Howard, el pato que tuvo que ponerse pantalones para evitar que Donald lo denunciara
- Se publica un integral con el Magazine en blanco y negro protagonizado por el personaje en los años setenta y ochenta
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De entre los miles de personajes que pueblan el Universo Marvel, quizá el más irreverente, osado, irónico y rompedor sea el Pato Howard. Nacido en los años 70, llegó a ser tan popular que protagonizó la primera gran superproducción cinematográfica de un personaje de la editorial: Howard, un nuevo héroe (Willard Huyck, 1986), que también tuvo el dudoso honor de convertirse en el primer gran fracaso de George Lucas (Star Wars). Y su prometedor director jamás volvería a dirigir una película.
Tras ese fiasco, el personaje prácticamente desapareció hasta que, en 2014, James Gunn lo rescató en una escena poscréditos de Guardianes de la Galaxia, saga en la que el pato protagonizó cameos en todas sus entregas. Y que permitió que Howard tuviera nueva colección en Marvel, aunque de corto recorrido.
Un pato que, en los cómics, llegó a presentarse a presidente de los Estados Unidos y compartió aventuras con Spiderman o Hulka.
Howard protagonizó varias colecciones en color en los años setenta, que Panini publicó en dos tomos de su imprescindible colección Marvel Limited Edition. Y también un magazine en blanco y negro, al estilo de La espada salvaje de Conan, que ahora Panini y SD Distribuciones recogen en un imprescindible tomo integral: Marvel Limited Edition: Howard el pato Magazine, en el que nos encontramos los nueve números que se publicaron de esta esta revista orientada a un público más adulto, lo que permitió a su creador, Steve Gerber, aumentar el nivel de critica social y política del personaje, añadir un estilo de humor completamente absurdo (los enemigos de Howard pueden ser desde un sillón parlante a las tazas del desayuno pasando) e incluso mostrar algún desnudo, algo prohibido en los comic books de la época. Sin olvidar que la relación entre el pato y su novia humana hoy no sería posible ni de plantear en un cómic.
Además en estas historias, Howard tiene un nuevo trabajo, el de taxista, lo que lo llevará a conocer a los más variopintos personajes. También volverá a Mundo Pato, su planeta natal, e incluso probará suerte en el cine de superhéroes, en una disparatada parodia de Batman.
Un tomo de casi 800 páginas, con historias inéditas en España, y que también incluye interesantes extras, como relatos cortos pertenecientes a las revistas Crazy o What The, además de material procedente de la adaptación al cómic de la película de Howard. Sin olvidar una saga de cuatro episodios del cómic de Hulka, en la que el pato tenía un gran protagonismo.
Destacar que la mayoría de las historias del magazine están dibujadas por uno de los mayores artistas de la historia de Marvel, Gene Colan (La tumba de Drácula, Daredevil), que es el creador que mejor retrató al pato, y al que el blanco y negro de estas páginas le sienta genial. Curiosamente el Conde Drácula morderá a Howard en estas páginas, pero justamente esa historia no está dibujada por el gran Gene Colan.
Pero también incluye el trabajo de otras leyendas de Marvel como Bill Mantlo, Michael Golden, Gene Colan, Lynn Graeme, Ned Sonntag, Steve Skeates, Steven Grant, Paul Smith, Steve Gerber, Bryan Hitch, Alan Kupperberg, James Fry, Pat Broderick, Michael Weiss, Roger Stern, Vicente Alcázar, Terry Austin, Jim Lee o Fred Hembeck.
El tomo incluye Howard the Duck Magazine 1-9, The Sensational She-Hulk 14-17 y material de Bizarre Adventures 34, Marvel Tales 237, Spider-Man Team-Up 5, Crazy Magazine 26, 28, 50, 51, 53, 54, 59, 63, 65, 66, 68, 69, 71, 72, 74, 75, 77, 82, What If 34 y What The 5.
Resumiendo: un tomo imprescindible para cualquier aficionado a los cómics.
Nació en la colección de 'El Hombre Cosa'
No es raro que este curioso pato debutase en una colección mítica de los 70: El Hombre Cosa (también reeditada en Marvel Limited Edtition) y de la pluma de uno de los guionistas más comprometidos de esos años, Steve Gerber. Junto al dibujante Val Mayerik había convertido la colección del monstruo en un lugar en el que reflejó los cambios radicales que experimentaba la sociedad norteamericana en los años 70. Por eso en sus páginas nos encontramos temas como la cultura de la droga como algo natural, sectas religiosas, lavados de cerebro, acoso escolar, persecución de homosexuales...
Howard debutó concretamente en el Nº 19 de la colección Adventure Into Fear (diciembre de 1973), cuando un mago convocó a seres de otros planetas que se unieron a El Hombre Cosa para derrotar a los malos. Aunque hay que decir que Howard (con su chaqueta, corbata y sombrerito) era más un recurso humorístico que otra cosa.
Pero algo tenía el dichoso pato porque tras apenas cuatro cameos, Marvel decidió darle su propia colección en la que Steve Gerber tendría carta blanca. Y de ahí a convertirse en un personaje de culto: “Salió en una canción de Pretenders (Precious), en artículos de The Washington Post, The New York Times y New York Magazine. Durante un año tuvo su propia tira en los periódicos (el único material que faltaría por publicar en España, aunque es complicado porque ni siquiera se ha reeditado en EE.UU.).
