Periodismo de investigación: el azote de los poderosos
- Chema Olmo ofrece algunas claves para ejercer un periodismo que ponga entre la espada y la pared a los poderosos
Los negocios secretos del rey Emérito, la SupercopaFiles o Los papeles de Panamá. Miles de documentos, preguntas incómodas, perseverancia y una dedicación intachable avalan a Chema Olmo, jefe de Investigación de El Confidencial, quien ha dado muchas claves para ejercer un periodismo que ponga entre la espada y la pared a los poderosos.
Eran las cuatro de la tarde, en otro de los habituales días nublados de Madrid. Un Madrid en el que coexisten dos mundos: el aire fresco y otoñal de la calle junto al calor desmedido del metro. Era uno de esos días que cualquier periodista tiene marcado en el calendario. Tras recibir las visitas de excelentes profesionales como Patricia Simón, Bill Lyon o Anna Surinyach, le tocaba el turno a Chema Olmo.
Un tipo de gran estatura, con la elegancia del periodista de ciudad, a diferencia del reportero intrépido. Camisa azul clara de la marca GANT –metida por dentro, obviamente–, unos vaqueros y zapatos marrones clásicos. Hablaba con la voz grave y tenaz, que captaba la atención de los presentes, y un desparpajo acorde a una persona de semejante trayectoria.
En su primera intervención, Chema ya dejaba entrever por dónde iban a ir los derroteros de su ponencia: "El periodismo de investigación existe para contarle a la gente lo que los poderosos no quieren que sepas". Una, dos y hasta en tres ocasiones ha repetido la misma frase. Tan obvia como necesaria en una escuela de futuros periodistas, sobre todo si tenemos en cuenta el sesgo de la profesión en la actualidad.
En esa misma línea, ha desvelado algunas de las fuentes con las que contactar para obtener informaciones jugosas como los tribunales, en lo que respecta a fiscales y jueces, o a las partes implicadas en un conflicto.
Desligar el interés de la fuente
Una persona ingenua podría pensar que las fuentes revelan información sensible con el objetivo de hacer un mundo mejor. Pero Chema no es tonto, o al menos no lo parece: "Casi todas las fuentes cuentan algo con el objetivo o motivación de joder a la otra parte". Lo tiene muy claro. Cualquier información se le proporciona al periodista por una motivación personal. "El objetivo es saber desligar el interés de la fuente del interés de los lectores", subrayó.
“El café́ es el nexo de unión entre un periodista y una fuente “
Acto seguido, en un ejercicio de veteranía y periodismo de la vieja escuela, ha preguntado si alguna persona pediría una información vía correo electrónico o WhatsApp. Se han escuchado algunos síes, algún depende, incluso hay quien se ha atrevido a preguntar "si por teléfono valdría". La respuesta ha sido tajante. Para Chema Olmo, la única opción válida, o al menos la que él conoce, es la del café́. Y es que el café́ es el nexo de unión entre un periodista y una fuente porque mientras te lo tomas observas los gestos, la mirada, incluso puedes descifrar si la fuente miente o no. Eso y que no se bebería un Gin tonic con una fuente.
Ante la atenta mirada de incredulidad de algunos alumnos, Chema Olmo descubría un mundo lleno de posibilidades, con estrategias como persuadir a una persona con frases del estilo "es un asunto que os afecta" o "tengo una información que quisiera confirmar con vosotros antes". Un conjunto de tácticas honestas que juegan con la baza de dejar la intriga en la cabeza de la fuente. Brillante.
La honestidad del periodista
Otro aspecto muy relevante, que parece ser la tónica general de los profesionales que imparten el máster, es la honestidad. No hay clase en que esa palabra no salga a la palestra como el elemento esencial del buen periodista. Es una cuestión tan básica como difícil de encontrar en el ejercicio actual.
En torno a ella ha girado la siguiente reflexión. Chema Olmo es una persona que se cuestiona el constante sesgo al que están sometidos muchos colegas de profesión. Pero la reflexión va más allá de que el periodismo ideologizado no sea ético, sino que este tipo de periodismo renuncia a conocer la mitad de la información. En palabras de Chema: "Es como si renunciasen a tener dos piernas o dos ojos".
Esa reflexión la sostiene con argumentos. Se considera monárquico, pero ante el descubrimiento de los negocios oscuros de Juan Carlos I decidió no quedarse callado y publicar sus investigaciones como prueba de que los hechos van por delante de la ideología. Y es esa la sensación que transmite. Un hombre muy correcto, que evita hablar desde un lado o de otro. No da por sentado quienes son los buenos o los malos, ni siquiera si los hay.
“La realidad se analiza desde un lado y desde el otro“
Otra prueba de ello ha sido el habitual análisis de la información internacional previo al inicio de clase. Lógicamente, el tema estrella –y más reciente– ha sido el bombardeo a uno de los campos de refugiados en Gaza. Se ha abierto un debate sobre el asunto. Sin embargo, antes de comenzar su sesión ha querido hacer hincapié en que si habíamos leído acerca de los misiles lanzados por Hezbolá que habían impactado en una base israelí dejando cuatro muertos y siete heridos graves. Como decía, la realidad se analiza desde un lado y desde el otro.
Como colofón: Manolo. Este es el nombre hipotético que Chema Olmo ha utilizado para esgrimir una crítica al sistema de organización vertical en el que la información de un reportero raso debe pasar, en el mejor de los casos, por cinco personas antes de ser considerada por el director. ¿Desventajas? Sencillo. La competencia lo publica antes que tú. Adiós historia y adiós trabajo de meses, incluso de años.
"Empezad por historias que estén a vuestro alcance"
Además, el tratamiento de la información es otro de los inconvenientes de esta organización, según Chema. Un mensaje que pasa por cinco receptores diferentes es muy susceptible de que llegue incompleto o adulterado al destinatario original, que es el director. Unas veces, por incapacidad de quien lo transmite, otras por presiones políticas que obligarían a un mal periodista a ocultar una información que perjudique a su partido político.
En todo caso, Chema Olmo es el ejemplo de buen periodista. El ejemplo de un profesional que conoce el mundo y sabe cómo funcionan los entresijos de los medios de comunicación. "Si os queréis dedicar a esto, tampoco os flipéis. Empezad por historias que estén a vuestro alcance". Y es que, al final, "Juan Carlos I tenía a 3.000 agentes a su servicio en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y yo, no tenía ni un boli", ha concluido. Set y partido.
*Alejandro Picó Peinado, es alumno de Máster de Formación Permanente en Reporterismo Internacional de la Universidad de Alcalá de Henares y RTVE. Esther G. Pérez, redactora jefa de Sociedad, ha supervisado la elaboración completa de este texto.
Escuela de reporteros
Todo reportero que se precie, y más si su ámbito de insaciable curiosidad es el mundo mundial, ha de pasarse la vida estudiando. Leer, leer y leer es tan importante como vivir, porque el lenguaje es su materia prima, la herramienta para intentar contar y descifrar la realidad.
Este espacio es un cuaderno experimental para quienes cursan el Máster de Reporterismo Internacional auspiciado por RTVE Instituto y la Universidad de Alcalá. Cada vez que alguien relevante pase por sus aulas o dicte una clase magistral habrá una crónica que dará cuenta de lo más valioso, lecciones para nutrir la mirada, en realidad los cinco sentidos.