William Lyon, el carpintero de la escritura sencilla, simple y directa
- El periodista reflexiona sobre la redacción y edición en la prensa
- Subraya la importancia de pensar en el lector antes de escribir y dedicarle el máximo tiempo a la organización
Nada más entrar por la puerta, las alumnas más puntuales se vieron sorprendidas por un hombre ensimismado. Diez minutos antes de que comenzase la clase, un señor que, a pesar de sus apariencias (traje negro y pañuelo de lunares), balbuceaba para sus adentros la lección que iba a impartir. Ni siquiera los saludos de los compañeros podían desconcentrarle. Una vez comenzada la clase, todos los prejuicios se desvanecieron: para el asombro de todos los alumnos, un hombre que rozaba los 80 se levantaba a hacer malabares imaginarios para explicar el uso de las comas.
Esto fue solo un preludio de la lección. De hecho, comenzó con unos estudiantes aterrorizados por las preguntas de Lyon con nombre y apellido. Él, que se dirigía amenazante como un profesor cuando pasaba lista en el colegio, lanzaba las preguntas más fáciles y de sentido común para un periodista, pero más incómodas de responder para un estudiante: "¿Cuántas noticias habéis leído hoy y en cuántos periódicos?". Lyon, quien nos incitaba a ser unos newsjunkies, unos osados y unos "echados para adelante", no se daba cuenta en ese momento de que lo que nos estaba pidiendo en realidad era ser como él.
Más adelante, la lección tomaba un rumbo cada vez más académico. Para Lyon, un reportaje se debe reducir a lo que incluyes, dónde lo colocas y cuánta extensión le vas a dedicar. De ahí la importancia en la organización, la redacción y la edición de la noticia. Mientras la clase cogía cada vez más ritmo, el profesor se veía atosigado por las dificultades tecnológicas. Un hombre tan ágil que cuando no entiende cómo funciona internet exclama: "¡Patricia, socorro!".
Por otro lado, Lyon era lo suficientemente inteligente como para, a pesar de la falta de material audiovisual, montar un reportaje de calle en la misma aula. Una reportera, un cámara y el entrevistado, interpretados por tres compañeros, seguían la batuta de un enérgico director de orquesta. El profesor, cansado, pero siempre con sentido del humor, ansiaba después de la performance un largo descanso, pero solo si era para tomarse un gin-tonic.
Hay que pensar en el lector antes de escribir
Con una clase de Will Lyon se entiende que hay que pensar en el lector antes de escribir y dedicarle el mayor tiempo posible a la organización.
“El más valioso de todos los talentos es no utilizar dos palabras cuando puedes utilizar una“
Según él, se debe luchar contra el problema del contenido y el estilo para que el lector no tenga que descifrar el lenguaje. Simplemente en su discurso se puede apreciar la importancia de la sencillez en la escritura. Un ejemplo de ello es cuando recuerda sus tiempos en la redacción de El País: "¡Joder, qué gran placer leer un punto y aparte!", decía. Se refería a frases cortas que eviten crear obstáculos al lector. Tal y como decía Thomas Jefferson, al que ha querido recordar: "El más valioso de todos los talentos es no utilizar dos palabras cuando puedes utilizar una".
Escribir de forma sencilla, simple y directa
La edición también ha sido un punto clave en su lección.
El profesor ha querido hacer hincapié directamente en la importancia de escribir de la manera más sencilla, simple y directa. Fruto de esta idea ha comenzado la parte más práctica de la lección. Lyon ha querido mostrar errores comunes en la redacción periodística: frases muy largas, que carecen de un nexo informativo y que suelen aburrir al lector.
En su libro, La escritura transparente, Will comenta que terminar la carrera de Periodismo es "como querer ser carpintero. Te explican los tipos de árboles, de herramientas y de muebles, pero jamás entras en un taller". Sin duda, hoy, los alumnos salen del aula con más que una lección aprendida. Bajo sus brazos llevan un manual detallado del Ikea de cómo montar paso a paso un mueble.
*Andrea Carrera y Martín Jiménez son alumnos de Máster de Formación Permanente en Reporterismo Internacional de la Universidad de Alcalá de Henares y RTVE. Esther G. Pérez, redactora jefa de Sociedad, ha supervisado la elaboración completa de este texto.
Escuela de reporteros
Todo reportero que se precie, y más si su ámbito de insaciable curiosidad es el mundo mundial, ha de pasarse la vida estudiando. Leer, leer y leer es tan importante como vivir, porque el lenguaje es su materia prima, la herramienta para intentar contar y descifrar la realidad.
Este espacio es un cuaderno experimental para quienes cursan el Máster de Reporterismo Internacional auspiciado por RTVE Instituto y la Universidad de Alcalá. Cada vez que alguien relevante pase por sus aulas o dicte una clase magistral habrá una crónica que dará cuenta de lo más valioso, lecciones para nutrir la mirada, en realidad los cinco sentidos.