3%, la tasa de desempleo se encuentra en mínimos del 4% y la renta per cápita no ha parado de crecer en estos cuatro años, aunque el aumento del déficit y la deuda puede suponer un grave problema a medio plazo.

“La economía no parece que sea el tema clave ahora mismo a nivel del conjunto del país, aunque en función de si eres votante de un lado o del otro, sí existe una polarización en términos de la percepción: va fatal si eres republicano y muy bien si eres demócrata”, explica a RTVE.es el socio director de Análisis Económico y de Mercados de Analistas Financieros Internacionales (AFI), José Manuel Amor.

En su opinión, “el único tema donde sí que la percepción del público es bastante consistente, tanto si son republicanos como demócratas, es que la inflación y, sobre todo, los precios de los bienes básicos, han subido mucho, pero eso ha sido en todo el mundo”. “No creo que sea achacable solo a las políticas de un gobierno”, recalca, aunque sí cree que podría influir a la hora de decantarse por una u otra papeleta.

Lo cierto es que la economía preocupa y mucho entre los votantes. Según una encuesta de Gallup, para el 52% es “extremadamente importante” y para el 38%, “muy importante”. Los estadounidenses no le daban tanto peso desde las elecciones de 2008, al inicio de la conocida como Gran Recesión.

Esto ha convertido a la economía en uno de los principales caballos de batalla durante estos comicios. No hay mitin, debate o entrevista en la que no esté presente. La vicepresidenta y candidata demócrata a la Presidencia, Kamala Harris, aprovecha cada intervención para sacar pecho de la gestión de su gobierno durante estos cuatro años; mientras el republicano Donald Trump arremete contra la actual Administración y les acusa de "destruir" EE.UU. en estos cuatro años.

Pero, ¿cómo dejó la economía Donald Trump y en qué estado de salud se encuentra tras el mandato de Joe Biden?

Economía al alza y empleo en máximos

“La verdad es que la situación económica difícilmente podría estar mejor”, afirma a RTVE.es la profesora de IE University Gayle Allard. El crecimiento del PIB se situó en el segundo trimestre en el 3% en tasa anualizada, una cifra muy superior al crecimiento del 1,4% de los tres primeros meses del año, según los datos de la Oficina de Análisis Económico de EE.UU. (BEA, por sus siglas en inglés).

Aunque se ha visto lastrada por el aumento de los tipos de interés para contener la inflación, los tambores de recesión durante toda la legislatura no han llegado a materializarse y la economía ha crecido de forma ininterrumpida desde el segundo trimestre de 2022. No obstante, el incremento es inferior al registrado hace cuatro años, aunque entonces el país (como el resto del mundo) se encontraba en plena recuperación tras la irrupción de la COVID-19.

Esto también afectó al empleo. El confinamiento en 2020 llevó aparejado un aumento del paro entre la población estadounidense, que llegó a situarse en el 6,7% cuando Trump terminó su mandato. Antes, este indicador alcanzó su nivel más bajo en 50 años (3,5%).

Con Biden ya en el poder, el desempleo continuó descendiendo y cerró septiembre en el 4,1%. Aunque si por algo se distingue la gestión del presidente demócrata durante estos últimos cuatro años es por la histórica creación de empleo, que ha marcado máximos de 161,8 millones de personas. Desde que Joe Biden asumió el cargo en enero de 2021 hasta septiembre de 2024 se han creado un total de 16,2 millones de puestos de trabajo.

Los precios siguen siendo altos

El principal contratiempo al que ha tenido que hacer frente Joe Biden durante esta legislatura ha sido el aumento descontrolado de los precios. La inflación aumentó significativamente durante los primeros años de su mandato, hasta alcanzar un máximo del 9,1% en 2022, cifras no vistas en cuatro décadas.

Desde entonces, y como consecuencia de una agresiva política monetaria que ha llevado a subir los tipos de interés del 0% al 5,5% en poco más de un año, la inflación se ha moderado hasta el 2,5% en el segundo trimestre y se encuentra en niveles similares a los del final del mandato de Trump. Aunque con el presidente republicano la subida de los precios se mantuvo por debajo del 2% hasta la llegada de la COVID.

Todo ello ha provocado que el porcentaje de población que se encuentra por debajo del umbral de pobreza siga por encima del 11%, según los datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos. “Aunque la inflación se ha moderado, el incremento en el coste de la vida no se ha corregido. Los precios no suelen volver a su nivel original y eso puede favorecer a Trump, porque la gente recuerda en su legislatura precios más bajos… aunque claro, lo eran antes de la pandemia y de la invasión de Ucrania”, sostiene Gayle Allard.

