1.000 días de guerra en Ucrania: pasado, presente y futuro del conflicto
- Analizamos con Christian Villanueva, director de la Revista Ejércitos, qué ha pasado y que puede pasar en la guerra
- Escuchamos las historias de dos matrimonios hispano-ucranianos que han recorrido caminos inversos desde que estalló el conflicto
- Guerra Ucrania - Rusia, en directo
La guerra relámpago con la que Putin pretendía llegar a Kiev en 48 horas se ha convertido en un conflicto enquistado que dura ya 1.000 días. Camino de los tres años de guerra en Ucrania, analizamos con Christian Villanueva, director de la Revista Ejércitos, las fases que ha atravesado la guerra, lo que está pasando en el frente y lo que puede ocurrir en 2025, tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Son 1.000 días de una guerra que ha cambiado que ha destruido físicamente buena parte de Ucrania y los planes de vitales de millones de ucranianos y ucranianas. Por eso, en este capítulo especial del pódcast 'Diario de Ucrania', escuchamos las historias de dos matrimonios, que ha seguido caminos opuestos: Javier y Olga, que vivían en Ucrania y ahora residen en España, y Javier y Natalia, que trabajaban en Dinamarca y decidieron regresar a territorio ucraniano.
Las fases de la guerra
El 24 de febrero de 2022 Rusia inició la invasión de Ucrania. Putin planeó una guerra rápida: quería conquistar Kiev y los puntos vitales de Ucrania en pocos días para decapitar al Gobierno de Zelenski y hacerse con el control político del país. Pero Ucrania resistió y con la ayuda de Estados Unidos y la Unión Europea logró reorganizarse y lanzar una contraofensiva con la que reconquistó enclaves tan importantes como Járkov y Jersón, antes de que acabara 2022.
Pero Rusia aprendió rápido de sus errores y adoptó medidas drásticas para frenar la sangría. "Rusia acortó la línea de frente y creó posiciones defensivas muy pobladas con una movilización parcial que le permitió tener más soldados y no dejar hueco a las futuras ofensivas ucranianas", explica Christian Villanueva. A diferencia de 2022, la contraofensiva ucraniana del año pasado no dio ningún fruto. "La contraofensiva sale terriblemente mal y ambos bandos terminan enfrascados en una guerra de posiciones que en lo sustancial se ha mantenido casi hasta ahora".
¿Hacia un alto el fuego en 2025?
La incursión ucraniana en Kursk, a finales de este verano, tampoco ha conseguido decantar la balanza hacia el lado ucraniano, pese a que, inicialmente, cogió a Rusia desprevenida. "Esta ofensiva llegó en un momento en el que Ucrania ya padecía serios problemas de personal y tuvo que desviar recursos hacia esta zona, al norte del frente, lo que hizo, dejando desprotegidas otras zonas del sur", lo que está permitiendo a Rusia imponer sus ventajas en cuanto a población y armamento.
La entrada en el conflicto de 10.000 soldados de Corea del Norte en Kursk ha provocado que el presidente de EE.UU, Joe Biden, haya autorizado a Ucrania a usar misiles estadounidenses en esa región rusa, aunque Christian Villanueva matiza la importancia de este anuncio. "La administración Biden, como ha venido haciendo hasta ahora, vuelve a poner en primer lugar el control de la escalada por encima de la efectividad militar. Solo podrán usarlos en Kursk y previsiblemente EE.UU tendrá que autorizar cada ataque", afirma Villanueva, que considera que para que fuese una decisión relevante desde el punto de vista militar "no tendría que haberse anunciado".
El director de la Revista Ejércitos cree que, con estos ingredientes sobre la mesa, es probable que en 2025 podamos ver el fin de la fase militar del conflicto tras algún tipo de alto el fuego, aunque eso no significará que el conflicto se soluciones. "El conflicto va a seguir latente porque para Rusia el tema de Ucrania es una cuestión existencial. Mientras haya una Ucrania que que exista como país independiente, que tenga un ejército y que sea proclive a Occidente, Rusia no se va a sentir insegura ni satisfecha", concluye.
Javier y Olga: de Kiev a Alicante
El 20 de febrero de 2022, Javier Larrauri y Olga Tonchuk viajaron junto a sus dos hijos, de 4 y 2 años, a Alicante para pasar unos días de vacaciones. Tenían billete de ida y vuelta, pero la guerra trastocó sus planes. Tuvieron que quedarse a vivir en el apartamento de vacaciones de su familia. Esos primeros meses de adaptación fueron difíciles para ellos, que tenían que compaginar el teletrabajo con la digestión de las noticias que llegaban desde Ucrania.
Casi tres años después, Olga ve a los ucranianos "con fuerza para seguir resistiendo". Javier nos cuenta cómo ha explicado a sus hijos lo que está ocurriendo en su país. "A Diego, de 4 años, le explicó que los ucranianos quieren ser independientes y tener sus propios jefes. Los rusos quieren ser los jefes de Ucrania y los ucranianos no les podemos dejar". La pareja prefiere vivir al día y no hacer planes, aunque no descarta volver a Ucrania.
Javier y Natalia: de Copenhague a Leópolis
Eso es lo que hicieron hace unos meses otro matrimonio hispano-ucraniano, el formado por Javier Espárrago y Natalia Kolomiiets, que se mudaron de la tranquila Copenhague, donde él trabajaba en el sector público, a Leópolis, la principal ciudad del oeste de Ucrania. "Yo no era feliz en Copenhague y coincidiendo con el estallido de la guerra nos planteamos mudarnos a Ucrania donde está toda mi familia", nos cuenta Natalia.
Javier reconoce que el cambio no ha sido fácil. "Yo conocía Ucrania, pero es una Ucrania diferente. Había vida nocturna, cultural, etc. Eso ha disminuido mucho. También he notado la falta de personal internacional, sobre todo en Kiev", relata Javier, que nos explica cómo se están preparando para un invierno que puede ser duro si Rusia sigue atacando las infraestructuras energéticas ucranianas".