Mayte Alvarado nos invita a recorrer las cuatro estaciones de la vida y la obra de Gabriele Münter
- Publica Gabriele Münter. Las tierras azules, una coedición entre Astiberri y el Museo Thyssen-Bornemisza
- Más noticias sobre cómic e ilustración en El Cómic en RTVE.es
Hasta el próximo 9 de febrero el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta la primera retrospectiva en España de Gabriele Münter (1877-1962), una de las fundadoras de El Jinete Azul (Der Blaue Reiter), el legendario grupo de pintores expresionistas con sede en Múnich surgido a finales de 1911, al que también perteneció Kandinski, pareja de la artista. Y como es habitual en estos últimos años, la exposición viene acompañada de un cómic que nos ayuda a conocer mejor a la artista y comprender en qué circunstancias se gestaron algunas de sus obras. Se trata de Gabriele Münter. Las tierras azules (Astiberri - Museo Thyssen-Bornemisza), de la gran dibujante Mayte Alvarado (Badajoz, 1978).
"Tengo que reconocer que no conocía la obra de Gabriele Münter cuando recibí la propuesta para este cómic por parte de Héloïse Guerrier, editora de Astiberri -nos confiesa Mayte-. Así que ese descubrimiento de su vida y su obra se ha producido mientras trabajaba en el cómic. Ha sido una experiencia muy bonita poder dedicar todo ese tiempo a investigar y adentrarme en el mundo de la artista un poco sin saber que me iba a encontrar".
En las creaciones de ambas destaca su fabuloso uso del color, por lo que preguntamos a Mayte si cree que tiene algo en común con Gabriele: "No sabría decirte qué puntos en común hay entre la obra de Münter y mi propio trabajo. Primero, porque no he pensado en esos términos a la hora de abordar el cómic, no he buscado aspectos coincidentes entre ambas si no que me he dejado arrastrar por Gabriele y he seguido la corriente a ver hasta donde me llevaba. Y segundo, porque creo que hay cosas que se aprecian mejor desde fuera. No soy analítica con mi trabajo, pero tengo bastante confianza en las decisiones que tomo de manera intuitiva. Luego, entrevistas como esta me ayudan a pensar sobre lo que he hecho, en las ideas que están en el cómic pero que no había verbalizado mientras trabajaba. ¡Ahora no me queda más remedio que hacerlo porque me vais a preguntar!".
"Quería partir de la obra de Gabriele para hablar de su vida"
El cómic no es una biografía al uso, como nos comenta Mayte: "Puesta a reconocer cosas, también reconozco que como lectora de cómic no me siento demasiado atraída por las biografías… Sería una contradicción por mi parte haber decidido enfocarlo de esa manera. Creo que la mejor forma de afrontar un encargo, o al menos la más satisfactoria desde mi punto de vista, es llevarla a tu terreno y hacer algo que a ti misma te interese. En este sentido, me gustaría destacar la confianza y absoluta libertad que me han dado tanto desde el Thyssen como desde Astiberri, lo agradezco un montón".
Entonces... ¿Cuál ha sido el punto de vista elegido para hablar sobre Gabriele?. "Desde el principio tenía claro que quería partir de la obra de Münter para hablar de su vida. Existe una relación muy especial entre la vida y la obra de esta artista, o yo lo percibo de esa manera. En su cuadros encontramos autorretratos, escenas de su propia cotidianidad y de la de sus amigos y conocidos, los mismos motivos del paisaje que la rodeaba pintados en diferentes momentos de su vida…"
"Así que esa relación debía ser el eje sobre el que construir el cómic, la idea de que la artista creó una especie de registro de su propia vida a través de su obra -añade-. Pero no encontraba la forma de darle cohesión a esa idea, de crear una narrativa entre las obras que me sirviese para hablar también de su vida. Cuando se me ocurre utilizar las estaciones como hilo conductor todo lo que tenía en la cabeza toma forma, ya tengo el esqueleto del cómic. El paso de las estaciones es el transcurrir del tiempo y simboliza las diferentes etapas en la vida de la artista".
"Gabriele y Kandiski están al mismo nivel"
Como otras grandes artistas (por ejemplo las Sinsombrero), la relación que Gabriele mantuvo con Kandinski, durante 15 años, la eclipsó durante mucho tiempo. "Kandinsky fue profesor de Gabriele Münter en la escuela Phalanx -nos explica Mayte-, así que podríamos decir que influyó significativamente en la formación artística de Gabriele. Pero esta relación cambia y va evolucionando, en lo personal se convierte en una relación sentimental y en lo artístico, Gabriele se independiza convirtiéndose en una artista por derecho propio. Son dos artista que conviven juntos, están al mismo nivel y lo natural es entender que se influyeron el uno al otro durante esa convivencia".
"Tradicionalmente, nos han contado este tipo de situaciones de una manera muy sesgada por el género, con una preeminencia de los artistas masculinos sobre sus compañeras. Entenderlo de esta manera, como una influencia unidireccional en vez de como un ir y venir de ideas que se construyen en común, roza lo absurdo desde mi punto de vista", añade Mayte.
'El Jinete Azul', el grupo que cambió el Expresionismo alemán
De hecho, ambos fueron fundadores del grupo El Jinete Azul (1911) que transformó radicalmente el Expresionismo alemán, junto a otros artistas como Franz Marc, August Macke, Alexei von Jawlensky, Marianne von Werefkin o Paul Klee. "Fueron un grupo de artistas que comparten una forma de entender el arte pero manteniendo sus propias señas individuales -nos comenta Mayte-. Se materializaría en un par de exposiciones y en el Almanaque, una publicación que recogería todas estas ideas".
