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Condenan a uno de los hermanos que mataron a su madre en Castro Urdiales a seis años de internamiento

  • El hijo mayor ha recibido la pena máxima posible para su edad: cinco por asesinato y uno por agresión sexual
  • El ataque fue premeditado por ambos hermanos e intentaron encubrirlo como un secuestro

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Condenan a uno de los hermanos que mataron a su madre en Castro Urdiales a seis años de internamiento

El Juzgado de Menores de Santander ha condenado a seis años de internamiento en un centro de menores a uno de los hijos adoptivos el pasado 7 de febrero mataron a su madre, Silvia L.G., de 48 años, en Castro Urdiales (Cantabria). El menor, que en el momento de los hechos tenía 15 años, ha sido condenado a la pena máxima posible para su edad por los delitos de asesinato y agresión sexual, con la circunstancia agravante de parentesco y sin ninguna atenuante por su estado mental.

Aunque haya cometido dos delitos graves, la ley impide expresamente superar los seis años; es decir, se piden cinco años por el delito grave de asesinato y solo se puede añadir uno más, hasta seis, por el de agresión sexual.

Además, se le imponen al hijo mayor tres años de libertad vigilada con el contenido educativo que se determine y se le prohíbe acercarse a menos de 300 metros a su padre, sus abuelos y su tío maternos, que han ejercido de acusación particular.

Según han precisado fuentes jurídicas, es una sentencia de conformidad acordada entre las partes, incluida la familia de la víctima, que ha ejercido de acusación particular, y aceptada por el acusado.

El otro hermano, que tenía 13 años, es inimputable al tener menos de 14.

El ataque fue premeditado, según la sentencia

Según expone en la sentencia, el ataque fue premeditado por ambos menores, procedentes de Europa del Este, y se produjo cuando la mujer estaba comiendo en su vivienda de la calle Monte Cerredo. El mayor la acuchilló varias veces mientras el hermano pequeño la sujetaba.

Siguiendo el relato de los hechos probados recogidos por la sentencia, la víctima comenzó a sangrar abundantemente, entonces el mayor le quitó la ropa y "con ánimo libidinoso le introdujo varias veces los dedos en la vagina", motivo por el que ha sido condenado por agresión sexual.

Después la cubrieron con bolsas, le ataron pies y manos con cinta aislante, la llevaron al garaje ―directamente comunicado con la vivienda― y la introdujeron en el coche. Posteriormente, con la intención de eliminar huellas y simular que habían sufrido un secuestro, limpiaron el rastro de sangre y dejaron una nota en la mesa de la cocina en la que se podía leer la palabra 'ayuda'.

Los hermanos colocaron el cuerpo en el suelo de la parte trasera del coche, donde fue encontrado por la Guardia Civil a las 20:45 horas del mismo día de lo sucedido. El mayor arrancó el vehículo, pero como no sabía conducir, lo empotró contra la pared. Así que dejaron allí el cadáver y huyeron, aunque previamente se hicieron con la tarjeta bancaria de la madre y su móvil.

Los menores respondieron una de las llamadas de la abuela al teléfono de la madre pasadas las ocho de la tarde y dijeron que habían sido "secuestrados". La mujer avisó a la Guardia Civil, que acudió a la vivienda y descubrió el cadáver en el coche.

Los hijos fueron localizados pasada la 1:30 horas de la madrugada en el parque Cotolino, a menos de un kilómetro de su casa. Según la autopsia, la muerte de la madre se produjo entre las 18:00 y las 21:00 horas por desangramiento debido a múltiples heridas por arma blanca. También presentaba otras lesiones.