DANA: Tanto hervir agua como tomarla embotellada favorece un consumo seguro en los municipios afectados
- Hervir el agua es una medida habitual en situaciones de emergencia, al eliminar la mayor parte de microorganismos
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Miles de personas continúan sin agua potable en los grifos de sus casas, tras el impacto de la DANA. El Ministerio de Transición Ecológica, liderado por Teresa Ribera, ha recomendado hervir el agua para consumirla de manera segura, una medida que ha criticado Carlos Mazón. El presidente de la Generalitat Valenciana insta a los vecinos a recoger el agua embotellada que se distribuye de forma gratuita en los puntos de avituallamiento de las distintas localidades.
El debate se produce mientras en 60 municipios todavía se estudia la calidad del agua, en cinco no es apta y 12 aún no tienen suministro. Rafael Mujeriego, catedrático de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y presidente de la Asociación Española de Reutilización Sostenible del Agua (ASERSA), destaca que la medida de hervir el agua es una garantía sanitaria ampliamente utilizada en situaciones de emergencia. "Hervir el agua durante uno o dos minutos elimina prácticamente todos los microorganismos", explica. Este procedimiento es común en países como Estados Unidos, donde las autoridades emiten avisos de "boil water" en situaciones de riesgo, como lo han hecho recientemente en Florida.
Mazón, en su crítica a las recomendaciones del Ministerio, ha utilizado la expresión "calentar agua". El catedrático experto en ingeniería ambiental destaca que hay un matiz técnico importante entre calentar y hervir: "Calentarla siempre es beneficioso, pero sin duda la garantía y la seguridad se establece a los 100 °C". Esta medida es muy efectiva para eliminar bacterias y otros patógenos presentes en el agua. Sin embargo, como señala Rafael Mujeriego, no terminaría con contaminantes químicos que pudieran estar presentes.
Desafíos en la distribución de agua potable tras la DANA
Muchos vecinos que ya han recuperado el suministro en sus hogares todavía se muestran desconfiados, aunque las autoridades indican que su consumo es seguro, especialmente si se siguen algunas pautas, como dejar que corra el grifo unos minutos o limpiar los depósitos. Desde la Conselleria de Sanitat insisten en que el agua tiene una calidad apta, pero piden cautela: "No podemos garantizar la situación una vez entra a las viviendas porque su estado es muy diferente y habrá que valorar cada una".
El restablecimiento de un servicio de agua potable seguro y constante depende de varias fases. Según el experto, los puntos críticos incluyen las instalaciones de captación, las plantas de potabilización y la red de distribución. "Si el problema es de las instalaciones, el único remedio es reponer y esto puede llevar varios días", explica. Cuando no existe un problema en las infraestructuras, es el momento de preguntarse por la calidad del agua que sale por el grifo, que está bajo la vigilancia continua de las empresas suministradoras.
El temporal ha generado graves problemas en las instalaciones de localidades como Silla, l’Alcúdia, Guadassuar, Alcàsser y Pedralba. En algunos municipios, como Massanassa, el acceso al agua potable es restringido y solo está disponible durante algunas horas del día. Se prevé que la restauración completa del servicio de agua potable en las áreas afectadas se consiga en unos diez días, según las autoridades.
Dos opciones complementarias
Los puntos de distribución de agua embotellada, habilitados en los municipios afectados, garantizan que los ciudadanos dispongan de agua potable sin necesidad de procesos adicionales de desinfección. Para Mujeriego, ambas opciones son complementarias: "Si el agua que sale por el grifo tiene una contaminación importante, porque así lo han determinado las compañías suministradoras o la autoridad sanitaria, puede ser conveniente recurrir al agua embotellada. Para los otros usos, a no ser que el agua sea groseramente inaceptable, no es necesario".
En circunstancias normales, aclara el experto, "las compañías suministradoras de agua potable ofrecen un producto inmejorable". Añade que, si bien alguna persona puede tener predilección por utilizar cierto tipo de agua embotellada, el agua del grifo es "absolutamente segura". Además, insiste, se trata de la fuente de abastecimiento más económica, ya que se estima que un metro cúbico ronda los uno o dos euros, frente a los al menos 100 euros que costaría la misma cantidad de agua embotellada.
Según el experto, es fundamental que las autoridades sanitarias y las compañías suministradoras informen de forma clara sobre el estado del agua en cada municipio para ayudar a los ciudadanos a tomar decisiones con conocimiento. "Es importante conocer la valoración de las entidades suministradoras sobre la calidad del agua para enfatizar la opción más segura en cada caso", asegura. Para lavarse los dientes o limpiar alimentos, también conviene hervir el agua como medida preventiva. En el caso de la ducha, se aconseja cerrar la boca para evitar la ingestión de agua, mientras que para cocinar o utilizar el lavavajillas, la alta temperatura de estos procesos suele ser suficiente para reducir el riesgo de patógenos.
La gestión adecuada del agua en un contexto de cambio climático
¿Qué ocurriría si un día los suministradores de alimentos de todo el país decidieran que van a ofrecer toda la comida necesaria pero solo una vez a la semana? Es la pregunta que plantea Rafael Mujeriego para reflexionar sobre la gestión de recursos en un contexto de cambio climático. "Como ciudadanos, tendríamos que reorganizarnos. Lo mismo sucede con el agua", responde.
La experiencia de California, con una latitud similar a la española, refleja que los ciclos de lluvias y sequías se han acentuado. "La irregularidad se contrarresta con regularidad. Esto significa almacenar en época de abundancia para poder disponer en épocas de escasez", explica. España cuenta con recursos, como acuíferos o embalses, que han permitido hacer frente al desafío hasta ahora.
Sin embargo, el experto recuerda las palabras de Einstein: "Si seguimos aplicando los mismos métodos que hemos aplicado hasta ahora, obtendremos los mismos resultados que hemos tenido hasta ahora". El cambio de las condiciones pluviométricas, meteorológicas y climatológicas implica, según expone, la necesidad de modificar la forma de afrontar esa irregularidad. En Los Ángeles se produjo el año pasado un desastre similar al de la DANA, "algo inaudito". Desde entonces, explica el experto, han trabajado en "llevar el agua de inundación directamente a embalses u otros dispositivos fuera de los ríos para poderla utilizar cuando hay escasez".