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Estados Unidos: trumpismo sin frenos

  • Los primeros designados por Trump para cargos clave del Gobierno han sorprendido a un sector de su propio partido.
  • Los elegidos destacan por su lealtad al líder y, en muchos casos, por su falta de preparación para el cargo.

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Elección de cargos para el Gobierno de EE.UU. por Donald Trump
Imagen de archivo del multimillonario Elon Musk en un acto de campaña de Donald Trump en Nueva York. EFE/ Sarah Yenesel.

En el balcón, apuntándose a la sien con una pistola, el personaje de Antonio Banderas le grita/advierte a la policía: "¡Que estoy muy loco!". Es una escena de la película de Pedro Almodóvar La ley del deseo, y algunos de los designados por el presidente electo Donald Trump para su Gobierno pueden recordarla. Escribo designados porque los cargos equivalentes a ministros deben pasar un examen del Senado previo a su nombramiento y lograr su aprobación.

Donald Trump juega con la ventaja de tener mayoría en las dos cámaras del Congreso, pero aun así, algunos de los elegidos tienen tal perfil que han alarmado o al menos desconcertado a algunos senadores republicanos hasta poner en duda el sentido de su voto. Es decir, que Trump los ha elegido, pero puede que no lleguen a desempeñar el cargo.

Quien avisa no es traidor: fieles a Donald Trump

Lo anunció el hoy presidente electo en la campaña electoral y lo mismo hizo su entorno más cercano: Donald Trump ya ha sido presidente y ya conoce cómo funcionan el Gobierno y la Administración. De modo que, y ese fue el anuncio, en esta segunda presidencia no se rodeará de cargos que puedan decirle que conocen mejor esos mecanismos que él, el criterio de selección será que sean fieles a él. Su pretensión es gobernar con cargos que ya le ha demostrado lealtad.

Los casi cuatro años que han pasado desde que Donald Trump dejó la Casa Blanca ―a regañadientes, sin aceptar el resultado de las urnas― han estado llenos de reveses legales para el expresidente. Investigaciones en el Congreso por alentar la insurrección del 6 de enero de 2021, la ya célebre sentencia por 34 delitos penales, y otros juicios que tiene pendientes.

Por unos momentos el expresidente pudo parecer un apestado de la política, un personaje tóxico al que mejor no acercarse y, sin embargo, algunos fieles no lo abandonaron e incluso lo acompañaron hasta el tribunal de Nueva York donde lo juzgaron. En apenas diez días desde su elección, muchos de quienes le demostraron su apoyo públicamente han sido recompensados con nombramientos. A varios de sus abogados entonces los ha elegido para altos cargos en el ministerio de Justicia y la Fiscalía.

Polémica en Justicia, Defensa, Inteligencia y Salud Pública

Aquí es donde entran Almodóvar y Banderas. Un presunto delincuente para dirigir Justicia; una estrella de televisión para Defensa; una afín a Putin para los servicios secretos, y un antivacunas para Salud Pública.

Matt Gaetz. En los Estados Unidos, el fiscal general es también el ministro de Justicia, "es el jefe del Departamento de Justicia y el primer oficial de las fuerzas policiales para el Gobierno federal" explica la web de la Casa Blanca en español. La elección de Gaetz es tal vez la que más ha desconcertado a los senadores republicanos. Y con razón. Matt Gaetz es un congresista de Florida que ha sido objeto de investigación por el departamento que Trump quiere que dirija, y lo ha sido por presunta relación y tráfico sexual con una chica de 17 años. Como su líder, también se ha ganado fama por declaraciones bravuconas y críticas al mismísimo FBI que, de ser confirmado en su cargo, estará bajo su supervisión.

Pete Hegseth ha sido la primera designación que ha despertado incredulidad. Como soldado en la Guardia Nacional estuvo en Irak y Afganistán, pero la fama la ha hecho como copresentador de un programa de la cadena conservadora Fox News. Entre las declaraciones que ahora se desempolvan de la videoteca y de sus libros destacan que considera necesaria una limpieza entre los altos mandos del ejército, que la incorporación de mujeres y trans al ejército debilita la seguridad nacional, que es necesaria una nueva cruzada judeocristiana contra el islam, y que no se lava las manos desde hace años porque no cree en los gérmenes, ya que no los ve.

