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Menores migrantes en España: entre la pobreza, la burocracia y el sueño de una vida mejor

  • Los conflictos y la pobreza siguen siendo los principales motivos que llevan a estos jóvenes a emigrar
  • Las entidades sociales señalan que uno de los principales desafíos que enfrentan es la estigmatización

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Menores migrantes en España: entre la pobreza, la burocracia y el sueño de una vida mejor
Menores a su llegada al puerto de Gran Tarajal. EFE/ CARLOS SAÁ C

Tras pasar un año y medio en Ceuta, Ilias, de 18 años, llegó con una embarcación a las costas españolas. "Es muy duro al principio, ya que dejas todo lo que conoces y a tu familia atrás", rememora a RTVE.es. Con tan solo 14 años, este joven marroquí se lanzó al mar. Antes de llegar a la orilla, cuenta que fue auxiliado por la Guardia Civil y al cabo de unos días trasladado a una Unidad de Acogida Temporal de Emergencia. Meses más tarde, llegó a un centro de acogida de la Fundación Accem en Murcia. "Me ayudaron con la lengua, me dieron apoyo psicológico, médico y me permitieron retomar mis estudios", relata agradecido.

No recomendado para menores de 7 años Informe Semanal - '‘Menores migrantes, a la espera’
Transcripción completa

Cuando entra la niebla sobre la zona fronteriza

que separa las aguas de Marruecos y la ciudad de Ceuta,

aquí todo el mundo sabe que será un día agitado.

Hay movimiento constante en el espigón del Tarajal,

Pese a la falta de visibilidad, en esas condiciones peligrosos,

numerosos nadadores intentan llegar hasta el arenal ceutí.

Son marroquíes y argelinos.

Desde la costa, la niebla apenas permite observar

las embarcaciones de la Guardia Civil

que intentan interceptar a los nadadores.

A veces aparecen,

otras vuelven a ocultarse bajo la bruma.

Las patrullas navegan despacio recogiendo salvavidas solitarios;

esperando sobre todo que no aparezca ningún cadáver.

Es un flujo que no cesa en días con condiciones climatológicas

que reducen de alguna manera esa visibilidad

y les posibilita acceder sin ser detectados.

Pero eso no quita que estos accesos en muchas ocasiones

son muy arriesgados, son muy peligrosos

y en muchas ocasiones son trayectos de muchas horas en el agua

y que en ocasiones acaba con la vida de personas

que tratan de llegar hasta la ciudad

La frontera entre España y Marruecos en Ceuta y Melilla

se ha convertido en el epicentro

de una crisis migratoria y humanitaria.

Las llegadas se han multiplicado por seis respecto a 2023,

Ceuta acoge a cinco menores por cada mil habitantes,

una proporción que contrasta con la media nacional,

que no alcanza el 0,001%, en estos momentos,

aseguran las autoridades.

La ciudad ha agotado el presupuesto de todo el año

para la atención de menores ante el incremento de llegadas

en el último mes.

Sí, el número de menores sigue entrando.

Las capacidades son las que son.

No podemos ampliarla más de lo que ya se ha ampliado.

Por tanto, la única solución es la derivación,

el traslado hacia la Península.

Por tanto, de ahí es lo que solicitamos

al Gobierno de la Nación:

los mecanismos adecuados para que esa salida sea más ágil, más rápida

y en mayor número de la que estaba establecida.

Como ministerio, hacer todo lo que esté en nuestras manos,

no solo para conseguir más financiación

y que efectivamente podamos tener pues un reparto equitativo.

Sabemos de la dificultad de la creación de plazas,

sabemos la dificultad que tiene hoy en día

para los sistemas de protección abrir un centro de menores.

Sabemos lo que existe de alarmismo social

y de discurso de odio,

pero vamos a explicarle a la ciudadanía

que estamos trabajando por el futuro de este país

a la vez, o cuando también trabajamos

en el futuro de la infancia y de la juventud migrante.

"Estaba habiendo una entrada masiva en la playa ahí de nadadores.

Pero lo habéis visto, ¿no?

Nosotras estábamos en otro lado, salían por el otro lado

es por eso que nos han desalojado, que me parece bien,

que están haciendo su trabajo.

