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'SuperBollo', una superheroína lesbiana en un "universo repleto de protagonistas transmaricabollo"

  • Se publica su segunda aventura, SuperBollo contra el Código Binario y hablamos con sus autoras
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Detalle de la portada de 'SuperBollo'
Detalle de la portada de 'SuperBollo'

Hace cuatro años, en 2020, el colectivo Parole de Queer publicó SuperBollo contra la L.E.F.A., un cómic reivindicativo que revertía el rol clásico del superhéroe desde el feminismo y lo queer. Y en el que participaban 11 artistas de España, México, Argentina y Canadá. Ahora el personaje regresa en una nueva aventura: SuperBollo contra el Código Binario (Kaótica libros), con guion de Parole de Queer (Áles Torres & Irene Sala) y dibujos de la ilustradora y muralista Galletamaria (María Martínez)

Y para empezar, preguntamos a sus guionistas cómo nació y qué Parole de Queer. “Parole de Queer surge en el año 2009. Veníamos de Barcelona, de vivir el movimiento transmaricabollo, el movimiento posporno, de conocer a Paul Preciado, Annie Sprinkle, Judith Butler o Donna Haraway, de experimentar la gran efervescencia “queer” que se dio en esta ciudad a principios de los 2000. En un momento dado, Áles e Irene, tuvimos la necesidad de reflejar y compartir estas vivencias y todo lo que se estaba gestando en ese mundo disidente”.

Fue entonces cuando decidieron publicar la revista Parole de Queer:  “La editorial del primer número, publicado el 15 de abril de 2009, comenzó justo en un homenaje a todo esto: “Nosotras hemos visto cosas que no creeríais. Maratones post-porno en Galaxias Contemporáneas, deliciosas “queerruptions” en Estrellas Okupadas, nosotras que hemos visto a Judith Butler, Donna Haraway y a nuestro maravilloso Paul B. Preciado…todos estos momentos no se perderán en el tiempo…” Y justamente ese ha sido el espíritu de Parole de Queer, ser un archivo en tiempo real de la acción y la producción de las minorías de género y sexuales. Y que todas esas prácticas y discursos queden registrados y perduren”.

“Con siete números en la calle creemos que, Parole de Queer, se ha convertido en un referente de las teorías queer, transfeministas y antiespecistas en el Estado español. Y ha contado con la participación de filosofes, escritores o artistes como Paul B. Preciado, Itziar Ziga, Del Lagrace Volcano, Shu Lea Cheang, Catia Faria, O.R.G.I.A, Lazlo Pearlman, Annie Sprinkle, PostOp o Sayak Valencia, entre muches otres”, añaden las guionistas.

SuperBollo, mucho más que una parodia de Superman

Pero… ¿Cómo nacieron SuperBollo y su alter ego, la periodista Korki Kent? “SuperBollo –nos cuenta Parole de Queer-, como todas las geniales ideas surge en una noche de fiesta. En casa, bebiendo y fumando, comenzamos a filosofar sobre la falta de referentes que mujeres, bolleras y personas disidentes teníamos en un territorio cómo es la ciencia ficción y que estábamos huérfanas de superheroínas que fueran lesbianas. Y ahí sentimos la necesidad de crear una superheroína bollera y rodearla de un universo repleto de protagonistas transmaricabollo”.

“Además, queríamos visibilizar ya con el mismo nombre que la protagonista era lesbiana –continúan-. No queríamos medias tintas, ni que hubiese ninguna duda al respecto. Y una vez decidimos todo esto, quisimos buscarle un villano a su altura. Enseguida descartamos enfrentar a nuestra SuperBollo contra los villanos habituales en los géneros de fantasía o ciencia ficción afines al capitalismo y patriarcado cómo por ejemplo un animal (Godzilla, King Kong), extraterrestres (Alien, ET, Depredador) u otras nacionalidades (rusos, árabes, chinos)”.

“Porque al final estos productos mainstream tienen la necesidad de luchar contra el otro. Y para ese capitalismo y patriarcado, las bolleras, maricas, trans también somos la otredad, los otros y nunca nos enfrentaremos contra les afines. Así que a SuperBollo había que buscarle un archienemigo que no fuera una persona concreta, sino que debía luchar contra una estructura, un sistema y el régimen que nos oprime a las disidentes de género y sexuales, cómo no, es el patriarcado. En el primer volumen lo llamamos L.E.F.A. (liga exterminadora de feminazis antisistema) y en esta segunda aventura lo hemos apodado el Código Binario”, concluyen las guionistas.

