'Neva', la vida es un viaje salvaje que se recorre mejor en compañía
- Tras el éxito de GRIS, Nomada Studio regresa con un juego emocionante y bello
- El estudio catalán da un paso adelante en una fábula de acción sobre la maternidad
A las pocas semanas de la llegada del delantero Fernando Llorente a la Juventus, el diario Tuttosport le dedicó una dura portada: 'E' solo bello?' ('¿Es solo guapo?') rezaba aquel titular que resonó en toda España. Algo parecido nos temíamos cuando probamos el videojuego GRIS en la Gamescom de Colonia en 2018. El título había llegado casi de incógnito a la feria, era obra de un estudio barcelonés debutante, y lo que vimos nos sorprendió. Afortunadamente, el lanzamiento definitivo de GRIS despejó cualquier duda. Estábamos ante uno de los mejores juegos producidos en nuestro país, un plataformas ingenioso y que ponía las emociones a flor de piel, gracias a los diseños de acuarela de Conrad Roset y a la música de Berlinist.
Seis años después tenemos en nuestras manos Neva, lo nuevo de Nomada Studio, y podemos decir que el equipo liderado por Roset, Roger Mendoza y Adrián Cuevas, esta vez con una plantilla más amplia, se ha superado. Neva llega más allá de lo que consiguió GRIS al añadir una capa de acción a la historia y un plataformeo que requiere precisión pero que no es frustante.
Cuatro estaciones, una vida
En el juego manejamos a Alba, una espadachina de la que no conocemos su pasado y que tendrá que hacerse cargo de una cachorra de lobo que ha perdido a su madre en una naturaleza amenazada por fuerzas oscuras. Nuestro viaje hacia la recuperación del equilibrio natural comienza en verano, y en cada una de las cuatro estaciones en las que se divide la narración veremos cómo evoluciona la relación entre Alba y Neva, la loba que da nombre al juego. Al principio, Neva será una criatura asustadiza, a la que tendremos que ayudar a superar obstáculos, para luego convertirse en algo más parecido a un adolescente rebelde. Y el ciclo de la vida sigue, pero no queremos desvelar más. De nuevo estamos ante una historia emocionante, potenciada por la bellísima banda sonora de Berlinist, que nos hace reflexionar sobre la relación con nuestros seres queridos.
Como hemos comentado, la principal novedad de Neva respecto a GRIS es la acción con espada. Eso, y que por primera vez en un juego de Nomada Studio podemos morir. Nuestro personaje no tiene un número muy grande de acciones disponibles. Con un botón asestamos un golpe con la espada, con otro saltamos o hacemos doble salto y con el otro podemos rodar y hacer sprint en el aire. El único golpe especial es un ataque desde el aire hacia abajo que puede dañar a varios enemigos. Cuando nuestro vínculo con Neva mejore con el paso de las estaciones, la loba nos ayudará y podemos hacer que ataque a distintos objetivos.
El combate es sencillo y no hay mucha variedad de enemigos, pero es divertido. Al asestar varios golpes seguidos recuperamos salud, y eso le da un cierto componente táctico a los combates. No estamos ante un juego en el que nos vayamos a quedar atascados mucho tiempo, pero sí nos obliga a plantear los enfrentamientos con cierta antelación. Decidir a quién atacamos primero y dónde debemos situarnos, por ejemplo. Las estaciones se dividen en capítulos y al final de cada capítulo nos encontramos con jefes finales. Estos jefes finales sí suponen un desafío mayor, y tendremos que estudiar bien sus patrones de ataque para derrotarlos. Pero no es nada que no hayamos hecho antes en otros juegos de acción.
Un mundo precioso lleno de peligros
Lo que realmente deslumbra en Neva es el diseño de los escenarios, y como se saca partido de ellos para desarrollar la acción. Prácticamente, cada frame del juego es una obra de arte que podrías colgar en tu casa. Esta vez los diseños no son en tonos acuarela como en GRIS. Se ha optado por colores planos, con una estética que rinde homenaje al Studio Ghibli de El viaje de Chihiro en el diseño de los espíritus oscuros y de La princesa Mononoke en las criaturas animales. En este vídeo podéis ver al diseñador Conrad Roset hablar sobre el arte de Neva:
En este ambiente, mitad de pesadilla, mitad de ensueño, se desarrolla una aventura en la que nuestra heroína debe abrirse paso a saltos por estructuras verticales. Los diseñadores han jugado muy bien con la verticalidad y con la simetría. La cámara a veces se aleja mucho de los personajes para que contemplemos la magnitud de los escenarios. La dificultad en los tramos de plataformas está bien ajustada, y la respuesta de los controles es precisa. Muchas veces tendremos que pensar bien el orden en el que vamos a pulsar los botones, pero el juego no es injusto en ese aspecto.
Una dificultad bien ajustada para disfrutar de la historia
Completar la aventura nos puede llevar unas cinco horas si tenemos experiencia en este tipo de juegos y nos centramos en el objetivo principal. Si solo queremos centrarnos en la narración y no queremos frustarnos, contamos con un Modo historia en el que la protagonista no muere y los desafíos son más sencillos. Escondidas a lo largo de los escenarios hay unas flores especiales que funcionan como coleccionables. Buscar estas flores puede alargar un poco la experiencia y sirven como incentivo para completar la aventura al 100%
Sería de justicia que Neva tuviera el gran éxito comercial que tuvo GRIS con más de tres millones de copias vendidas en todo el mundo para compensar el momento complicado que sufre el desarrollo de videojuegos en España. La entrada en concurso de acreedores de Tequila Works, creados de dos de nuestros mayores éxitos como son Deadlight y Rime o el cierre de Novarama (Invizimals), son golpes demasiado duros para el sector.
CONCLUSIÓN
Neva confirma a Nomada Studio como un desarrollador con una identidad muy clara, que crea juegos emocionantes, brillantes en lo audiovisual y con una duración y un precio limitados. Su último título es un paso adelante respecto al ya estimable 'GRIS', y nos deja con ganas de saber qué será lo próximo que hagan.