Pero se han puesto agresivos y eso no lo entiendo yo"

Las imágenes son del último domingo de agosto.

la playa del Tarajal estaba repleta:

familias enteras disfrutando del fin de semana.

Cuando la niebla se hizo aún más densa,

numerosos migrantes se mezclaron con los bañistas.

Algunos consiguieron llegar al arenal

y salieron corriendo aprovechando la confusión.

Las fuerzas de seguridad del Estado desalojaron la playa

y en medio del caos

un agente de la Policía Nacional ha recibido el impacto de una piedra.

Ese día mas de 1500 migrantes

intentaron llegar a nado a la costa ceutí

Para esta situación no, uno no está preparado.

Estamos, estamos viendo cómo aparecen en nuestras costas

cadáveres un día sí y otro también, ¿eh?

Viendo con esa niebla tan densa,

esas criaturas que se lanzan al mar a dos millas de la costa,

muchos de ellos no consiguen, desgraciadamente, su objetivo.

Y son los guardias civiles los que se enfrentan a esas situaciones.

Nosotros, como bien decía antes, llevamos reivindicando y denunciando

que en la Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta

son necesarios unos 200 efectivos,

principalmente para que presten servicios

en la zona de costa y frontera y en el perímetro fronterizo.

Con cerca de 550 menores migrantes no acompañados acogidos

en los centros ,

una sobreocupación de más del 480 por ciento

y más de 300 ingresos en Agosto, Ceuta no puede más.

EL Gobierno local de la Ciudad Autónoma

ha lanzado un mensaje de socorro.

Pide al Gobierno nacional y a las comunidades autónomas

respuesta inmediata ante lo que califican

de situación insostenible y de emergencia humanitaria.

Nosotros lo que no queremos es que esto sea una cárcel de menores.

Lo que queremos es que por parte del Estado se habilite los medios

para que la salida de menores sea lo más rápido posible

y que Ceuta tenga un número de menores adecuado

con sus capacidades.

Piden sobre todo financiación.

Ante la falta de un plan B, según ellos,

para redistribuir menores de forma más ágil,

después de que el Partido Popular Junts y Vox tumbaran en julio

el intento de reforma de la Ley de extranjería

que pretende establecer un reparto obligatorio,

el gobierno de Ceuta estudia nuevas vías.

Hemos abierto también la posibilidad con Comunidad Autónoma,

la Junta de Andalucía y la Junta de Extremadura,

en contacto también

con el Ministerio de Juventud y de Infancia,

de la posibilidad de trasladar menores,

manteniendo la ciudad de Ceuta la tutela de esos menores

y dando la guarda a entidades del Tercer sector.

Nosotros propusimos en el mes de abril

y fue rechazado por las comunidades autónomas.

Eso es una evidencia.

Están las hemerotecas y lo que nos gustaría también

es que sea repensada esa posición

y que volvamos a recuperar el diálogo a través del mecanismo

que en este caso está habilitado de diálogo,

que es la Conferencia sectorial y volveremos a llevar la propuesta.

Volveremos a llevar financiación.

A pesar de que se han acondicionado varios recursos

como una nave en el polígono del Tarajal

y otros centros adicionales,

además del centro de realojo La Esperanza,

la masificación en estos recursos

no permite en ocasiones relaciones de cuidado.

Nos encontramos con centros de menores

cada dos por tres desbordados,

con chicos que no pueden acceder ni siquiera a educación

u oportunidades educativas en la ciudad;

chicos que no ven su interés superior cubierto de alguna manera.

Nadie quiere quedarse en la ciudad de Ceuta

y nadie pretende estar aquí por el resto de su vida.

¿A dónde quieres ir?

¿A Bilbao?

Y tú, ¿dónde quieres ir?

A Barcelona

¿Y qué queréis?

¿Trabajar?

¿Estudiar?

¿Qué queréis?

Quieres estudiar tecnología eléctrica.

¿Mecánico?

Y tú, ¿qué quieres hacer?

Cocinero.

¿Y cómo vinisteis a nado aquí?

¿A nado?

Mucho miedo.

¿Y frío?

¿Por qué te atreviste a salir nadando y venir aquí?

