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Vivir bajo las bombas en Járkov, cuando lo cotidiano comparte espacio con la guerra

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Vivir bajo las bombas en Járkov, cuando lo cotidiano comparte espacio con la guerra

En su momento, las imágenes saltaron a la prensa internacional: dos belugas ucranianas, Pimbur y Miranda, evacuadas en dos piscinas de cinco toneladas, recorrían un viaje de 12 horas de carretera y 4 de avión desde Járkov hasta Valencia, para ponerlas a salvo de los bombardeos rusos. Atrás dejaban una localidad asediada por las fuerzas de Moscú, y que permanecerían en posiciones próximas hasta su retirada parcial en septiembre de 2022.

Ambas eran la joya del delfinario NEMO, abierto a menos de 30 kilómetros de la frontera rusa. Uno de los cuidadores, de nombre Vladislav, cuenta a RTVE que las alertas aéreas obligan a parar los espectáculos y desalojar la zona cada vez que suenan.

Aún hoy, lugares como el zoológico siguen abiertos pese a las constantes amenazas de ataques rusos. Es una de las pocas atracciones que quedan en Járkov, pero los visitantes ya no se inmutan por las alertas. Algunos, como Glab, quien ha venido con su hijo Dennis, busca en el lugar "algo de entretenimiento en una situación tan estresante".

Otros, como Dimitro, viene directamente desde Sumy, a tres horas de distancia en coche, para traer a su sobrina Alisa. "Los pingüinos son lo que más me gusta", dice.

Cuando Moscú invadió Járkov, respetó este recinto, lo que hizo "que los empleados llevasen allí a sus familias, porque fuera había bombardeos las 24 horas", relata la subdirectora del zoológico, Karina.

Sin espacio para relajarse

En el mismo día de la visita, las alertas suenan y se reportan noticias de una explosión. En la zona del bombardeo se ha montado un hospital de campaña y las excavadoras ya trabajan en torno a un edificio destruido.

Ha sido contra una comisaría, y hay al menos un policía fallecido y una treintena de agentes y civiles heridos. La ciudad es objetivo permanente de Moscú, que recibe sus envites hasta más de dos veces por día.

El pasado mayo, Rusia lanzó una ofensiva sobre Járkov que obligó a evacuar a miles de residentes, con ataques aéreos a gran escala que dejaron decenas de civiles muertos en la capital. Si bien los combates se han estancado finalmente, la acción obligó a diversificar las tropas ucranianas, que mantienen el pulso en Kursk mientras que Moscú avanza sobre Donetsk tras la toma de su última localidad, Novooleksiivka.