Una apropiación de Superman y otros superhéroes

Pero… ¿Hasta qué punto es SuperBollo una parodia de Superman? “Más que una parodia –aseguran las guionistas-, es una apropiación de Superman y de otros superhéroes. En la narrativa tradicional, estos personajes se nos presentan como salvadores, pero en realidad siempre luchan a favor del poderoso. Batman es un capullo que lucha por mantener el establishment. Superman es otro capullo que podría ser perfectamente un votante conservador”.

Nosotres, en cambio, somos les monstrues –añaden-, somos la alteridad, somos el enemigo de este sistema patriarcal y queremos crear nuestres propies heroines. Aunque es verdad, que quizá, SuperBollo más que una heroína es una antiheroína. Su alter ego, Korki Kent, tiene una personalidad tímida, no tiene demasiadas habilidades sociales y además se aleja de los patrones de belleza normativos. Es una super butch desde pequeñe. Y es esa potencia bucht y esa mirada disidente, politizada e idealista lo que le ha dado el poder para luchar contra las desigualdades, las discriminaciones y el mal”.

Preguntamos a las guionistas qué poderes tiene SuperBollo. “Hemos querido hacer guiños a la comunidad bollera y reírnos de nuestros propios estereotipos y convertirlos en armas letales –nos comenta Parole de Queer-. Así hemos cogido insultos cómo camionera y lo hemos convertido en un poder, el poder camión, una postura sexual cómo las tijeretas y la hemos transformado en un arma letal o un ejemplo de acción colectiva y reivindicativa bollera cómo puede ser la batucada hasta transformarla en una poderosa arma de destrucción”.

“En definitiva, SuperBollo, siempre vence porque tiene las mejores armas que se puedan tener. Es decir, los saberes de las luchas transfeministas y antiespecista, el poder de la amistad y además es bollera”, concluyen las guionistas.

Contra el Código Binario

Y como no hay ningún superhéroe sin un gran supervillano, preguntamos a las guionistas quién es el malvado de esta segunda entrega: “En esta ocasión SuperBollo y sus amigues se enfrentarán al Código Binario. Una malvada corporación que opera a nivel mundial para someter y “normalizar” a mujeres cis heteros y disidentes. En esta segunda entrega, el mal se ha sofisticado un poco. Para ello nos hemos inspirado en narrativas distópicas y películas como 1984, Un mundo Feliz, La naranja Mecánica, Robocop. Así el malvado Código Binario ha modificado a manadas de hombres voluntarios para crear a los Normalizadores, máquinas de mutación genética que se dedican a dar caza a todas aquellas personas que no están de acuerdo con el régimen normativo”.

“Además de las actuaciones de los Normalizadores, asistiremos a una terapia de conversión a manos de “El Alto Tribunal del Género Correcto” en un intento de convertir a SuperBollo en una señorita de zapato de salón y escote palabra de honor”, añaden.

“El cómic cuenta con numerosos cameos, que pueden recordarnos a personas de la vida real. Tenemos muchos cameos –nos comentan las guionistas-, y también muchas referencias a nuestra historia queer, al feminismo y a la disidencia. Son parte de nuestra vida y no queremos que se olviden. Invitamos a un recorrido e investigación por las calles de La Peora, el barrio utópico que hemos inventado y donde transcurre parte de la trama. En él podréis encontrar referencias a Pedro Lemebel, Judith Butler o María Galindo”.

“Como cameos –añaden las guionistas-, en el equipo “amigues”, tenemos por un lado a De La Ziga Volcano que es un cameo de la escritora y amiga Itziar Ziga. También hay un cameo de Paul B. Preciado que, en esta nueva aventura, es uno de los personajes principales llamado ORA-CULO Pol B. T. Hemos hecho este cameo por la importancia que ha tenido Paul en nuestras vidas (recordar que nos regaló un maravilloso prólogo para el SuperBollo contra la L.E.F.A) y parte de este guion está inspirado en su Manifiesto Contrasexual y en un artículo que escribió hace unos años titulado Después del libro imprimamos la carne . Que nos ha servido de punto de partida para crear las bio-impresoras 3D que en manos del Código Binario servirán para normalizar a las mujeres y personas disidentes”.