Venir a estudiar y a trabajar.

Trabajo bueno y papeles.

En los alrededores de los supermercados de la zona del puerto,

la playa o en cualquier calle,

es habitual encontrar a estos menores

antes de la hora límite para entrar en sus centros de acogida.

Nos acercamos a hablar con otros chavales.

Uno llegó hace 20 días.

El otro esta a punto de dejar el centro.

No, yo me faltan 20 dias para marchar España.

¿Qué te gustaría conseguir aquí en España?

Quiero papeles, quiero trabajar.

Trabajar.

Nada problemas.

Quiero papeles, quiero trabajar.

Quiero marchar a España.

En la semana que se recuerda

la llegada del primer cayuco a las islas Canarias hace 30 años,

duele más ver imágenes como las de las últimas embarcaciones

que han arribado a las Islas Canarias

desde Senegal o Mauritania,

la ruta migratoria más mortífera hacia Europa.

En lo que va de año lo han conseguido más de 22 000 personas,

el doble que en 2023 y las previsiones hablan

de que la cifra podría dispararse hasta los 50,000.

Muchos son menores no acompañados.

Actualmente el gobierno canario acoge casi 6000 menores

en sus centros.

Están absolutamente desbordados, Canarias tiene capacidad para 2000

Llevamos 30 años con este fenómeno lamentando fallecimientos,

situaciones absolutamente dramáticas

con adultos, con menores, con mujeres con niños con niñas

y 30 años después, ni España ni Europa dan una respuesta.

30 años después, Canarias esta igual de sola.

Y lo que es peor, 30 años después siguen miles de personas

intentando llegar a un futuro mejor

y desde luego arriesgando de ellos y de sus hijos

y con dramas y testimonios como de niños

que ven cómo son sus padres tirados por la borda

porque fallecen en la travesía.

Los 50 millones prometidos por Sanchez en su visita a las islas

no son suficientes para el ejecutivo canario

que presiona al Gobierno para que logre los apoyos necesarios

para la modificación legislativa

del artículo 35 de la ley de extranjería.

Algo que implicaría el reparto obligatorio de menores migrantes

entre comunidades:

una medida que también para el Gobierno de la nación

es la única solución posible.

Era absolutamente necesario arbitrar un mecanismo

para que no fueran solo Canarias, Ceuta y Melilla,

las comunidades donde estos flujos migratorios se producen,

las que acogieran en su sistema de protección

a estos menores,

que hubiera un reparto solidario, vinculante

y que era necesario abordarlo a través de una reforma

de la Ley de Extranjería.

Pero el partido de Núñez Feijóo

sigue resistiéndose a apoyar la reforma de la ley de extranjería.

Los populares ya la rechazaron en el Congreso junto a Junts y Vox

el pasado 23 de julio

porque, según ellos, el Gobierno ignoraba sus propuestas.

Unas propuestas definidas en una proposición no de ley

registrada recientemente en la que reclaman financiación,

más controles, una conferencia de presidentes

y que se declare la emergencia migratoria.

Si eso es lo único que quiere hacer el Gobierno de España,

el hecho de reparto sin ocuparse absolutamente de nada más,

sin asumir ninguna otra responsabilidad,

sin asumir que tiene que comprometer

financiación suficiente no solo para el primer año de acogida,

sino hasta que son emancipados,

nos da igual que el reparto sea obligatorio;

o sea, si no va acompañado con todo lo demás,

seguirá siendo un fracaso.

Y lo único que conseguiremos es abocar a estos menores,

de la misma forma que puede ocurrir con los adultos,

a la vulnerabilidad y a vivir en España en exclusión.

La financiación figuraba formaba parte del debate.

Y además había un compromiso por parte del Gobierno

expresado por el presidente del Gobierno

de habilitar una Conferencia de Presidentes

y un debate sobre financiación autonómica.

Siempre ha sido así.

Los incrementos en materia de financiación

a las comunidades autónomas para ejercer sus competencias

y dentro de ellas,

las competencias en materia de protección de menores

ya se están dando.

Desde que existe esta transferencia de competencias,

desde que las competencias forman parte de los Estatutos de Autonomía.

El Estado siempre ha estado financiando y ayudando

a que las comunidades puedan ejercer su trabajo.

