La aviación rusa bombardea el bastión de los rebeldes en Siria tras la toma de Alepo
- Al menos diez civiles han muerto y más de 50 han resultado heridos en ataques de la aviación de Siria y Rusia
- Es la respuesta a la caída bajo control rebelde de Alepo sin apenas resistencia de las tropas de Al Assad
Al menos diez civiles han muerto este domingo y más de 50 han resultado heridos en ataques de la aviación de Siria y Rusia, principal aliado de Damasco, en la provincia de Idlib, en el noroeste sirio y bastión de los rebeldes al régimen de Bachar al Asad.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) afirma que un civil ha muerto y "varios resultaron gravemente heridos" en cinco ataques aéreos de la aviación rusa contra un campo de desplazados en el barrio Al Jamaa. Además, otras cinco personas han muerto en bombardeos rusos cerca de la Universidad de Alepo, ciudad del norte de Siria que se encuentra ya fuera del control del régimen tras la ofensiva lanzada por una coalición de grupos rebeldes.
"Cuatro ataques aéreos rusos tuvieron como objetivo la plaza cercana a la Universidad de Alepo, matando al menos a cinco personas", ha declarado Rami Abdel Rahmane, director del OSDH, sin precisar si se trataba de civiles o de combatientes rebeldes.
El presidente sirio ha prometido este domingo utilizar la "fuerza" para erradicar el "terrorismo". Lo ha hecho durante una llamada telefónica con un funcionario de Abjasia, región separatista prorrusa de Georgia, ha informado la agencia de noticias oficial siria Sana. "El terrorismo solo entiende el lenguaje de la fuerza, y es con este lenguaje con el que lo quebraremos y eliminaremos, sean quienes sean sus partidarios y patrocinadores", ha dicho Al Asad, citado por Sana.
Según ha indicado el grupo de rescatistas Cascos Blancos en X, cuatro civiles, entre ellos una mujer, han perdido la vida y otros 54 han resultado "gravemente heridos", en su mayoría niños, en bombardeos de la aviación del Ejército regular sirio contra Idlib, incluidos campos de desplazados.
"Se trata de un balance no definitivo de los brutales ataques aéreos de los aviones de combate del régimen que tuvieron como objetivo barrios de la ciudad de Idlib, dos campos para personas desplazadas, instalaciones sanitarias y educativas y mercados de la ciudad", ha indicado el grupo.
Estos ataques son la respuesta a la caída bajo control rebelde de Alepo. Sin apenas resistencia, las tropas de Al Asad se han retirado de la segunda ciudad siria. Milicias islamistas comandadas por el grupo salafista Hayat Tahrir al Sham (HTS) lo celebran.
Alepo bajo control rebelde ocho años después
Los rebeldes islamistas no solo han tomado los principales barrios y edificios gubernamentales de Alepo, también el aeropuerto internacional. Una ciudad en la que no ponían los pies desde que salieron derrotados por el régimen en 2016. "Damos gracias a Alá por la liberación de nuestra ciudad", dice un retornado.
El Ejército de Al Asad reconoce que ha perdido terreno ante miles de terroristas extranjeros, dice, con armas pesadas y drones. Turquía, que apoya a los rebeldes sirios, niega estar implicado. El Gobierno turco lleva meses intentando recomponer lazos con el sirio, rotos desde el inicio de la guerra en 2011.
Rusia e Irán, aliados de Al Asad, han salido rápidamente en su apoyo. La aviación de Vladímir Putin ha vuelto a bombardear Alepo, como no hacía desde 2016. Uno de esos ataques ha alcanzado a decenas de civiles en una rotonda, causando una masacre.
La escalada militar no solo afecta a Alepo. Desde su feudo de Idlib, los rebeldes también avanzan hacia el sur, en dirección a Hama, retomando la iniciativa tras años de estancamiento en la guerra. La desbandada de las tropas de Al Asad vuelve a demostrar que su régimen tendría difícil sobrevivir sin las fuerzas de Irán y Rusia.
Quinto día de ofensiva islamista
Cinco días de ofensiva de la alianza islamista Organismo de Liberación del Levante y facciones apoyadas por Turquía han bastado para expulsar al Ejército y a las milicias proiraníes aliadas del presidente sirio, Bachar al Asad, de grandes zonas del noroeste de Siria, entre ellas Alepo.
Los rebeldes iniciaron su ofensiva el pasado 27 de noviembre, coincidiendo con la entrada en vigor de la tregua en el Líbano tras poco más de un año de hostilidades entre Israel y Hizbulá, un importante aliado en Siria que se ha visto muy debilitado en los enfrentamientos con el Ejército israelí.
La ofensiva tiene lugar en un momento en el que Turquía busca restablecer las relaciones con Damasco, pero Al Asad pide como condición las tropas de Ankara del norte de Siria y el fin de su apoyo a grupos opositores a los que su Gobierno y Rusia califican de "terroristas".
En los cuatro días anteriores, los insurgentes han logrado unas victorias militares impactantes: no solo se han hecho con Alepo, sino que también han recuperado el control de la totalidad de la provincia de Idlib e incluso se han aventurado a adentrarse en el norte de la demarcación administrativa de Hama, más al sur.
Para ello, los rebeldes han utilizado tácticas de guerrilla e incluso se han hecho explotar en coches bomba para romper las primeras líneas de defensa de las milicias proiraníes y del Ejército de Al Asad. Además, cuentan con un amplio arsenal de cohetes, armas pesadas e incluso drones de asalto.
Este representa el mayor golpe al Gobierno de Al Asad desde principios 2020, cuando el Ejército sirio recuperó el control de varias zonas estratégicas de Idlib bajo dominio de facciones insurgentes desde 2012, un año después del estallido de la guerra civil en Siria.