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Las personas que viven en la calle en Barcelona fallecen 25 años antes que la media de la población, según un estudio

  • En el caso de las mujeres sin hogar la situación es peor y fallecen casi 36 años antes, según un estudio
  • Un 64% de las personas en situación de sinhogarismo ha muerto en la calle

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Fundación Arrels, trabajo de calle.
Una voluntaria de la Fundación Arrels charla con una persona en situación de calle en Barcelona. GETTY IMAGES

En los últimos ocho años han fallecido en Barcelona 495 personas que vivían en la calle, con una edad media de 57 años, lo que supone 25 años menos que la media de defunción del conjunto de la población de la ciudad. En el caso de las mujeres sin hogar, la situación es peor y la media de edad a la hora de fallecer fue de 48 años, casi 36 años menos.

Estos datos han sido facilitados este martes por la directora de la Fundación Arrels, Beatriz Fernández, durante una rueda de prensa en Barcelona para dar a conocer un estudio sobre la salud de las personas sin hogar en la ciudad elaborado por esta entidad. Se trata de la monografía La salud de las personas que viven en la calle en Barcelona, con datos que se han extraído de las encuestas que organiza la fundación entre las personas sin hogar en Barcelona, gracias a voluntarios, y que se basan en la percepción de las personas consultadas.

Necesidad de un "Código Sinhogar"

La directora de Arrels ha estado acompañada por la doctora de familia del EAP Raval Sud y miembro de la junta directiva del Colegio oficial de Médicos de Barcelona, Beatriu Bilbeny, que ha reclamado la creación de un "Código Sinhogar" que debería funcionar como una alerta sanitaria cuando las personas que duermen en la calle acuden a un centro médico.

La doctora del CAP Drassanes, Beatriu Bibleny, y la directora de la Fundació Arrels, Beatriz Fernández

La doctora del CAP Drassanes y miembro de la junta del Col·legi de Metges de Catalunya, Beatriu Bibleny, y la directora de la Fundació Arrels, Beatriz Fernández, en una rueda de prensa. FUNDACIÓN ARRELS

"Sin estigmatizar y con todo el respeto, este código permitiría dar prioridad a la atención sanitaria de estas personas y a hacer una valoración social precoz", que evitaría que se diesen altas médicas de madrugada o que no sean derivados a otros centros sociosanitarios para su recuperación total, por falta de plazas o de burocracia.

Según las cifras de los fallecidos en los últimos ocho años, un 64% de las personas en situación de sinhogarismo han muerto en la calle y un 30% en un hospital, residencia o centro sociosanitario. Un 9% falleció por violencia y un 7% por suicidio, de un total de 495 fallecidos, de los que 437 eran hombres y 58, mujeres.

Un 25% sin cobertura sanitaria

Una de cada cuatro personas sin hogar consultadas ha afirmado no tener cobertura dentro del sistema sanitario público catalán, y de estas, un 63% han sido atendidas en los servicios de urgencias de los centros médicos y hospitalarios de la ciudad. También una de cada cuatro ha declarado que no se puede tomar algún medicamento por no poder afrontar el copago farmacéutico, a pesar de necesitarlo para curarse.

La enfermedad crónica más percibida por las personas sin hogar son los trastornos mentales, en un 33% de los casos, seguidos de las infecciones (23%), dolor en el aparato locomotor (17%) o el respiratorio (16%).

Bilbeny ha explicado que las personas sin hogar dan prioridad a sobrevivir, es decir, a acudir a un comedor social para recibir alimentación antes que permanecer en el centro de salud para acabar de hacer pruebas o tener un diagnóstico médico. También ha apuntado la necesidad de disponer de un acceso directo y ágil a un profesional de trabajo social en los Centros de urgencias de Atención Primaria y permitir que los menores de 65 años sin hogar puedan acceder a los recursos residenciales definitivos, además de aumentar las plazas de los mismos.

Para Fernández, "vivir en la calle mata, y las personas que vivían o habían vivido en la calle en los últimos ocho años murieron sobre todo por causas médicas, pero también por violencia, suicidio o sobredosis, unas situaciones que se podrían haber abordado mediante una atención sanitaria precoz y eficaz".