Tulsi Gabbard es la elegida para dirigir 18 agencias de espías, pero no tiene ninguna experiencia en ese campo. Llegó a presentarse a las primarias demócratas en 2020, pero se ha pasado a las filas de Trump. Se le reprochan algunas afinidades exteriores, entre las que destacan una visita al presidente sirio, Bashar al-Ásad, y su comprensión a los argumentos del presidente ruso, Vladímir Putin, para invadir Ucrania.

Robert Kennedy Junior es, tal como puede deducirse del nombre, hijo de Bob Kennedy, que fue fiscal general, y sobrino del presidente John F. Kennedy, ambos asesinados. Kennedy inició su carrera pública como activista medioambiental y su fama más reciente la ha hecho por su oposición a las farmacéuticas, a las vacunas y a otras medidas sanitarias como la de añadir flúor al agua corriente. Siguiendo la tradición familiar, militó en el Partido Demócrata y en esta elección se presentó como candidato hasta que tiró la toalla y se unió a Donald Trump. En campaña, el expresidente alardeó a menudo del fichaje y prometió darle barra libre en salud pública, go wild on Health, que fuera salvaje. Si el Senado lo aprueba, será el responsable de la sanidad y los alimentos de los estadounidenses.

¿El próximo presidente Trump pone a prueba la lealtad de sus senadores?

Esa es una de las primeras lecturas a las designaciones más extremas y sorprendentes de presidente electo. ¿Le está echando un pulso a los senadores "sensatos"? En los Estados Unidos no hay una férrea disciplina de partido y se da a menudo que algunos congresistas no voten de acuerdo con sus líderes. ¿Corren más riesgos con Trump los republicanos que se atrevan a votar contra algún nombramiento del presidente? Además de los miembros del Gobierno, hay otro millar de cargos que tienen que someterse también a la aprobación del Senado. 

Otra teoría que han inspirado estos nombramientos es la posibilidad de que Donald Trump se beneficie de una argucia, que el Senado haga un "receso", se tome unas vacaciones y, en ese período, y valiéndose de una potestad que le da la Constitución, el presidente aproveche para nombrar esos cargos sin tener que someterlos al examen y votación del Senado.

Israel y los no existentes palestinos

Algo que tienen en común la mayoría de los elegidos por Trump es su apoyo acrítico al gobierno de Benjamin Netanyahu en Israel, hasta el punto, como el nombrado embajador en Jerusalén, Mike Huckabee, que dice no reconocer la identidad de los palestinos y se niega a referirse a Cisjordania como tal, prefiere los términos bíblicos de Judea y Samaria. Otros seleccionados claves son el designado para dirigir la política exterior, Marco Rubio, la escogida embajadora ante la ONU, Elise Stefanik, y Steven C. Witkoff, un inmobiliario compañero de golf de Trump, enviado especial a Oriente Próximo. Una selección bien acogida por la derecha más radical israelí, que confía en que con el próximo presidente se lleve a cabo la anexión de Cisjordania.

Me pregunto qué pensarán quienes votaron por Joe Biden hace cuatro años, pero se han negado a hacerlo por su vicepresidenta este año molestos por su política de apoyo a Israel.

La motosierra de Elon Musk

Esta es otra promesa de campaña cumplida. Encargarle al billonario Elon Musk, el hombre más rico del mundo, la dirección de un organismo para la eficiencia del Estado. Es decir, para que recorte el entramado administrativo para, ese es el razonamiento, ahorrar en gasto público. Emulando a uno de los mandatarios respetados por Donald Trump, e invitado a su fiesta de la victoria, el presidente argentino Javier Milei, Trump le ha dado al dueño de Tesla y de X una motosierra para que desmantele el Estado.

Quedan apenas dos meses para la segunda toma de posesión de Donald Trump.