Y en medio de todo este pulso político

de enfrentamiento entre oposición y gobierno,

la gira africana de Pedro Sánchez

por Mauritania, Gambia y Senegal, países de los que proceden

la mayoría de cayucos que llegan a Canarias

ha avivado aún mas el enfrentamiento a raíz de estas palabras.

La migración no es un problema

es una necesidad que implica ciertos problemas.

Unas palabras que han encendido a la oposición

que acusa a Sánchez de alentar el efecto llamada

y promocionar España como destino para la migración irregular

España se ha convertido en la puerta de entrada

a la inmigración irregular hacia Europa.

¿Por qué?

Porque otros países están haciendo otras cosas distintas

y están frenando precisamente esos flujos migratorios irregulares.

Y por eso pedíamos ese plan migratorio

que tenía que llevar aparejado también

que España pidiera ayuda a Europa.

Somos frontera europea y como tal

no puede Europa mirar hacia otro lado.

Al final esto lo quieren convertir en una batalla política.

Esto es un drama humanitario.

Esto ni es un problema político ni es un problema territorial.

Y mientras no seamos conscientes

de que la respuesta que tenemos que dar al continente africano

es una respuesta de país, es una repuesta de Europa;

seguiremos con este tipo de declaraciones que no ayuda,

ni las de uno ni las de otro.

Las entradas irregulares en nuestro país

han aumentado un 66 por ciento.

Las causas:

el recrudecimiento de la crisis de refugiados procedentes de Mali,

un país en guerra desde 2012,

y el desplazamiento de los flujos migratorios a Europa

surgido tras el acuerdo alcanzado por la UE con Túnez,

que blindó el paso a Italia por esta vía.

Lo paradójico es que pese a la crispación y el enfrentamiento,

el Partido Popular y el Gobierno

no discrepan tanto en las medidas que propugnan.

Una de las cuestiones claves

es que nosotros hemos planteado que hay que buscar

y hay que fortalecer los mecanismos de la inmigración regular,

que es la que en España necesitamos.

Miles de puestos de trabajo se quedan sin cubrir.

Pedro Sanchez en su gira africana ha insistido

en que deben desarrollarse rutas migratorias seguras,

ordenadas y reguladas

como las que aporta la fórmula de migración circular.

Algo que no es incompatible

con la necesidad de que los países de origen acepten la repatriación

de quienes llegan irregularmente a España.

Para combatir estas amenazas es imprescindible el retorno

de quienes han llegado a España irregularmente,

principalmente porque este retorno

traslada un mensaje desincentivador, nítido,

claro y contundente a las mafias y a quienes se ponen en sus manos.

El constante estado de emergencia en el que viven

las Islas Canarias, Ceuta y el resto de ciudades fronterizas

frente al fenómeno migratorio esta casi cronificado.

En esa aparente normalidad la vida y la muerte

pasa ante los ojos de sus ciudadanos.

Desde su puesto de trabajo en el primer bar del espigón del Tarajal

Meryem es testigo de excepción.

Es penoso ver tanto niño vulnerable.

Tristeza, sobre todo porque vienen buscando una vida mejor

y algunos ni llegan.

A los cuatro o cinco días amanecen cadáveres en el mar, ¿sabe?

Y es muy penoso.

Es muy penoso.

A mí me parte el alma.

Yo no puedo verlo.

Es muy triste.

En las dos orillas, en medio de la calma del vivir de cada dia,

vigilada de cerca por patrullas costeras y terrestres

siempre habrá quienes se atrevan a cruzar la frontera

sin importar el peligro.

Informe Semanal - '‘Menores migrantes, a la espera’

Pese a su corta edad, estos jóvenes emprenden la travesía más dura de sus vidas para alcanzar un futuro mejor, en muchos casos incierto. "Cuando llegan se les pide que maduren antes que cualquier otro menor. A esto se unen otros obstáculos como el lingüístico, el burocrático o el laboral", comenta a RTVE.es Carlos González, responsable del programa de jóvenes tutelados y extutelados en la Fundación Accem. En 2023, se marcó un récord de llegadas de menores extranjeros no acompañados. No obstante, las entidades sociales destacan que detrás de estos números se oculta la realidad de miles de menores que huyen de sus países por pobreza, conflictos armados y violaciones sistemáticas de derechos.