Y como comentábamos al principio, en 1976 se presentó a presidente, y diez años más tarde se convirtió en el primer personaje de Marvel en protagonizar una película de gran presupuesto.
Por cierto que el personaje debía su nombre al mejor amigo del instituto de Steve Gerber: Howard Tockman.
Se presentó a presidente de EE.UU.
En su colección, Howard se convirtió en el alter ego de su creador, Steve Gerber. Y, según sus propias palabras: “Me sirvió para volcar en los cómics mis opiniones políticas, mis alocadas teorías sociales, mi furor por los males de la sociedad, y mi demasiado frecuente confusión por lo complicado de las relaciones personales”.
El punto culminante de ese proceso fue cuando Gerber decidió presentar al pato a la presidencia de EE.UU. en un momento delicado, ya que eran las primeras elecciones tras la dimisión de Richard Nixon.
“En el bicentenario de Estados Unidos –continua Gerber— Howard se atrevió a burlarse de los partidos políticos, sus candidatos hechos en molde, los medios y los votantes voluntariamente ignorantes por la manera en la que se elegía a nuestros líderes”.
Howard también se alzó contra las películas de Kung-Fu, en la cima de su popularidad (inventando un nuevo estilo de lucha, el Quack-Fu), se burló sin piedad de las sectas y sus aborregados seguidores, e incluso ridiculizó la moda de las novelas románticas. Nada escapaba a la ironía de Gerber. ¡Y encima de ser malhumorado y descarado, el dichoso pato fumaba puros!
Un enemigo al que no podía vencer: el pato Donald
Durante una década, el pato gozó de una gran popularidad y su serie contó con grandes dibujantes como Val Mayerik, Frank Brunner, John Buscema, Sal Buscema, Klaus Janson y, especialmente, el mencionado Gene Colan (La tumba de Drácula). Pero se enfrentó a un enemigo al que no podía vencer: el Pato Donald.
Disney amenazó con denunciar a Marvel por las semejanzas de Howard con el Pato Donald y la compañía optó por evitar un conflicto legal llegando a un acuerdo que cambiada ligeramente al personaje, retocando los ojos, los pies… y el cambio más importante: ¡le puso pantalones! Un acuerdo que incluía una clausula en la que se indicaba que el personaje no podía cambiar de imagen sin permiso de la Disney.
En este tomo, Howard el pato. Magazine, concretamente en una aventura del segundo número, presenciamos el momento en el que Howard se enfrenta al Comité por la Decencia Animal, que acabará por obligarlo a vestir pantalones, que más de cuarenta años después sigue llevando, aunque ya no haya ningún conflicto con el Pato Donald, ya que Marvel pertenece a Disney.
Ese conflicto con Disney y el que, en las tiras de prensa, Howard visitara ¡una casa de masajes!, le valió una avalancha de críticas a Marvel, que optó por sustituir a Gerber por otro gran guionista, Marv Wolfman, que aceleró el declive de la colección.
Como Howard se convirtió en un ratón
Este conflicto hizo que Gerber denunciase a Marvel por los derechos de autor del pato, lo que derivó en un largo conflicto legal que acabó con un acuerdo secreto, justo antes del film de Lucas.
Lo curioso es que, para pagar los gastos del juicio, Gerber creó una colección protagonizada por otro pato descarado, Destroyer Duck, que estaba dibujada por el mismísimo Jack Kirby (que también peleaba con Marvel por los derechos de todos los personajes que creó). Una colección llena de momentos delirantes y una crítica despiadada a Marvel. Estaría bien que alguien la publicase en España, por cierto.
Al final, tras ese acuerdo secreto, Gerber volvió a trabajar para Marvel aunque, tras el fracaso de la película de 1986, el pato cayó en el olvido del que solo salió puntualmente con proyectos como una miniserie de 2001 con la que Gerber resucitó al personaje para el sello Max (Marvel), orientado a un público adulto.
Fue entonces cuando Gerber descubrió la cláusula que le impedía tocar ni una sola pluma al pato ni quitarle los pantalones. Así que Gerber pensó ¿Pato? ¿Qué pato? Y decidió convertir a Howard en un ratón (en referencia a Mickey Mouse); lo que demuestra la inteligencia, osadía y mala leche de este gran guionista.
Pero esta serie se quedó como una curiosidad más y Howard desapareció del mapa salvo alguna aparición especial en grandes eventos como Civil War o Invasión Secreta. Hasta su recuperación en Los Guardianes de la Galaxia, que, en 2016, le permitió volver a contar con su propia serie de Marvel.
Una estupenda serie en la que predominaba el humor y la parodia del género superheróico. Quizá no tuviera la crítica social de Gerber pero era uno de los cómics más divertidos del momento. Y es que sus autores, el guionista Chip Zdarsky y el dibujante Joe Quinones, fueron respetuosos con el material original pero también eran conscientes de que no podían igualarlo, por lo que optaron por la comedia más disparatada.
Actualmente, Howard el pato está un poco olvidado, sigue con pantalones y ya no fuma puros porque en la Marvel actual nadie fuma. Pero estamos seguros de que algún día volverá a darnos alguna sorpresa. Es una pena que James Gunn no dedicase un largometraje al personaje cuando estaba en Disney y mucho nos tememos que, con su marcha a Warner, nunca volvamos a ver una película de Howard, aunque siempre nos quedarán sus estupendos e irreverentes cómics.