Catástrofe medioambiental en la Albufera: "¿Vamos a estar 50 años comiendo arroz intoxicado?"
- El barranco del Poyo desemboca en este espacio natural, por lo que gran parte de los residuos han ido a parar allí
- Sigue la última hora de las inundaciones provocadas por la DANA | Cómo ayudar a las víctimas
El Parque Natural de la Albufera, uno de los ecosistemas españoles de mayor valor ecológico, se ha convertido también en una de las grandes víctimas de la catástrofe provocada por la DANA. Si bien la tragedia humana es la prioridad absoluta en estos primeros días después de la riada, la medioambiental es otra de las secuelas que tarde o temprano habrá que atender, puesto que millones de kilos de residuos han ido a parar a este humedal, con una importante repercusión potencial para la salud de los habitantes de Valencia y l´Horta Sud.
El barranco del Poyo no desemboca en el mar, sino que lo hace en la Albufera, y una gran parte de los residuos arrastrados por la riada han ido a parar allí. También han quedado anegados de basura los campos de arroz, el cultivo de regadío más importante de la zona y uno de sus principales pilares económicos. "El desborde del barranco ha arrastrado millones de kilos de plásticos que ahora están esparcidos por los arrozales y por la propia Albufera, y en algún momento se tendrán que quitar, porque si no, los agricultores van a trabajar el campo y lo van a incorporar al suelo, y entonces ya no se podrá recuperar", expresa a RTVE.es Eva Tudela, de Acció Ecologista - Agró, una organización que desarrolla su trabajo en el ámbito de la Comunidad Valenciana.
Una semana después de la riada, ella ha acudido junto con compañeros de su organización al Tancat de la Pipa, en Catarroja, una pequeña reserva enclavada en la orilla norte de la laguna de la Albufera. Han llegado allí para ayudar a limpiar acequias, y el panorama que se han encontrado ha sido desolador. "La Albufera está llena de plásticos y otros residuos más tóxicos derivados de los combustibles de los vehículos, refrigerantes, líquidos de freno, miles de cajas de medicamentos… Todo eso está flotando por el agua", describe con angustia.
"Lo veo todo muy negro ahora mismo", confiesa, y cuenta que "en otras ocasiones, como la pantanada de 1982, o las riadas que ha absorbido la Albufera anteriormente, no han tenido este volumen ni han arrastrado esta cantidad de plásticos y residuos". "Hace 40 años no teníamos la vida emplasticada, como ahora. Mires por donde mires, es todo plástico", se lamenta.
La Albufera valenciana está considerada como uno de los tres grandes humedales de España, junto con Doñana y el Delta del Ebro; y abarca una superficie de aproximadamente 21.000 hectáreas, de las que la mayor parte —unas 15.000— están ocupadas por campos de arroz. "Aquí se va a cultivar el año que viene nuestro arroz. ¿Vamos a estar 50 años comiendo arroz intoxicado de plástico?", se pregunta Tudela.
En la zona cero de las inundaciones
El Parque Natural de la Albufera comprende algunos de los municipios más afectados por las inundaciones, como Alfafar, Massanassa, Catarroja, Sedaví o Albal. En el humedal, salvo acciones muy puntuales, la retirada de residuos aún no ha comenzado, porque la prioridad es terminar antes con las labores de rescate. Buzos, apoyados por drones y pequeñas embarcaciones, siguen peinando la zona para localizar a desaparecidos, cuyos cuerpos podrían haber sido arrastrados hasta ese lugar por la riada.
"Aún es pronto para poder decir con seguridad cuáles van a ser los efectos a corto y largo plazo", valora por su parte Ignacio Moncho, técnico de la Fundació Assut, otra organización sin ánimo de lucro que lucha por preservar los sistemas litorales del territorio valenciano, especialmente la Albufera y la comarca de L’Horta. "La principal afección que puede haber, más que la cuestión de calidad de aguas y la repercusión medioambiental que pueda tener, es la gran aportación de residuos que está llegando, ya que los barrancos han ido limpiando toda la cuenca de drenaje", asegura a RTVE.es.
Según describe, en este tipo de avenidas, como la que desbordó por completo a la Rambla del Poyo y golpeó con brutalidad a la zona de L´Horta Sud el pasado 29 de octubre, "la primera ola suele ser la más sucia, porque es la que recoge todas las basuras, todos los vertidos… Incluso químicamente es la más perjudicial". Aunque, dentro de lo malo, este especialista también cree que "si a partir de ahora entra agua de calidad, se irá diluyendo poco a poco y se recuperará", ya que los humedales "tienen una resiliencia muy grande; una capacidad de amortiguación y de recuperación bastante pronta".
Uno de los mayores temores actuales es que el evento catastrófico de la semana pasada haya destrozado las instalaciones de tratamiento de aguas residuales urbanas e industriales, puesto que la Albufera cuenta con una red de colectores conectados con depuradoras que la mantiene a salvo de este tipo de contaminación. "Si estas instalaciones se han visto afectadas, no tratarán adecuadamente las aguas que son vertidas a los cauces, y empeorará la calidad del agua", asegura Moncho.
"Entiendo que cuando se cubran las necesidades básicas de la población, que es obviamente lo prioritario, se emprenderá la recuperación de la Albufera, con la retirada de los residuos, porque si no se hace, afectarán al ecosistema a largo plazo", advierte el técnico de la Fundació Assut.