¿Es normal que se produzcan dos DANA con 15 días de diferencia? Los científicos lo explican
- Aunque el otoño es época de DANA, los expertos estudian si sus lluvias cada vez son más virulentas
- Apuntan al cambio climático y el aumento de la temperatura de los mares como principales causas
Dos DANA han azotado España con poco más de 15 días de diferencia. La última, que comenzó el pasado martes, disparó todas las alarmas y, aunque ha provocado algunos daños, son menores que los de hace dos semanas. Samuel Benito, investigador del Instituto de Geociencias del CSIC, lleva días recopilando información de ambas. Son las más significativas de las últimas siete décadas en España. Asegura que no es la primera vez que este fenómeno se repite en un espacio tan corto de tiempo, por lo que no es algo extraordinario. "Estamos en la época. En otoño es frecuente que las DANAS afecten a la península, a la zona mediterránea. No es algo que podamos decir que no es normal", explica a TVE el experto.
Por su parte, la catedrática en la Facultad de Ciencias Físicas en la UCM, Natalia Calvo, añade que en septiembre, octubre y noviembre suele haber bastante ocurrencia de este tipo de fenómenos meteorológicos. "Entonces no es de extrañar que haya ocurrido dos DANA en 15 días".
Lluvias cada vez más virulentas
Lo que sí se preguntan los científicos es si hay cada vez más posibilidades de que las precipitaciones asociadas a estas sean más virulentas. Hay varias hipótesis abiertas, pero creen todo apunta al cambio climático.
Benito explica que para que haya precipitaciones intensas son necesarios distintos ingredientes. "Uno de ellos es que las temperaturas del agua del mar en el Mediterráneo, en este caso, estén cálidas. Más de lo que deberíamos esperar", comenta.
Según las últimas mediciones de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los últimos diez años han sido en conjunto los más cálidos registrados. Y los mares llevan unos cuantos sufriendo esta anomalía térmica, de 1 o 2 grados por encima de lo normal. El pasado verano se batió un récord histórico de temperaturas, con una máxima de 28,3 grados frente al litoral valenciano y con un octubre con más de 24 grados.
"Y esas mayores temperaturas de la superficie del mar Mediterráneo genera mayor energía y mayor cantidad de vapor de agua", añade Natalia Calvo.
Un mar caliente se convierte en una gran fuente de energía, ya que favorece una evaporación acelerada. Cuando las corrientes de vientos arrastran esa bolsa húmeda hacia una orografía propia y se enfría precipitadamente, originan esas precipitaciones extremas, antes conocidas como gota fría.
Los expertos advierten que si no se frena el aumento de la temperatura, las descargas de agua podrían ser cada vez más intensas en el futuro y las consecuencias más catastróficas. Aun así, recuerdan que hacer predicciones exactas sobre las lluvias todavía sigue siendo todo un reto para la ciencia.