“En el equipo de los “villanos” –añaden-, hay unos cuantos conocidos, pero tal y cómo está el panorama podríamos haber puesto muchos más, por ejemplo algún que otro periodista/tertuliano-a/presentador-a/productor-a. Pero, en esta aventura, como villanos aparecen el establishment de la iglesia, del mundo de la moda, los políticos de extrema derecha… pero también cierto feminismo rancio y reaccionario que comparte discurso con esa derecha fascista. Así tenemos personajes como Pérez Rollete, Tolstonaro, el Ovixpo, Dolci & Tabarra o Tirria Falcó. ¡Hay que leer el cómic para ubicarlos!”.

“Intenté evitar el cuerpo normativo de Superman”

Si el anterior cómic estaba dibujado por 11 artistas, aquí la encargada de dar vida a SuperBollo es Galletamaria, a la que preguntamos cómo ha cambiado el personaje en estos cuatro años: Diría que el cambio más significativo es que mientras que en la primera historia SuperBollo cambia en cada capítulo (consecuencia de las visiones de les diferentes dibujantes que la diseñan) en este número se trata de un personaje único durante todo el libro. Intenté acentuar su carácter naïf con una cara de rasgos muy simples, pero mantener un cuerpo gordo y fuerte que para mí constituye la potencia del personaje”.

“SuperBollo, al igual que Superman, contiene en realidad dos personalidades, la súper heroína y la periodista Korki Kent. Para ello me apropié de la fórmula de las gafas para cambiar de estado, pero intenté, eso sí, evitar a toda costa el cuerpo normativo de Superman”, añade la dibujante.

En cuanto a sus secundarios favoritos, Galletamaria destaca: “Amo a De la Ziga Volcano, porque tiene un power que no se lo aguanta y a W.I.T.C.H porque, aunque no lo sabe, como la mayoría de las periodistas, tiene un superpoder imprescindible para La Peora”.

Un barrio transfeminista alejado de la norma

Galletamaría no solo ha recreado al personaje sino también su universo y el barrio en donde transcurren sus aventuras: “La Peora es el barrio utópico, alejado de la norma, transfeminista, antiespecista, antifascista, antiracista y divertidísimo que inventaron Parole de Queer y en el que a mí me encantaría vivir. Un lugar alejado de los horrores que nos persiguen como disidentes y construido como refugio y hogar de un amplio espectro de identidades queer”.

“Este barrio autogestionado –añade la ilustradora-, es un reflejo de proyectos de centros sociales, cooperativas, centros liberados, asambleas de barrio, eventos y locales queer con los que he convivido y otros que les Parole me contaban. Crearla ha sido un viaje en busca de referentes, una mezcla de vivencias, visitas, preguntas e investigación”.

“Ha sido complejo llevar a lo gráfico conceptos concretos de un guión enrevesado, intentando mantener la coherencia del texto con la imagen. Si la asamblea, la orgía, el mercadillo y la vida diaria confluyen en un mismo espacio, ¿Cómo imaginar ese espacio?, ¿Qué tipo de estructuras se necesitarían para una orgía llena de cuerpos diversos? ¿Cómo diseñar un barrio en el que animales y humanes convivan cómodamente? ese tipo de preguntas me surgían todo el tiempo y creo que intentar contestarlas con diseños ha sido lo más divertido”, concluye la dibujante.

“Hacen falta más referentes queer”

Preguntamos a Galletamaria si cree que hacen falta más referentes queer como SuperBollo: “Como en cualquier otro ámbito, claro que hacen falta, aunque solo sea por justicia histórica. Recuerdo a Nazario más desde el underground y las primeras cosas que veía con ojos sorprendidos, Alison Bechdel que vino después y últimamente cosas de Tillie Walden, Jillian y Mariko Tamaki, Julie Maroh, Kabi Nagata, Teresa Castro, Xulia Vicente, Femiñetas, etc. pero me siguen faltando cosas, claro”.

Pero… ¿Hasta qué punto cree la dibujante que el humor es necesario para transmitir los mensajes del personaje? “Creo que más que importante, es necesario, muchos de estos mensajes van muchas veces acompañados de un lenguaje muy académico, muy formal o muy solemne y creo que, para llegar a un público mayor, el humor es un vehículo imprescindible de conexión”.