La encuesta ofrecida la pasada semana por Financial Times-Michigan Ross va en esta dirección: la mayoría de los estadounidenses creen que les irá mejor si gana el candidato republicano. “Y todo ello, a pesar de que el paro es más bajo y la economía va mejor”, añade la experta, “pero la gente lo que recuerda es que les costaba menos comprar los alimentos básicos”.

La deuda y el déficit, un riesgo para la economía

Otros indicadores que se han agravado durante la Administración Biden-Harris han sido el déficit y la deuda. Los programas de estímulos desplegados para hacer frente a las consecuencias de la pandemia y para contener la inflación han hecho mella en las cuentas públicas, hasta el punto de que la situación se ha convertido en “insostenible” para el sistema, avisó el pasado mes de julio el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.

El déficit público cerró en 2023 en el 7% del PIB y las previsiones apuntan a que en este ejercicio se elevará hasta el 7,6%. Aunque ha mejorado con respecto a 2020 (13,92% del PIB), es el mayor de las economías avanzadas, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Mientras que la deuda, que ya era abultada antes de que Trump llegase a la Casa Blanca, ha seguido incrementándose con ambos ejecutivos. Con el líder republicano pasó del 70% al 98% del PIB en 2020, la tasa más elevada desde la Segunda Guerra Mundial; y a día de hoy el endeudamiento norteamericano ya es superior a 35 billones de dólares, el 124% del PIB estadounidense. Y se espera que siga creciendo dos puntos porcentuales cada año.

Es un camino peligroso, porque podríamos llegar a una trampa cada vez más difícil: cada vez pago más por los intereses de la deuda, que generan cada vez más déficit... Y desgraciadamente en esta campaña nadie habla del tema”, apunta la profesora del IE.

Según el FMI, de seguir así, la deuda pública estadounidense aumentará hasta el 140% del PIB en 2029, por lo que insta al nuevo ejecutivo que salga de las urnas a realizar “ajustes” cuando antes. Algo, que sin embargo, no prevén los programas de gobierno de ambos candidatos, que se inclinan por seguir recortando impuestos y aumentando el gasto: 7,5 billones de dólares en el caso de Donald Trump, 3,55 billones para Kamala Harris, según datos del Comité por un Presupuesto Federal Responsable.

“Incertidumbre” tras las elecciones

Ante este contexto, desde AFI prevén que la economía estadounidense “siga creciendo a un ritmo algo más moderado”, aunque “todo dependerá” de las nuevas políticas que se pongan en marcha. Según José Manuel Amor, el impacto marginal de una victoria de Trump “puede ser más positivo sobre la economía en general y sobre la Bolsa” a corto plazo, si bien estaría por ver el efecto en segunda ronda de medidas como las rebajas de impuesto o la desregulación. En el caso de Harris, “apenas cambia el escenario en términos macro”, opina, ya que se esperan pocas variaciones respecto a su política económica.

“Estados Unidos funcionará, supongo, con cualquier presidente, pero hay mucha incertidumbre en torno a las elecciones”, señala la profesora Gayle Allard, quien recuerda que “los resultados están muy reñidos”, casi al 50% cada candidato, y “el sistema de voto es complicado porque se tardan días en contar millones de papeletas de todo el país”. Esto, explica, ha provocado que se disparen los temores a que se repita un “desafío” como el de 2020, cuando Trump insinuó que los demócratas le habían robado las elecciones, en el que “se ponga en duda la estabilidad política democrática del país”, lo que podría impactar de lleno en la confianza de los inversores.

A esto hay que añadir los cambios demográficos que se avecinan en Estados Unidos en los próximos años. “No hay que olvidar el envejecimiento de la población. Como en otros países, ya se está empezando a jubilar la generación de los baby boomers y eso está generando muchos conflictos, especialmente en algunas zonas donde se abren fábricas y no hay gente para trabajar”, explica a RTVE.es el profesor de Economía de la Universidad de Yale José Antonio Espín-Sánchez, que apunta a la llegada de migrantes como una solución que, de momento, ninguno de los dos candidatos contempla.

El experto también alerta de los efectos de la guerra comercial con China, la incidencia de la inteligencia artificial o las consecuencias de controvertidas decisiones de la Corte Suprema de EE.UU. como la de recortar el poder de las agencias federales, que se dejará sentir en áreas como el medio ambiente, la sanidad o la regulación alimentaria… y, en última instancia, en los bolsillos de los consumidores. Ya lo decía Clinton: “¡Es la economía, estúpido!”