Álvaro Pombo agradece el dinero del Cervantes porque "es lo último que voy a ganar un poco sólido"
- Confiesa que va a gastar "con parsimonia" los 125.000 euros de dotación económica
- Avanza que está escribiendo una novela sobre las guerras de África
El flamante ganador del Premio Cervantes 2024, Álvaro Pombo, hace gala de su sentido del humor al agradecer el galardón en la Real Academia Española de la Lengua y confiesa que su dotación económica, 125.000 euros, es "lo último que voy a ganar un poco sólido".
Responde que va a gastar estos euros "con parsimonia, porque ando muy mal hoy en día" y "me han venido muy bien". Reflexiona sobre el dinero que "por suerte o por desgracia es un tema importantísimo, clásicamente castellano, de hidalgos y labriegos, de ahorrar y no ahorrar, manirrotos y tacaños, un tema muy español".
Describe que el dinero se va "en las tarjetas, en el pescado, en la plaza. No en los vicios, ni en las juergas". Añade que "el dinero se ríe de mí, nunca he tenido ni mucho ni poco, solo para vivir decentemente. Recuerda que de joven se hizo una cartilla de ahorros en el Banco de Santander y su madre le decía que iba a ser un manirroto de viejo y "eso no es verdad".
Sostiene que sus padres y sus abuelos no entienden el mundo moderno, donde "el dinero no cunde" y recita unos versos que su madre repetía con frecuencia mirándole fijamente: "Los dineros se han de amar pues sin ellos muchas cosas legitimas y piadosas no se pueden alcanzar".
Fenomenología de la fragilidad
De cara a su discurso de aceptación del Cervantes, que se producirá el 23 de abril de 2025 en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, sostiene que "los niños y los locos dicen las verdades" y que en su obra cumbre Cervantes "quería hacer una fenomenología de la fragilidad". Matiza que, hay que ajustarlo bien, porque "es una complicación decir que Don Quijote estaba loco, Cervantes no lo dice, dice que era ingenioso".
Preguntado por su formación filosófica se considera "un buen aficionado a la filosofía", ni filósofo, ni pensador, se define como "narrador". Frente al peso de los conceptos y el fondo de la filosofía, Pombo quiere tomar "algo de su color" y asegura que "la elocuencia filosófica es muy hermosa".
Sobre su narrativa, se confiesa "una persona que no tiene agarre de lo real" y ha llevado a su prosa "la falta de sustancia". Indica que de historias psicológicas "que me inventaba que tenían una relación con la existencia", es decir "relatos psicológico costumbristas", poco a poco fue entrando en la novela histórica, con la vida de San Francisco de Asís, un encargo de la Editorial Planeta, pero concluye: "De algún modo, tengo la impresión de que no he tomado en serio ni la ficción ni la Historia".
Historia e ironía
Cita a Ortega y Gasset: "El hombre no tiene naturaleza, tiene historia". Cree Pombo que somos "seres fruto de una circunstancia histórica" y admite que "le pesa la historia de España". Avanza que está escribiendo una novela histórica sobre las guerras de África, pero que está "la historia sin coses bien y la ficción también".
Pombo se ha referido a la ironía y ha advertido que puede ser "mortal" para el que la practica. "La ironía cervantina es no tenérselo creído. No es un sentimiento primario, es secundario", ha afirmado antes de añadir que escribir es trabajoso y "nunca terminas de estar satisfecho".
"La ironía puede ser mortal para el irónico, porque también es no tomar nada en serio. Eso es mortal. Por eso es un arma de doble filo. La frase de no tenérselo creído es muy importante porque lo que sale es un producto reflexivo", ha dejado caer en un discurso lleno de meandros y digresiones.