“Por otro lado –añade Galletamaria-, hemos tenido ya sobredosis de humor rancio de señores que ocupan mucho espacio, quizá es el momento de reír y reflexionar desde otros prismas de realidad. Creo que reírnos de nosotras mismas también es una herramienta poderosa de transformación social”.

“Dentro del espectro queer caben muchas realidades”

En cuanto a su estilo, Galletamaria asegura: “Me cuesta mucho definirlo, pero creo que tengo un estilo hacia el cartoon naturalista, trabajado en un 2D de líneas suaves pero de contornos marcados. Yo vengo del graffiti y de la ilustración así que creo que está fuertemente marcado por eso. Me preocupaba sobretodo que el dibujo acompañara coherentemente al texto, había escenas muy complejas de guión que requerían arquitecturas fantásticas, muchos personajes y una narrativa frenética”.

“El próximo reto –continúa la dibujante-, quizá sea evitar la literalidad, pero de momento, me conformo con que les lectores no se pierdan. Por otra parte, uno de los pilares del cómic es que dentro del espectro queer caben muchas realidades, por lo que estar alerta a lo que eso supone ha sido todo un reto. Trabajar el diseño de personajes no normativos sin caer en estereotipos manidos es uno de los desafíos que más me motiva como dibujante”.

‘Hormonas liberadas’, un fanzine que regalan con la primera edición

El cómic también incluye un fanzine. “Hormonas liberadas –nos explica Parole de Queer-, es la revista que se publica en La Peora, el barrio okupado donde conviven nuestras amigues en el extrarradio de Barcelona. En la primera entrega del SuperBollo contra la L.E.F.A llamamos Ovarios Liberados a nuestro particular Daily Planet (el periódico donde trabaja Superman). Pero una vez que la historia pasa a desarrollarse en La Peora pues se decide que esta revista/fanzine sea más inclusiva y cambiamos el nombre por Hormonas Liberadas”.

“Para nosotres que venimos de una tradición fanzinera era importante que se pudiese plasmar en papel todo aquello que habíamos imaginado con Hormonas Liberadas. En cierta forma este fanzine ayuda a que se entienda un poco mejor qué es La Peora y cómo se organiza. ¡Le da cuerpo al cómic!”

“Para ello –continúan las guionistas-, les dijimos a les colaboradores que imaginaran que viven en La Peora y debían escribir un artículo, un horóscopo o pasatiempos, pero siempre desde ese lugar. En este fanzine podemos encontrar las firmas de De La Ziga Volcano (aka Itziar Ziga), Bajo Rufian, Elena Urko, Colectivo Post-op, Durruti & Ulisses Menade, Perla Mor de Deu, WITCH y Korki Kent”.

“Lo de regalarlo con la primera edición era una forma de celebrar que SuperBollo está otra vez en la calle”, concluyen

El futuro de SuperBollo

En cuanto al futuro de SuperBollo, Parole de Queer nos comenta: “La idea es continuar la saga y realizar una tercera parte. ¡Buscamos una trilogía! Si en la primera parte SuperBollo lucha contra el terrorismo machista, en la segunda contra el binarismo de género, en la tercera luchará contra un mal que ya está aquí cómo es el fascismo (mucho más con el nuevo triunfo de Trump), una lacra donde la teoría queer será la mejor aliada de SuperBollo en su cruzada”.

Por último, preguntamos a las guionistas ¿Qué preguntas les gustaría que se hicieran los lectores de SuperBollo? “Nos gustaría que la gente hiciese un ejercicio de reflexión y se plantease hasta qué punto hemos sido adoctrinades para sustentar este mundo binario, obligatoriamente hetero, machista, especista, clasista, xenofobo, capacitista, violento, competitivo. Que pensasen en qué tipo de discursos y enseñanzas hemos recibido desde pequeñes para hacer de todo esto lo “normal". Podrían pararse a pensar hasta qué punto están conforme con sus vidas y las repercusiones de estas sobre lo que nos rodea”.

“Nos gustaría que llegase a les lectores la idea de que tenemos que imaginar nuevos mundos en los que la justicia social sea para todes los sintientes y aquí incluimos a les otres animales”.

“Creemos que desde las disidencias tenemos la obligación de imaginar y empezar a crear ese mundo que queremos habitar. Y tenemos la certeza que las personas disidentes, las personas que hemos sido discriminadas hemos sido el motor del cambio, aunque aún quede mucho trabajo por hacer”, concluye Parole de Queer.