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Imogen Cunningham muestra la naturaleza esencial de sus fotos en el Thyssen de Málaga

  • Una exposición despliega una treintena de imágenes de la fotógrafa estadounidense
  • 'Imogen Cunningham. Esencias' puede verse hasta el 19 de enero en el Thyssen Málaga

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Imogen Cunningham, exposición en el Thyssen de Málaga
Detalle de 'Colletia Cruciata 7', 1929, Imogen Cunningham.

Imogen Cunningham (1883-1976) fue una fotógrafa única y fundamental en el siglo XX que captó las formas esenciales de la naturaleza, en un diálogo artístico entre cuerpos desnudos y plantas. Hija de un granjero, superó barreras sociales y fue la primera mujer que firmó desnudos masculinos.

Cunningham firmaba sus obras con un sello de tres sílabas chinas I-MO-GEN, que se puede traducir como ideas-sin-fin. El Museo Carmen Thyssen Málaga despliega una treintena de sus fotos pertenecientes a la Colección José Luis Soler Vila en la exposición Imogen Cunningham. Esencias que puede verse hasta el 19 de enero.

La muestra situada en la Sala Noble ofrece un recorrido por la obra más representativa de los años veinte y treinta del siglo XX de esta fotógrafa estadounidense: madre de tres hijos, fraguó un estilo propio con su búsqueda de las líneas puras. Su mirada desprejuiciada sobre los modelos desnudos desafió la moral victoriana de su época.

Imogen Cunningham en el Thyssen de Málaga

'Triángulos', 1928, Imogen Cunningham. Fotografía a las sales de plata.

Cunningham fue una fotógrafa pionera en captar la voluptuosidad del cuerpo humano, autora de una obra honesta, al mismo tiempo poética y transgresora, escapó de las modas y de las imposiciones del mercado. Y fue, asimismo, una artista valiente que contribuyó a la igualdad entre hombres y mujeres a través de su producción.

La exposición entrelaza cuerpos y plantas para manifestar su naturaleza orgánica. Cunningham instaura a partir de los años veinte del siglo pasado, a través de un enfoque muy cercano y con sus juegos de luces y sombras, un nuevo lenguaje muy personal.

La fotografía de Cunningham está muy ligada a sus experiencias vitales: desde sus contactos iniciales con la botánica cuando estudiaba química en la Universidad de Washington, a sus primeros desnudos, con ella misma o su marido, el grabador Roi Partridge, como modelos o a los retratos de familiares y amigos.

Exposición de Imogen Cunningham en Málaga

'Magnolia en flor,' 1925, Imogen Cunningham, fotografía a las sales de plata.

La búsqueda de la calidad en la impresión fue otra de sus preocupaciones, por lo que recurrió a las platinotipias o impresiones al platino (una técnica de positivado que garantizaba una gran calidad de los trabajos gráficos), que conoció de joven y a la que dedicó su posgrado en la Technische Hochschule de Dresde entre 1909 y 1910.

La cámara de Imogen Cunningham intentaba atrapar "ese placer estético que surge de encontrar la belleza en las cosas más comunes", según sus propias palabras. Artista independiente, entusiasta y de curiosidad inagotable, pionera de la mirada femenina sobre el cuerpo desnudo, fue una extraordinaria retratista y cronista de la vida callejera americana en los tiempos de la generación beat y el movimiento hippie.

En la estela del pictorialismo de Gertrude Käsebier, Cunningham arrancó su carrera en Seattle, donde tuvo su primer estudio en torno a 1910. Desde los años veinte, ya en California, cambió las composiciones "artísticas" por una fotografía pura, precisa y directa, próxima a la nueva objetividad y rayana a la abstracción.

Imogen Cunningham en Málaga

'Desnudo', 1939, Imogen Cunningham, fotografía a las sales de plata.

Edward Weston seleccionó diez de sus fotos de desnudos y plantas para la Film und Foto, la primera gran exposición colectiva internacional de la fotografía moderna, celebrada en Stuttgart en 1929. Fue miembro fundador del Grupo f/64, junto a Weston y Ansel Adams, denominado así por la apertura de diafragma (el número f) que permitía una profundidad de campo muy amplia, en la que toda la imagen se volvía muy nítida.

Retratista de personalidades del arte y la cultura, publicados en la revista Vanity Fair, en los años 30, tanteó el fotoperiodismo junto a Dorothea Lange. Desde los cuarenta cultivó "las fotografías robadas" en la calle, escenas que junto a los retratos definieron sus últimos trabajos.

Alejados del erotismo y lo vulgar, sus desnudos son una oda a la belleza del cuerpo y sus formas reflejados con delicadeza y elegancia. Cunningham eleva la fotografía al lenguaje por excelencia de la modernidad, un medio con sus propios recursos para representar la realidad contemporánea e invocar el poder de las pequeñas cosas.

Imogen Cunningham. Esencias

La exposición Imogen Cunningham. Esencias. Colección José Luis Soler Vila muestra una treintena de copias de la fotógrafa estadounidense

Fechas: Hasta el 19 de enero de 2025

Lugar: Sala Noble, Museo Carmen Thyssen Málaga