Las emisiones del petróleo, gas y carbón siguen sin tocar techo, aunque crecen más lentamente: un 0,8% en 2024
- La quema de combustibles fósiles emite 37.400 millones de toneladas de CO₂ a la atmósfera, un nuevo récord
- El informe Global Carbon Budget también halla señales positivas, como las bajas emisiones de China
El mundo sigue quemando combustibles fósiles, principal causa del cambio climático, un año después de comprometerse a dejarlos atrás en el histórico acuerdo de la cumbre de Dubái. Las emisiones de dióxido de carbono procedentes del petróleo, el gas y el carbón no tocan techo y aumentarán previsiblemente en un 0,8% en 2024, según la edición de este año del Global Carbon Budget, el principal análisis científico sobre esta cuestión.
El estudio, llevado a cabo por 119 científicos de 86 instituciones, se publica este miércoles en la revista Earth System Science Data, coincidiendo con el inicio de la cumbre del clima de Bakú, la COP29.
Muestra que en los últimos diez años, las emisiones de CO₂ procedentes de combustibles fósiles han aumentado, mientras que las que se originan por los cambios en el uso de la tierra -conversión a terrenos agrícolas, sequías, incendios- han disminuido de media, con lo que las emisiones globales se han mantenido prácticamente estables durante ese período.
El informe además lanza una advertencia: si las emisiones continúan a este ritmo, el presupuesto de carbono restante para limitar el calentamiento a 1,5 °C grados por encima de los niveles preindustriales, el objetivo fijado en el Acuerdo de París para evitar los peores efectos del cambio climático, podría superarse en seis años.
Signos positivos: las emisiones "crecen más lentamente"
En total, las emisiones alcanzarán los 41.600 millones de toneladas este año, 37.400 millones de toneladas procedentes de la quema de combustibles fósiles, un nuevo récord que muestra que el mundo aún no ha llegado al pico de contaminación.
El estudio incluye datos sobre las tasas de reforestación y el uso de los combustibles fósiles en el mundo, y cuantifica las emisiones de CO₂ y la capacidad de los sumideros naturales (plantas y océanos) para capturarlas, lo que da una idea global de la situación del ciclo del carbono.
Hay, eso sí, señales positivas. "Las emisiones han aumentado menos que el año anterior, sí que parece que hay signos de que estén creciendo más lentamente", según ha afirmado en una entrevista en RTVE.es Pep Canadell, director ejecutivo del Global Carbon Project, consorcio que elabora el informe, e investigador jefe del Centro de Ciencias del Clima CSIRO en Canberra (Australia).
Destaca, sobre todo, el escaso crecimiento de las emisiones de China, de solo un 0,2%, y que incluso podría ser negativo dado que el año todavía no ha acabado. El gigante asiático es el país más contaminante del mundo y por sí solo representa más de un tercio de las emisiones mundiales, por lo que estas cifras tienen un gran impacto para todo el planeta.
Bajan en Europa y Estados Unidos, pero crecen en India
También disminuyen las emisiones en Europa (3,8%) y Estados Unidos (0,6%), pero suben en la India (4,6%), que ya es el tercer emisor mundial, tras China y EE.UU. Canadell pide "trabajar directamente" con el que ya es el país más poblado del mundo para ayudarle en la transición energética, ya que no ha dejado de aumentar las emisiones en los últimos años. En el resto del mundo, que emite el 38% de las emisiones mundiales, estas crecerán un l 1,1%.
Además, el informe destaca que 22 países (que representan el 23% de las emisiones) lograron reducir sus emisiones sin que sus economías dejasen de crecer (18 países europeos, entre ellos España, Estados Unidos, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Somalia). En España, las emisiones de este año bajarán el 2,4%, en línea con la reducción de los últimos años.
"Hay muchas señales de progreso positivo a nivel de cada país, y una sensación de que el pico en las emisiones globales de CO₂ es inminente, pero este pico global sigue siendo escurridizo", ha asegurado Glen Peters, cientídico del Centro para la Investigación Climática de Olso (CICERO).
Reducción de las emisiones por uso de suelo gracias a la reforestación
Las emisiones mundiales de CO₂ derivadas del cambio de uso de suelo siguen siendo muy elevadas: se calcula que a final de este año alcancen los 4.200 millones de toneladas (el 60% emitidas solo por Brasil, Indonesia y la República Democrática del Congo), aunque en los últimos años estas emisiones se han reducido cerca del 20% gracias a la reforestación.
En total, en 2024 se enviarán 41.600 millones de toneladas de CO₂ a la atmósfera (frente a los 40.600 millones de toneladas del año pasado), una cifra que aunque lleva una década estancada y refleja los avances en la lucha contra el cambio climático, es insuficiente para frenarlo.
A final de año, la concentración de CO₂ en la atmósfera alcanzará las 422,5 partes por millón, un 52% por encima de los niveles preindustriales, un nivel cada vez más peligroso.
En este contexto, el papel de los sumideros naturales (bosques y océanos) que absorben casi la mitad del CO₂ emitido a la atmósfera, es crucial. El año pasado, el fenómeno El Niño, los incendios en Canadá y Brasil y la sequía en la Amazonía redujeron la capacidad de almacenamiento de los sumideros un 40% en 2023 respecto a 2022, y un 28% sobre la media de toda la década (datos que reflejan la fragilidad de estos sistemas naturales) pero se espera que en 2024 la capacidad de los sumideros se recupere.
El gas, el combustible que más crece
Los datos preliminares muestran que el gas es el combustible que más crece, un 2,4%, seguido por el petróleo, que incrementará el 0,9% aupado por la aviación internacional que aún no ha recuperado sus niveles previos a la pandemia. El petróleo aporta un tercio de las emisiones mundiales y el gas el 21%.
El carbón, que supone el 41% de las emisiones mundiales, crecerá de forma marginal (0,2%) y el cemento (4% de las emisiones) se reducirá incluso en países como China y la India.