Cuando la IA ayuda a identificar cadáveres con una foto de la persona y la comparación con su cráneo
- Investigadores de la Universidad de Granada identifican cuerpos con la técnica de superposición craneofacial
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La Inteligencia Artificial puede tener un papel clave en las labores de investigación forense. Un proyecto impulsado por investigadores de la Universidad de Granada permite identificar cadáveres con una técnica basada en la comparación de una foto de la cara de la persona en vida con una imagen de su cráneo mediante una superposición automatizada con inteligencia artificial.
El catedrático Oscar Cordón, investigador del Instituto Andaluz de Investigación en Ciencia de Datos e Inteligencia Computacional de la Universidad de Granada, ha explicado que este proyecto se basa en identificar un cadáver por medio de la "superposición craneofacial". La técnica en concreto consiste en superponer una o varias fotos de la cara de la persona en vida sobre una imagen bidimensional del cráneo de su esqueleto. "Los antropólogos te dicen que una cara corresponde a un cráneo, exactamente igual que una huella dactilar corresponde a una única persona", ha explicado este especialista de la Universidad de Granada, en su intervención en el congreso Datafórum Justicia 2024, celebrado en Granada el 11 y 12 de noviembre.
Cordón ha contado que la superposición craneofacial es una técnica "de último recurso" que en España se aplica cuando no se puede realizar la identificación forense por huellas dactilares, por análisis de ADN o por estudio de piezas dentales. Ha señalado que, según la Guardia Civil, el "95 por ciento de las identificaciones que se hacen" en nuestro país se realizan "por huellas dactilares" y que los métodos de identificación por huellas, ADN o piezas dentales son "muchísimos más fiables" que la superposición craneofacial.
Para confirmar la identidad de una persona, esta técnica hace una superposición de la foto de la cara sobre la imagen del cráneo para analizar una serie de puntos faciales (landmarks, en inglés) que tienen que coincidir con la posición en el cráneo. "Si tratas de casar las cuencas oculares y la nariz, si no es la misma persona, no te va a casar la barbilla o, sobre todo, los dientes no van a casar correctamente", ha indicado Cordón. El papel de la inteligencia artificial en este proyecto se basa en "automatizar" con total precisión esa superposición de las dos imágenes, una tarea que cuando comenzó este proyecto en la Universidad de Granada hace 19 años la realizaban los investigadores "a mano" utilizando el programa de edición fotográfica Adobe Photoshop, con lo que ello suponía de horas de trabajo.
Actualmente el proyecto cuenta con un escáner que tiene un coste de unos 72.000 euros y que realiza un modelo tridimensional del cráneo con un margen de error menor de "un milímetro" en la superficie craneal. Con esa imagen, la inteligencia artificial se encarga de automatizar la superposición con la foto de la cara para analizar los puntos coincidentes y lo hace impulsada por un algoritmo de aprendizaje profundo (deeplearning).
El empleo de la IA ahorra horas de trabajo a los investigadores
Este empleo de la IA permite al forense ahorrarse horas de estudio al no tener que encargarse personalmente de superponer las imágenes y, además, le posibilita descartar superposiciones de imágenes que no tienen coincidencias en los puntos faciales y craneales. En el marco de este proyecto, los investigadores de la Universidad de Granada han impulsado un software, Skeleton-ID, que integra el método de la superposición craneofacial en un programa disponible para instituciones, agencias y clientes dedicados a la investigación forense.
El catedrático de la Universidad de Granada ha explicado que la técnica de identificación se ha utilizado con el esqueleto del poeta Dante Allighieri. Ha destacado que el primer caso documentado "en un juzgado" se registra en 1935 en el Reino Unido, donde se emplea para identificar el cuerpo desmembrado de la esposa del doctor Buck Ruxton en Escocia.
Fuera de España, la superposición craneofacial se ha utilizado en 2006 para identificar restos mortales de víctimas del tsunami registrado en Indonesia en diciembre de 2004. También en 2017 en Lituania para identificar varios restos óseos encontrados en el castillo de Vilna comparándolos con retratos fotográficos.
En España, este método de identificación se ha aplicado en "más de 20 casos" relacionados con la Memoria Histórica. Más recientemente se ha empleado para conseguir identificar los restos mortales de dos hermanos marroquíes muertos en el mar Mediterráneo.