Ángela Molina: "'Polvo serán', como la vida, es una mezcla de drama y comedia"
- También hablamos con el actor Alfredo Castro y con el director, Carlos Marcet-Marqués
- Una película premiada en los Festivales de Toronto y Valladolid, que llega a los cines este viernes, 15 de noviembre
Polvo serán, de Carlos Marqués-Marcet (10.000 km, Los días que vendrán) es una de las grandes películas españolas de este año, que viene precedida por su éxito en los festivales de Toronto, donde ganó el premio Platforn, y el de Valladolid, donde consiguió el galardón a la mejor dirección y obtuvo una mención especial para sus dos protagonistas: Ángela de Molina y Alfredo Castro. Una sorprendente y emocionante cinta sobre el derecho a elegir nuestra propia muerte, que mezcla drama, musical y comedia. La cinta cuenta con la participación de RTVE y llegará a los cines el próximo 15 de noviembre.
Polvo serán cuenta la historia de Claudia (Ángela Molina), que sufre una enfermedad terminal y decide acabar con ese sufrimiento en una clínica de Suiza. Su esposo Flavio (Alfredo Castro), que no se ha apartado de su lado desde hace más de cuarenta años, decide acompañarla en ese viaje sin retorno.
"Claudia no quiere que Flavio abandone la vida -nos comenta Ángela-, porque ella ama la vida. Ella es la que se tiene que ir. Pero le ama tanto que respeta su decisión como un acto de supremo amor. Aunque al mismo tiempo le pregunta: ¿Por qué no te quedas a disfrutar de tus hijos, de tus nietos, del café, de la vida, de la luz, del aire, de la belleza, del milagro de estar vivos? Pero claro, como todo eso lo hemos disfrutado tan conscientemente juntos. Pues queremos seguir disfrutando hasta lo que desconocemos juntos".
"La película, como la vida, es una mezcla de drama y comedia -añade Ángela-. La vida es para reírse de todo, porque ya es lo suficientemente grave como para que no sepamos reírnos de nosotros mismos.
La película se inspira en una pareja real
La película se inspira en un caso real, como nos comenta su director, Carlos Marqués-Marcet. “Yo hacía tiempo que venía dando vueltas a poder hablar sobre el fin de la vida, porque me ayuda a prepararme para lo que viene y esto nos viene seguro. Y unos amigos me comentaron que eran parte de una asociación suiza de muerte asistida (Dignitas) y lo querían hacer los dos juntos. Y les propuse a ellos dos, junto con su hija, sus amigos… hacer un taller de investigación. Fue como decir: “Vamos a ver qué pasa aquí, que sucede. Y a partir de todo ese trabajo, de lo que fue surgiendo y la investigación que hice, se construyó esta locura.
“En cuanto a esa posibilidad de muerte asistida –añade Carlos-, la gente de Dignitas trabaja porque tengamos la posibilidad de escoger nuestro final. Es absurdo que podamos escoger tantas cosas de la vida, pero no podamos elegir como queremos acabarla”.
“Y, sobre todo –añade el director-, me gustaría establecer un debate sobre el tema. Porque creo que se evitarían muchas muertes trágicas si pudiésemos hablarlo, concebirlo, establecer canales seguros para que eso, si llega el caso, y en ciertos casos, pueda ser posible. Yo creo que es un debate fundamental, precisamente, para defender la vida, luchar también porque uno elija libremente cómo quiere acabarla, puede ser una manera también de salvar muchas vidas·.
Dos actores que logran conmovernos
Cuando la película fue premiada en Toronto, Atom Egoyan, presidente del jurado, destacó "las conmovedoras interpretaciones de Alfredo Castro y Ángela Molina". "Creo que es la cosa más hermosa que podían decirnos", asegura Ángela Molina.
"Además -añade Alfredo-, en Toronto nos pasó una cosa muy bonita, al acabar la proyección una señora se acercó a Carlos y le dijo: "Estoy pensando en esto". Y si una película es capaz de conmover a una persona que quiere dejar de sufrir y ayudarla a tomar una decisión, sea en el sentido que sea, eso es maravilloso".
Pero.. ¿Cómo se consigue esa enorme química y complicidad que muestran en la película?. "Yo creo que es amor y admiración mutua", asegura Ángela.
"Es una mezcla de las dos cosas -añade Alfredo-. Recuerdo un momento muy especial de la dictadura en Chile, cuando nos llegó un VHS con Las cosas del querer, que estaba prohibida. Traficábamos con la película entre la gente del teatro y del cine. Y veíamos a Ángela. Y era realmente maravillosa. Por lo que para nosotros Ángela sigue siendo un amor, una alegría... una de las más grandes. Por eso ha sido tan importante para mí, trabajar con ella" (una declaración ante la que Ángela no ha dudado un momento en abrazar a su compañero).
"Ángela es puro fuego"
"Ángela y Alfredo son los dos primeros actores en los que pensé para la película -confiesa Carlos-. Son dos personajes muy distintos pero, a la vez, muy complementarios, que chocan todo el rato. Ángela es puro fuego, como una fuerza de la naturaleza. Tanto que a veces no sabíamos lo que iba a hacer".