Dejar atrás a la familia y aprender un nuevo idioma

Guillem Cladera, director de la Fundación Natzaret en Baleares, señala que al principio son reservados, pero con el tiempo y la confianza, comienzan a compartir sus historias. "Muchos conocen a personas que van a llegar, y en ocasiones escuchan que no han conseguido. Esto les remueve mucho". Dejar atrás a la familia y no perder el contacto es otra de las grandes preocupaciones, según comenta Ilias. "En todos estos años no los he podido ver, pero sigo en contacto para que sepan que estoy bien", relata.

Se les pide que maduren antes que cualquier otro menor

Ishak, de 22 años, destaca que, además, enfrenta el obstáculo del idioma. Hace cinco años llegó en un camión desde Melilla a Málaga y fue trasladado a un centro de acogida en las Baleares. "Por pura supervivencia, somos capaces de hacer cualquier cosa, aunque en mi caso me ha costado aprender el idioma y he encontrado algunas puertas cerradas en lo académico", explica a RTVE.es. Este joven narra el difícil trayecto que tuvo que recorrer, pasando dos días sin comer ni beber. "Ahora no lo volvería a hacer, pero era la única opción que tenía".

Menores migrantes de Marruecos cuentan en redes sus intentos por llegar a Ceuta

En 2023, España registró un aumento del 116% en la llegada de menores extranjeros no acompañados, alcanzando los 5.151. Este incremento se debe a la inestabilidad en el Magreb y África Occidental, siendo Senegal y Marruecos los principales países de origen. Los conflictos y la pobreza siguen siendo los principales motivos que llevan a estos jóvenes a emigrar. Ilias no quería acabar como sus hermanos mayores. "Ellos estudiaron durante años, pero nunca pudieron trabajar en lo que querían. Sabiendo que me podía pasar lo mismo, la única solución que veía era llegar a España", asegura. Ishak también recalca lo difícil que era conseguir una vida digna. "Para mí lo importante es la tranquilidad y allí no iba a tenerla".

La lucha por la regularización

La experiencia de un menor extranjero no acompañado a menudo se ve afectada por procesos burocráticos complejos y prolongados al entrar en el sistema de protección español. Aquí es donde las fundaciones y entidades sociales juegan un papel crucial al ayudarles a regularizar su situación migratoria, lo que influye en la oportunidad de estudiar, trabajar y emanciparse. "El objetivo es que, mientras gestionan su documentación, aprovechen el tiempo para aprender el idioma y buscar formación útil. Una vez que la tengan, podrán incorporarse al mercado laboral o continuar su formación de manera reglada", explica a RTVE.es la coordinadora de programas de inserción sociolaboral y emancipación en la Fundación Diagrama en Cataluña, Ilene Glasser.

Si bien las fundaciones y entidades sociales consideran que las modificaciones en la Ley de Extranjería han sido un paso importante hacia la mejora de la situación de estos menores, siguen existiendo desafíos en la implementación y la atención efectiva. "Hay que tener en cuenta que presentan situaciones muy diversas. En muchos casos, no cuentan con la información suficiente sobre los trámites o sobre sus propios derechos", añade Glasser.

Ishak comenta que en algunos trámites, como la renovación del NIE, siguen pidiendo una gran cantidad de documentos que puede llegar a alargarlo hasta más seis meses. "Son documentos que, en muchos casos, ya tienen y es tiempo que has perdido". Este joven relata que muchos quieren viajar, o hacer una visita a sus familias en sus países de origen, pero no pueden sin esta renovación. "Corren el riesgo de que no vuelvan o tengan que pagar una multa", añade.

Las mañanas de RNE - Somos Acogida, el salvavidas de los menores migrantes cuando se hacen mayores - Escuchar ahora

Por su parte, Guillem Cladera, de la Fundación Natzaret, destaca que el mayor desafío que tienen desde las fundaciones y asociaciones es conseguir esa regularización antes de cumplir los 18 años. Una situación que les preocupa cada vez más, dado que está aumentando el número de menores que se acercan a la mayoría de edad. "Reduce el tiempo para trabajar con ellos y prepararlos adecuadamente para una emancipación de calidad. Esto es problemático, ya que todos necesitamos nuestro espacio y tiempo para formarnos; vivir a un ritmo acelerado puede llevar a frustraciones y situaciones no deseadas".

