Nadar: "Truman Capote es un personaje fascinante lleno de contradicciones, miedos y genialidad"
- Coincidiendo con el centenario del escritor, publica Truman Capote. Regreso a Garden City, con guion de Xavier Bétaucourt
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Este 2024 recordamos el centenario del nacimiento de Truman Capote (1924-2024) y el 40 aniversario de su muerte. Uno de los grandes escritores norteamericanos, autor de clásicos como Desayuno con diamantes (1958) y A sangre fría (1966), considerada la primera novela de no ficción. Sumándose a los actos de homenaje, el periodista y guionista francés Xavier Bétaucourt (Bouclier humain) y el dibujante español Pep domingo, más conocido como Nadar (El mundo a tus pies, Transitorios, Fatty, el primer rey de Hollywood), publican Truman Capote. Regreso a Garden City (Astiberri), en la que narran el regreso del escritor al lugar de los asesinatos que narró en A sangre fría.
Nadar nos confiesa que tenía una vinculación especial con esa novela: "A Sangre fría es uno de los libros de mi vida. Es una lección magnífica de cómo gestionar la información en un relato para que no puedas parar de leer. Lo he leído un par de veces más a lo largo de los años y siempre lo he encontrado brillante, fresco y cautivador, con una prosa y un ritmo dignos de un maestro".
En cuanot a su opinión sobre Truman Capote, el dibujante nos comenta: "En la medida de lo posible, intento separar la obra y la vida personal de un artista (tarea difícil hoy en día), así que, durante años, Capote ha sido el escritor de ese libro que tanto me gustaba. No sabía nada más de él. Con el tiempo, he ido conociendo su personalidad, especialmente para dibujar el cómic, y me he encontrado un personaje igualmente fascinante, lleno de contradicciones, miedos y genialidad. No me extraña que se haya escrito tanto sobre él".
Capote regresa al lugar del crimen
El cómic comienza con el regreso de Capote a Garden City en marzo de 1967, para visitar el rodaje de la película que Richard Brooks rodó sobre su novela (A sangre fría), en el mismo lugar en el que sucedió el brutal asesinato de cuatro miembros de una misma familia en un pequeño pueblo rural de Estados Unidos. Un acontecimiento que hará recordar a Capote su relación con los asesinos y el proceso de escritura de la novela, dos hechos que le afectarían profundamente.
Capote pasó seis años escribiendo el libro, durante los que mantendría una cercana relación con los dos asesinos, Richard Hickock y Perry Smith, que finalmente serían condenados a muerte. Sobre todo con Perry, como puede verse ene le cómic: "Creo que el núcleo emocional de la historia se encuentra ahí -nos explica Nadar-. Capote se sentía identificado con él. Eran como las dos caras de una misma moneda. El reverso luminoso y el tenebroso..."
"Su relación con Perry era bastante nociva, turbia y desigual, plagada de emociones contradictorias, de amor platónico y tensión sexual -añade el dibujante-. Capote solía decir (o eso cuentan) que ambos habían nacido en un entorno muy similar, con claras privaciones afectivas y materiales, pero que Perry había salido por la puerta de atrás y él por la de delante".
¿Un escritor obsesionado con la fama y la farándula?
En el cómic vemos a un Truman Capote obsesionado con la fama y la farándula que presume de conocer a Marilyn Monroe. "No sé a ciencia cierta si eso era así -afirma Nadar-. Nadie lo puede saber, supongo. Lo que está claro es que se ha convertido en un personaje de ficción, del cual se han hecho películas y escrito ríos de tinta, lo cual nos da una idea de lo compleja que era su persona y del interés que suscita. Es imposible sustraerse de todo esto, pero Xavier se ha centrado en los dilemas personales de Capote, en lo que rodeó a la génesis y la escritura de su libro más célebre, y no tanto en su vida pública".
El cómic también refleja la relación de Truman Capote con el también novelista Jack Dunphy (1914-1992): "Una de las cosas que no sabía de Capote -asegura Nadar-, es hasta qué punto su vida privada y pública eran tan dispares. Jack Dunphy, quién fue su pareja durante gran parte de su vida, renegaba de todas esas amistades con la jet set".
Hablando del guionista, es la primera vez que colaboran juntos y preguntamos a Nadar cómo ha sido la experiencia: " Xavier ha escrito un guion impecable y robusto. Me dejó margen para interpretarlo como quisiera, para que estableciera el ritmo que me pareciera oportuno. Lo único a lo que tenía que ceñirme eran a los fragmentos de la película que aparecen dibujados. Nos hemos entendido muy bien, respetando el espacio y las decisiones de cada uno".
"No busco el parecido físico sino su espíritu"
En cuanto al dibujo, preguntamos a Nadar si le ha resultado complicado pillar el punto a un personaje que tiene una fisonomía tan reconocible. "Siempre me cuesta llegar a la esencia de un personaje -nos confiesa-. No busco tanto un parecido físico (que también) sino su espíritu, si es que puede llamarse así. Soy exigente en esto, no me gusta caer en la caricatura facilona, y menos con un personaje como Truman. Una vez tengo claras las formas básicas del personaje, puedo trabajar con él libremente".
Nos ha gustado como Nadar juega con las gafas de Truman Capote dejando ver, o no, sus ojos, con fines narrativos: "Las gafas han tenido un papel fundamental en su aspecto, puesto que Capote vivía de cara a la galería, como se dice popularmente. He querido transmitir esta idea de farsa y ambigüedad con sus gafas, las cuales no siempre dejan ver sus ojos".
Sobre la documentación, el dibujante asegura que no ha sido un problema: "Hay bastante documentación disponible. Lo más difícil es hacer vivir a los personajes, hacerlos tuyos. Respecto a la época, para mí lo importante es que sea verosímil".
Destaca también el uso del color con fines narrativos: "Quise hacer patente el contraste entre las partes en blanco y negro (que son interpretaciones gráficas de fotogramas de la película de Brooks) y las partes en color, de forma que quedara clara la diferencia entre la ficción y la realidad", nos explica Nadar.
"He hecho una obra maestra, pero me ha matado"
Lo curioso es que, tras el enorme éxito de A sangre fría, Truman Capote no volvería a terminar ninguna otra novela y sucumbió a sus adicciones muriendo el 25 de agosto de 1984, a los 59 años. Según el informe forense por "enfermedad hepática complicada por flebitis e intoxicación por múltiples drogas".
Y es que, el desgaste que sufrió durante la escritura de A sangre fría le pasó factura, como nos comenta Nadar: "Él mismo lo dice en el tebeo (más o menos): "He hecho una obra maestra, pero me ha matado". Creo que la tesitura emocional, moral y ética en la cual tuvo que vivir Capote durante su escritura le dejó tan exhausto que nunca pudo recuperarse del todo. El vasto éxito de la novela sumado a los problemas y adicciones del autor no ayudaron precisamente a que pudiera seguir escribiendo".
Por último, preguntamos a Nadar sobre sus proyectos: "Estoy haciendo un cómic largo en solitario con Astiberri y espero poder empezar en breve una nueva colaboración con Xavier, en la cual adaptamos al cómic una novela. Nada que ver con personajes reales".
Aquí tenéis la portada del cómic en la que podemos ver a Capote junto a la también escritora Harper Lee (Matar a un ruiseñor), que fue clave en la gestación de A sangre fría.