La ONG del chef José Andrés suspende su actividad en Gaza tras la muerte de tres de sus trabajadores en un ataque israelí
- Israel dice que uno de los fallecidos participó en el 7 de octubre, algo que Wold Central Kitchen dice desconocer
- El bombardeo se produce ocho meses del ataque que mató a otros siete empleados de la ONG
La ONG del chef español José Andrés ha suspendido su actividad en Gaza tras la muerte este sábado de tres de sus trabajadores en un ataque israelí.
Así lo ha anunciado la propia organización en redes sociales que asegura que se están "recopilando más detalles" sobre lo sucedido y ha negado conocer si uno de los fallecidos habría participado en el ataque de Hamás del 7 de octubre, tal y como asegura Israel.
"Nos entristece comunicar que un vehículo en el que viajaban compañeros de World Central Kitchen ha sido alcanzado por un ataque aéreo israelí en Gaza. En este momento, estamos trabajando con información incompleta y estamos buscando urgentemente más detalles", reza el comunicado de la ONG en X.
"World Central Kitchen no tenía conocimiento de que ninguna de las personas que viajaban en el vehículo tuviera presuntos vínculos con el ataque de Hamás del 7 de octubre. World Central Kitchen ha suspendido sus operaciones en Gaza en este momento. Nuestros corazones están con nuestros colegas y sus familias en este momento inconcebible", ha añadido.
Fuentes locales ubican los hechos en la carretera de Salah al Din, en la zona de Satar al Sharqi en el noreste de Jan Yunis. Según ha relatado un testigo a EFE, mientras se aseguraba el convoy con ayuda humanitaria, unas personas han intentado apoderarse de mercancía.
En ese momento, un dron israelí ha disparado a la parte trasera de uno de los camiones, han aseverado. Entonces, varias personas se acercaron a ayudar y los drones lanzaron otro misil contra el todoterreno donde viajaban los trabajadores, que llevaban el logotipo de la ONG.
Israel dice que uno de los muertos participó en el 7 de octubre
En total cinco personas viajaban en el vehículo, de las que ninguna ha sobrevivido al ataque. Entre los tres empleados muertos, se encuentra el responsable de las cocinas comunitarias en el este de Jan Yunis del WCK, un conductor y el encargado de evaluación y monitoreo, han dicho fuentes locales.
El Ejército israelí ha indicado, no obstante, que uno de los muertos, Hazmi Kadih, era trabajador de WCK y un miliciano que había participado en la masacre del 7 de octubre en el Kibutz Nir Oz. En un comunicado castrense, y que habían recibido información de inteligencia "creíble sobre su ubicación en tiempo real" y ha pedido a la comunidad internacional y a la administración de la ONG que investiguen su contratación.
En un comunicado anterior, el Ejército dijo que el vehículo civil no usaba distintivos y que su movimiento "no estaba coordinado para el transporte de ayuda".
Las facciones islámicas en Gaza han aseverado en un comunicado que "este crimen revela aspectos peligrosos y violaciones horribles relacionadas con los objetivos de la guerra de exterminio". "Estos crímenes repetidos que apuntan a organizaciones humanitarias, asociaciones de socorro, centros de preparación y distribución de alimentos y convoyes de ayuda son mensajes directos de amenaza y terror a todos los organismos activos en el trabajo humanitario", han explicado en el texto.
Ocho meses del ataque de mató a otros siete empleados
El pasado 2 de abril, otros siete trabajadores del WCK murieron en un triple ataque israelí contra su convoy humanitario cuando abandonaban un almacén en Deir al Balah, centro de Gaza, pese a haber coordinado sus movimientos con el Ejército israelí.
Tres días más tarde, el Ejército dijo que se trató de un “error” al creer que en él vehículo viajaban dos milicianos armados de Hamás. Murieron el palestino Saifeddin Ayad Abutaha, la australiana Lalzawmi Frankcom, el polaco Damian Soból, el canadiense-estadounidense Jacob Flickinger y los británicos John Chapman, James Henderson y James Kirby.
Aunque iba perfectamente identificada, la caravana recibió el impacto de tres misiles disparados por un dron, lo que fue “una grave violación de las órdenes y de los procedimientos operativos estándar de las Fuerza de Defensa de Israel”, concluyó la investigación militar, que cesó a los responsables.