El camino a la independencia

Hace tres años, Moumad, de 23, consiguió emanciparse. Antes, había estado viviendo en un piso de acogida junto con otros extutelados en Cataluña, donde le seguían preparando para poder vivir con total independencia. "Gracias a los educadores aprendimos a cocinar, hacer la compra nosotros mismos y a gestionar un poco el dinero que vamos ganando", señala a RTVE.es. Asegura que este ha sido siempre su sueño. Ahora, comparte su nómina con otras cuatro personas, sus hermanos y su madre, que siguen viviendo en Marruecos. Una realidad común entre los jóvenes que migran, ya que muchos de ellos comienzan a trabajar desde pequeños.

MOUAD

MOUAD

Tampoco encontrar casa ha sido una tarea fácil. "Muchas veces escuchan tu voz y directamente dicen que no quieren tener a un marroquí allí viviendo. Te discriminan antes de conocerte", afirma. No obstante, Moumad destaca que jamás ha tenido problemas con ningún vecino, que siempre ha encontrado apoyo.

En España, varias comunidades autónomas cuentan con programas y ayudas específicas para apoyar a los menores extranjeros no acompañados cuando cumplen la mayoría de edad. El objetivo es evitar que caigan en situaciones de exclusión social y desamparo, brindándoles herramientas para alcanzar una autonomía plena. Sin embargo, según destacan desde las propias fundaciones, esta no es la realidad de todas las comunidades.

Actualmente, este joven trabaja en la misma Fundación que, según destaca, "le dio la oportunidad de vivir una vida tranquila". Allí, cuida y ofrece consejos a otros con situaciones similares a las suya. También ha comenzado un grado de integración social y está muy ilusionado. "Me estoy formando en lo que realmente quiero y a mi ritmo".

Ishak también está en ese proceso de emancipación. En su caso, vive en piso tutelado con otros compañeros y está trabajando en un taller como mecánico. Ambos destacan que en los últimos años se ha facilitado el acceso al trabajo de los menores migrantes con las reformas legislativas. A 31 de diciembre de 2023, solo el 6% carece de permiso de trabajo, y el 60% de los menores y extutelados de 16 a 23 años está en alta laboral, según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Terminar con los prejuicios en torno a la inmigración

Desde la Fundación Accem, se subraya que uno de los principales desafíos que enfrentan estos jóvenes es la estigmatización. La mayoría de los jóvenes entrevistados por RTVE.es han sufrido esta discriminación, que, según señalan, se fundamenta en una narrativa equivocada sobre la inmigración.

"No se puede generalizar, no todos los marroquís son malos. Falta que la gente se siente contigo, te pregunte, te conozca y vea cómo somos de verdad", defiende Ilias.

Desde las fundaciones y asociaciones destacan que es importante enseñarles sobre sus derechos y que han llegado por unos motivos respetables. "También que entiendan que hay personas que piensan desde un prisma diferente, pero no tiene por qué afectarles", añade Ilene Glasser. A la vez, enfatizan la necesidad de crear espacios seguros para estos jóvenes, incluso cuando alcanzan la mayoría de edad. "Desde las fundaciones, establecemos esa primera base para que se sientan seguros, puedan ser ellos mismos y sientan que serán respetados y tratados como personas", comenta Glasser, quien añade que luego surge el reto de identificar esos espacios en su vida cotidiana.

Muchos consideran la posibilidad de regresar a sus países de origen si la situación mejorara, aunque por ahora lo ven como algo complicado. Anhelan una vida tranquila, empleo y la oportunidad de ayudar a sus familias. Tienen sueños y expectativas como cualquier otro joven, pero enfrentan prejuicios y obstáculos que se suman a los desafíos de la juventud actual. Agradecidos por el trato que han recibido en España, desean corresponder mediante su esfuerzo. "Venimos a trabajar, no a robar. Solo queremos un trabajo y un salario digno", concluye Ishak.