De hecho, el cómic comienza con Gabriele escuchando un discurso de Hitler en el que dice que va a destruir las obras de este grupo. "Mientras investigaba todo este periodo artístico en Alemania y lo que pasaría unas décadas después con la llegada del nacionalsocialismo al poder, encontré este discurso de Hitler en el que define lo que sería considerado como arte afín y por tanto, permitido, durante su gobierno. El “Arte Degenerado”, que sería todo aquel que no se ajustase a los ideales del régimen y que no pudiesen usar como propaganda, sería ridiculizado públicamente en una exposición. Esto englobaría tanto al expresionismo como a otros movimientos de vanguardia de principios del Siglo XX", nos explica Mayte.
"Me pareció muy pertinente comenzar el cómic con este discurso, que funciona como una especie de definición en negativo de temas que aparecen después. Contraponerlo a la visión del grupo de El Jinete Azul y a la forma en la que Gabriele Münter entendía y vivía la experiencia artística", añade la artista.
Además, Gabriele Münter jugó un papel fundamental en la conservación de las obras del grupo, como nos cuenta Mayte: "Es difícil especular sobre qué habría pasado con esos cuadros si Münter no hubiese decidido mantenerlos ocultos en el sótano de su casa de Murnau. Muchas de las obras que el Tercer Reich consideró como “Arte Degenerado” por ser contrarias a sus principios fueron confiscadas y subastadas. Algunas, destruidas. Pero creo que sí se puede afirmar que el hecho de que la mayor colección de El Jinete Azul se encuentre en la Lenbachhaus de Múnich y pueda ser visitada y disfrutada por cualquiera que decida acercarse, en vez de haber terminado en colecciones privadas, es obra de Gabriele Münter. Es lo que ella quería".
Murnau, el pueblo de las montañas azules
El lugar favorito de Gabriele Münter, donde vivió y plasmó sus paisajes más famosos fue la villa de Murnau en Baviera. "Coincidiendo con su llegada a Murnau, se desarrolla una etapa muy prolífica en la obra de Münter y Kandinsky pero especialmente en la de Gabriele. Parece claro que la artista encontró algo en ese entorno que la motivó a trabajar".
"Murnau es un pueblecito ubicado en los Alpes bávaros, en una zona conocida como Das Blaue Land, que se puede traducir como el país azul o la tierra azul -añade Mayte-. Este nombre se debe a un efecto de la luz (o algo así, no soy especialista en esos temas…) que hace que el perfil de las montañas se vea muy silueteado y de un tono azulado. Esas montañas azules en el horizonte son una constante en la obra de Münter, es inevitable pensar que tenían un significado especial para ella y por eso he querido darles un espacio importante en el cómic".
"Posteriormente -concluye Mayte-, Münter compraría una casa en Murnau. Una vez acabada su relación con Kandinsky y la etapa de El Jinete Azul, volvería a ella casi veinte años después, permaneciendo allí hasta su muerte. Es una constante dentro de la vida de Gabriele, es su “cuarto propio”.
"No quería replicar la obra de Münter, sino interpretarla"
El color siempre ha sido fundamental en la obra de Mayte, pero es muy distinto del de Gabriele. "Me he sentido muy cómoda en todo momento trabajando en este cómic, no siento que haya forzado mi estilo ni mis paletas de color ni nada en general. Todo ha fluido de manera muy natural. Tampoco se trataba de replicar de manera exacta la obra de Münter si no de interpretarla, adaptarla a mi propio estilo gráfico con la técnica que yo empleo y al medio en el que trabajo".
Hubo una larga etapa en la que Gabriel se centró en el dibujo, como también se explica en el cómic. Por eso preguntamos a Mayte qué le parece como dibujante: "Creo que dibujar siempre fue algo natural para Münter, fue una dibujante precoz. Es cierto que el dibujo vuelve a cobrar mucha relevancia en su producción artística en una época concreta debido a sus propias circunstancias vitales. Durante la década de los 20, Gabriele lleva una vida nómada sin hogar fijo y por tanto, sin un estudio que le permitiera pintar libremente. El cuaderno y el apunte rápido se convierten en su medio de expresión principal y las personas, tanto conocidas como desconocidas, en su motivo favorito·.
"Esta faceta de dibujante es una de las cosas que más me sorprendieron sobre Gabriele Münter. Creo que era una dibujante fantástica, con una gran capacidad de síntesis en el trabajo con línea", añade Mayte.
Tras estudiar la obra de Gabriele Münter para el cómic preguntamos a Mayte cuál es su obra favorita de la alemana: " Hay muchos cuadros de Gabriele Münter que me parecen maravillosos, pero después de estos meses trabajando sobre ella y su obra hay algunos que son especiales para mí, con los que he formado un vínculo o algo así. Entre ellos, yo destacaría El desayuno de los pájaros, el cuadro que se corresponde con el fragmento del invierno en el cómic. Aparte de ser el cuadro del que surge la idea de utilizar las estaciones como hilo conductor dándome la clave para la estructura del cómic, se trata de un autorretrato de la artista con la singularidad de que se representa a sí misma de espaldas, negándonos parte de la información al no ver su rostro. Me parece bastante fascinante esta decisión".
En cuanto a con qué se quedaría de la gran artista, Mayte nos confiesa: "Con lo que yo me quedo de haber trabajado en este cómic es con la propia forma en la que Gabriele Münter entendía y vivía su arte. Si podemos considerar la expresión artística como una forma de relacionarse con el mundo, y así es un poco como yo lo veo, me gusta mucho la manera en la que ella estableció esta relación, alejada de grandilocuencias y aspavientos y centrada en su propia experiencia personal de una manera muy íntima y honesta".