"Mientras que Alfredo es como un perfeccionista absoluto, no tiene una toma mala nunca -añade el director. Juntarlos me pareció una apuesta muy bonita que no sabíamos cómo iba a salir, pero el resultado fue precioso. Y también destacaría a Mònica Almirall, a la que había visto en teatro con la Veronal, pero que nunca había hecho cine. Y al final me encontré con dos actrices increíbles, porque Mònica lograba poner a Ángela en un lugar en el que nadie más era capaz. De hecho, una de las cosas que me hace más ilusión de la película es que la gente pueda descubrir a esta bestia de la interpretación que es Mónica Almirall".
"Sobre todo es una película sobre el amor"
Preguntamos a Ángela cómo son Claudia y Flavio, los dos protagonistas: “Son dos seres que aman la vida. Aman a sus familias. Se aman a sí mismos. Se adoran entre ellos. Han pasado juntos por las crisis que les ha brindado la vida y se entienden y se desentienden según les abocan sus sentimientos hasta el final. Un final que no es otra cosa que saberse despedir de la vida”.
“Creo –añade Ángela-, que Claudia afronta ese final con alegría, porque es cabezota. Quería irse con su gran amor al lado y lo ha logrado. Que él la acompañe en ese salto a lo eterno le da mucha paz y mucha alegría. Porque al final ha vivido su vida como la ha deseado y al lado del hombre que ha amado. Sus hijos ya lo entenderán porque saben el amor que se tienen”.
Pero… ¿Qué lleva a Flavio a decidir morir junto a su amada? “Para mí es un valiente –asegura Alfredo-. Porque está sano y tiene un futuro por delante. Pero decide irse junto a esta mujer porque es puro amor. Creo que yo haría lo mismo por una mujer así”.
“Creo –añade el actor-, que la película toca temas éticos fundamentales que ahora mismo debatimos como sociedad, como el derecho a un final digno. Pero sobre todo es una película sobre el amor. Yo la veo como una película sobre la muerte, es una película sobre el amor”.
“Ya que tenemos que despedirnos de la vida hagámoslo con amor, como en esta película”, concluye Ángela Molina.
"Un musical muy vitalista"
En cuanto a la parte musical de la película, Carlos nos confiesa que: “No pensábamos en hacer un musical, pero la idea nació durante el proceso. Al principio pensamos: “No, como vamos a hacer un musical con este tema. Pero, de repente poníamos la música y acabábamos bailando. Y al final, esas escenas dramáticas acaban cobrando sentido con la música. Es algo que se fue imponiendo”.
“Yo tuve mis dudas sobre que fuera un musical –confiesa Alfredo- pero Carlos me mostró el trabajo de La Veronal. Y como son unos genios terminaron por convencerme. Y en las escenas que las palabras no bastaban, no eran suficientes, surgía entonces la danza, el canto. Creo que el resultado es maravilloso”.
Además, la película tiene situaciones realmente divertidas. “Es que no es una película sobre el duelo, que es algo muy jodido -asegura Carlos-. Habla sobre la muerte de uno mismo. Y eso no es triste. Es extraño, es raro, es divertido, es grotesco… Y más si lo estás decidiendo, porque se producen estas situaciones tan cómicas como: “Oye, ¿lo hacemos este martes 23 o el jueves 28? No, que ese día tengo fisioterapia”. De repente te surgen esas situaciones absurdas. Por eso creo que la película es muy vitalista, que quiere ser alegre y que, de alguna manera, la muerte también nos enseña a vivir”.
"Es muy vitalista -añade Carlos- no porque intente ser alegre, sino porque creo que, de alguna manera, la muerte nos enseña a vivir. Hay una frase de una peli de de John Ford que para mí, desde que la vi de pequeño, siempre me ha marcado mucho, que es El fugitivo. A Henry Fonda, que es un cura americano en México lo van a ejecutar. Y el guardián de la prisión le trae una botella de whisky y le invita a beber. Pero Fonda le contesta: "No, gracias. Quiero vivir mi propia muerte". Y Polvo serán habla de eso, de cómo vivir esa experiencia por la que solo podemos pasar una vez en la vida".
El título se inspira en el verso de Quevedo
Preguntamos a Carlos hasta qué punto se ha inspirado para el título de la película en Francisco de Quevedo y su famoso poema Amor constante, más allá de la muerte. "La poesía metafísica de Quevedo me parece lo más grande que ha dado las letras españolas. Aunque con su obra en prosa, y especialmente con su obra política, tengo muchos problemas. Me gustaba porque ese verso, desde el punto de vista de la hija, quedaba muy bien. En el título, dicho todo junto y sacado de contexto quedaba demasiado cursi, pero así la gente puede completarlo mentalmente" ("polvo será, más polvo enamorado") .
Escrita por el propio Carlos Marques-Marcet, junto a Clara Roquet y Coral Cruz, la película también está interpretada por Mónica Almirall, Patricia Bargalló, Alván Prado y Manuela Biedermann. La banda sonora original corre a cargo de la cantante y compositora Maria Arnal y las coreografías son de la compañía de danza La Veronal. El vestuario es obra de Pau Aulí y la dirección artística de Laia Ateca.
Una película emocionante, dramática, divertida... y con dos actores realmente inolvidables, que ya es una de nuestras favoritas del año. Se estrenará en cines este 15 de noviembre.