Los expertos alertan del riesgo de construir en zonas inundables: "No ha habido ningún tipo de control"
- La DANA ha dejado más de 200 víctimas mortales e incalculables destrozos en la Comunidad Valenciana
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En torno a la medianoche de este lunes, un estruendo ha despertado a los vecinos de la calle Buñol, en pleno centro del municipio de Chiva (Valencia). La fachada de uno de sus edificios más emblemáticos, conocido como la Mutua, se ha derrumbado y otras construcciones vecinas han tenido que ser apuntaladas para evitar riesgos entre la población.
Es otro de los efectos del paso de la DANA por la Comunidad Valenciana, que ha dejado más de 200 muertos e incalculables destrozos en la región. En Chiva, el barranco del Poyo atraviesa el municipio y su caudal alcanzó los 15 metros de altura, arrasando todo a su paso.
“La magnitud de la DANA ha sido terrible y aún estamos en fase de evaluación de daños, por lo que es pronto para saber exactamente cuál es el alcance”, explica en una entrevista en el Canal 24 Horas de TVE la presidenta del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia, Marina Sender.
“En estos lugares, en edificios antiguos cercanos a los barrancos, es más fácil que la cimentación se vea afectada”, asegura Sender, aunque considera que “cualquier construcción puede haber sufrido daños” porque han sido numerosos los impactos de los vehículos tanto en plantas bajas como en garajes.
De momento, el Ayuntamiento calcula que las inundaciones pueden haber afectado a unas 15 viviendas, de las cuales una de ellas ha sido demolida por temor a que colapsara. Además, cerca de 100 familias han sido desalojadas de sus hogares.
"No ha habido ningún tipo de control"
Chiva se encuentra en una de las zonas calificadas como de riesgo de inundación, según el Ministerio para la Transición Ecológica, al igual que la mayoría de áreas afectadas por la DANA en la Comunidad Valenciana. Zonas en las que, en opinión del doctor ingeniero de Caminos y profesor titular de Urbanismo en la Universidad Politécnica de Valencia, Joan Olmos Llorens, “no ha habido ningún tipo de control”.
“Hasta un niño de ocho años sabe que al lado de un río no puedes poner una casa porque el río en su curso normal es el que es, pero cuando llega una venida... Esto es tan elemental que a veces da un poco de vergüenza tener que recordarlo”, lamenta a RTVE.es.
El doctor señala directamente a “sectores económicos muy potentes”, a los cuales “en este país es muy difícil ponerles limitaciones”. Entre otros, cita al de la construcción. “Ya lo hemos visto en muchas ocasiones cómo se intentan esquivar los controles administrativos, especialmente los controles ambientales”.
Lo cierto es que no es la primera vez que ocurre. Otra gran catástrofe natural que se recuerda estos días es la riada de Valencia de 1957, que causó 81 muertos al desbordarse el Turia; o la rotura de la presa de Tous en 1987 a causa de las intensas lluvias, con 31 víctimas mortales.
“Por decirlo en términos generales, no tenemos implantada una cartografía de riesgos, que es como la califica el profesor Joan Romero la manera de decir en términos corrientes ‘mire usted que aquí no se puede’, y eso lo estamos pagando muy caro”, añade el profesor.
Geólogos piden mejorar la prevención tras la DANA
En la misma línea, la presidenta del Colegio Oficial de Geólogos, Nieves Sánchez, critica que cada uno construya donde "le va pareciendo", ya que a las administraciones "les da igual" dónde se coloca el edificio. "Esto no es un tema de que vaya, hombre, qué pena, como si fueran actos divinos. Me ha tocado. Pues no, hay una ciencia y un conocimiento que no se utiliza. Entonces, exijámoslo", ha señalado en declaraciones a Europa Press.
Sánchez también recrimina que no se informe a la población sobre si sus casas están en una zona inundable, pues podrían actuar "a conciencia del riesgo" y de manera responsable. Por ello, pide a las administraciones que apliquen "la cultura de la prevención" y que hagan a los ciudadanos “partícipes”, con el fin de que sean conscientes de los riesgos con los que viven y que puedan gestionarlos mejor.
El doctor ingeniero de Caminos Joan Olmos Llorens, por su parte, apuesta por "influir para cambiar la cultura sobre el territorio", aplicando políticas de restauración y de rehabilitación de los cauces. "La palabra es muy sencilla: renaturalizar, que significa que los cauces no hay que canalizarlos con tuberías de hormigón, sino que hay que convertir las riberas de los ríos en espacios naturales".
Esto es precisamente lo que se ha hecho en Ontinyent (Valencia), donde se trabaja en la construcción de un parque inundable en el margen izquierdo del río Clariano, que se desbordó por última vez en 2019 y obligó a evacuar a cientos de vecinos. Las obras han supuesto la demolición de las viviendas más próximas al cauce del río y la creación de zonas verdes en su lugar.
A la espera de conocer los daños en Chiva, el Colegio Oficial de Arquitectos de Valencia ha abierto una bolsa arquitectos voluntarios. Ya superan los 100 para que puedan ir trasladándose a todas estas zonas e ir haciendo las evaluaciones y los apuntalamientos para así evitar males mayores.