El portugués António Costa sucede a Charles Michel como presidente del Consejo Europeo
- El ex primer ministro, que asume oficialmente sus funciones este domingo, ha prometido defender los valores de la UE
- Entre sus retos están la guerra de Ucrania y las relaciones con Estados Unidos tras la victoria de Trump
El relevo en la presidencia del Consejo Europeo se ha hecho patente este viernes. En una ceremonia en su sede en Bruselas, el ex primer ministro portugués, António Costa, ha recibido la tradicional campanilla, un símbolo que ostentan los líderes de esta institución europea, de manos de su antecesor, el liberal belga Charles Michel, después de que fuera elegido para el cargo en junio.
"¡Funciona!", ha exclamado sonriente tras agitarla en medio de un sonoro aplauso de los asistentes, entre los que han podido verse altos cargos como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
En un tono más solemne, Costa, que asume oficialmente sus funciones este domingo, ha prometido en su intervención seguir con la labor de convocar y arbitrar las cumbres de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE), así como trabajar para defender el multilateralismo, la cooperación y valores de los Veintisiete.
"En este mundo globalizado, la única forma de ser realmente patriota, de tener soberanía, es construir una Europa común", ha afirmado. El luso se ha referido, además, a la necesidad de alcanzar una paz en Ucrania "que no recompense al agresor". "Debemos escribir un nuevo capítulo de la Unión Europea como proyecto de paz: más fuerte, más eficiente, más resiliente y más autónoma en seguridad y defensa", ha enumerado. Michel, por su parte, le ha deseado "lo mejor" para el cargo, según ha dicho en su discurso y ha publicado, después, en redes sociales.
El método Costa para el nuevo ciclo político
Costa es hijo de una periodista feminista y de un escritor comunista originario de la excolonia lusa de Goa (India). Nació en Lisboa, en 1961, y se formó como abogado. Comenzó una larga carrera política —apadrinado por António Guterres, actual secretario general de Naciones Unidas— donde ha cosechado fama de hábil negociador. También, se ha desempeñado como alcalde de Lisboa (2007-2015), eurodiputado (2004-2005) y ministro de las carteras de Asuntos Parlamentarios, de Justicia y de la Administración en distintos períodos entre 1997 y 2007.
El ahora nuevo presidente del Consejo Europeo es el cuarto en el cargo tras Herman Van Rompuy (2009-2014), Donald Tusk (2014-2019) y Michel (2019-2024) y llega a la institución tras haber ejercido como primer ministro de Portugal entre 2015 y 2024, cargo del que dimitió al ser investigado por un caso de corrupción.
Desde su designación como presidente del Consejo de la UE, Costa ha reclutado como jefe de gabinete al hasta ahora embajador de Portugal ante la UE, Pedro Lourtie, y ha viajado a veinticinco de las veintisiete capitales de la UE —todas menos Sofía y Bucarest— para recabar los temas esenciales del nuevo ciclo político. Además, ha convocado para el próximo 3 de febrero una cena informal para los líderes europeos para tratar, entre otros asuntos, sobre la defensa del club comunitario.
Con mandato para dos años y medio renovable, el luso tendrá que calibrar, asimismo, cómo relacionarse con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sentar las bases de la nueva relación con el Reino Unido y tener un ojo puesto en las relaciones entre Rusia y China. En cuanto a su método de trabajo, intentará otorgar más protagonismo a los embajadores de los Estados miembros ante la UE y retomará una idea que, al menos a Tusk, no le funcionó: procurará concentrar los Consejos Europeos (cumbres) en un solo día.
El mandado de Michel: de la pandemia al 'sofagate'
El mandato de Charles Michel (Namur, 1975), ex primer ministro de Bélgica (2014-2019) ha estado marcado por el Brexit, la pandemia, la guerra de Ucrania y la de Israel y Hamás en Gaza, que han hecho su papel como orquestador de cumbres de la Unión Europea especialmente relevante.
En particular, las condiciones fueron complejas durante la COVID-19, cuando los líderes debían reunirse por videoconferencia, una configuración menos propicia para las negociaciones. Esto llevó a Michel a tener que hacer frente a la segunda cumbre más larga de la historia de la UE, en julio de 2020: cuatro días y cuatro noches de discusiones, para poner de acuerdo a los 27 en el mayor plan de recuperación pospandemia basado en una deuda común. También se ha esforzado por preservar la unidad del club comunitario ante la guerra desatada por Rusia en Ucrania.
Algunas polémicas también han rodeado a Michel. La más sonada fue la conocida como Sofagate, en la que en una visita junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a Turquía, ella quedó relegada a sentarse en un sofá en un segundo plano, mientras Michel estaba al lado del presidente turco Recep Tayyip Erdogan. La imagen se hizo viral y acusaron a Charles Michel de no haber reaccionado ante la situación. La última polémica fue el anuncio de Michel de que dejaría el cargo a mediados de julio para presentarse a las elecciones del Parlamento Europeo de 2024 como candidato del partido de centroderecha belga, el Movimiento Reformador, una idea que abandonó poco después tras las críticas recibidas.
Pese a los altibajos, Michel ha dedicado palabras emotivas a la institución en su despedida. "La Unión Europea es probablemente el sueño más hermoso de la historia de la humanidad (...). Pese a todas las dificultades, soy tan optimista sobre nuestro futuro europeo, por su gente, por su energía y por sus sueños", ha dicho Michel en un discurso en el que también ha dado la bienvenida a Costa.