Tormenta en el Mar de las Calmas: un Parque Nacional que divide a la isla de El Hierro
- El proyecto del primer Parque Nacional Marítimo español ha levantado ampollas en esta pequeña isla canaria
- Una parte importante de la población teme que pueda aumentar las restricciones en su relación tradicional con el mar
Un nuevo cayuco enfila la bocana del puerto de La Restinga, remolcado por una embarcación de Salvamento Marítimo. Faltan pocos minutos para las once de la mañana y esta localidad herreña, ubicada en el extremo meridional del territorio español, prosigue impasible con su rutina diaria. En las terrazas de las cafeterías se sirven los últimos desayunos, mientras los pescadores comienzan ya a regresar con las capturas del día, y las lanchas neumáticas cargadas de buceadores van y vienen hacia los puntos de inmersión, cruzándose con la barcaza abarrotada. Es el segundo cayuco que aparece en menos de 24 horas, y desde que se reactivó la ruta canaria del Atlántico el desbordamiento es tal, que a los habitantes de la isla ya no les sorprende, salvo a algún turista recién llegado que asiste por primera vez al drama en carne y hueso de la desesperación humana.
Los migrantes pasan por El Hierro prácticamente como fantasmas, ya que del muelle son trasladados al Centro de Acogida Temporal de Extranjeros de San Andrés, o al antiguo convento de La Frontera, desde donde les derivan a Tenerife o a Gran Canaria, e incluso a la península si se considera necesario. No sucede lo mismo con los menores no acompañados, a los que la ley otorga una mayor protección que les ha permitido integrarse discretamente en la isla. Estos jóvenes conviven en el centro de acogida ubicado en la capital, Valverde, y acuden a los colegios e institutos públicos. Por la tarde, muchos se reúnen en el campo de fútbol, o en la puerta del supermercado que hay enfrente, donde a veces se les puede ver dentro, contemplando con fascinación las estanterías repletas de productos.
Aunque la apacible vida de El Hierro ha continuado desarrollándose con relativa normalidad, la llegada masiva de migrantes se ha convertido en su principal motivo de preocupación. A esta inquietud se ha unido otra que ha dividido a esta pequeña isla de poco más de 11.000 habitantes, especialmente en los últimos meses: la creación del Parque Nacional Marítimo del Mar de las Calmas, que ha sido acogida con recelo por una parte importante de la sociedad herreña. Tras su aprobación por el Consejo de Ministros y publicación en el BOE a comienzos de agosto, el proyecto se encuentra actualmente en periodo de consulta pública, que finaliza el próximo 9 de diciembre.
La primera pregunta que surge a la hora de abordar esta cuestión es clara: ¿Cómo un parque nacional, la máxima figura de protección que se otorga en España a un espacio natural, y en todo caso algo objetivamente positivo, puede suscitar semejante rechazo? RTVE.es ha viajado a El Hierro para intentar encontrar una respuesta, y encajar las piezas de este rompecabezas que tienen un denominador común: el temor de la población isleña a que el nuevo parque aumente las restricciones en su relación tradicional con el mar, además de que sea exclusivamente gestionado desde Madrid, a 2.000 kilómetros de distancia, sin tener en cuenta sus características particulares.
Aguas especialmente ricas
Pero comencemos por el principio. ¿Qué llevó a escoger a El Hierro como el lugar más apropiado para albergar el primer parque nacional marino de España, y el segundo de Europa? ¿Está justificada esta decisión? Desde el punto de vista científico, apenas hay dudas, ya que si hay unas aguas que merecen esta distinción en todo el territorio nacional, seguramente sean las del Mar de las Calmas. "Se trata de una región muy rica y biodiversa, tanto de especies que están sobre el fondo como de poblaciones de cetáceos y de aves, y por eso es importante protegerla", expresa Laura Martín García, investigadora del Centro Oceanográfico de Canarias (IEO/CSIC), quien hace hincapié en "la abundancia de especies que hay allí, en comparación con otras regiones".
Sobre el recelo de una parte de la sociedad herreña, esta bióloga apunta a que "el buen estado del Mar de las Calmas muestra una vez más que su conservación es compatible con las actividades que ya se vienen realizando tradicionalmente en la isla, como la pesca artesanal, y así lo ha demostrado la reserva que lleva muchos años funcionando". Martín García hace referencia a la Reserva Marina de Interés Pesquero que fue establecida en 1996, con el objetivo de proteger los recursos de la zona y conservar su biodiversidad marina; una iniciativa que estuvo impulsada por la cofradía de pescadores Nuestra Señora de los Reyes, la única que existe en la isla. Aunque el nuevo parque nacional abarcaría una extensión mucho mayor, ya que se pasarían de las 750 hectáreas actuales a más de 24.000.
"El parque no prohibiría todas las actividades, porque no ha ocurrido así en casos similares, sino que lo que permitiría es una gestión y un control para que no haya un desbordamiento", defiende esta bióloga.
El Organismo Autónomo Parques Nacionales, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, encargó al grupo científico al que pertenece Laura Martín García la caracterización del Mar de las Calmas, como una parte del trabajo preparatorio de cara a la creación del futuro Parque Nacional*. Sin embargo, ella quiere dejar claro que el Instituto Español de Oceanografía, del que depende el Centro Oceanográfico de Canarias, "no es el organismo que toma ese tipo de decisiones", y enfatiza que ellos quieren mantener "una postural neutral".
Espacio vulnerable
Quienes sí que han mostrado un apoyo manifiesto al proyecto han sido las asociaciones ecologistas, cuyo papel ha sido fundamental a la hora de impulsar la creación del futuro parque. Una de las más destacadas es Oceana, que ha realizado varias campañas para proteger la biodiversidad de la zona. "Llevamos varias expediciones en El Hierro desde 2009, y lo que hemos encontrado han sido muchas comunidades, hábitats y especies emblemáticas que son muy vulnerables a las presiones provocadas por el ser humano", asegura el asesor de políticas ambientales de esta organización, Michael Sealey. "Es un sitio que ahora mismo está tan bien conservado, que consideramos que habría que blindar esa protección, tener una figura de protección que lo salvaguarde de cualquier futuro impacto", argumenta.
Lo que Sealey parece tener claro es que "cualquier espacio marino protegido solo funcionará si los sectores involucrados y afectados lo apoyan, porque si no, habrá un boicot y se caerá por su propio peso". En este sentido, opina que "se está haciendo un gran esfuerzo desde el Ministerio y Parques Nacionales para tener en cuenta a las voces de la isla antes de la creación del parque".
Un esfuerzo conciliador que, de momento, no está siendo percibido por la sociedad herreña, o al menos por una parte de ella. "Yo no veo el consenso, no es real, cuando la realidad te dice que los tres ayuntamientos de la isla están en contra, cuando en el Parlamento de Canarias se ha hecho una propuesta en contra de cómo se está llevando a cabo toda la gestión, y ha llegado al Parlamento nacional, que también está en contra; cuando se ha vetado la posibilidad de debatirlo en el Cabildo…", expresa Wolfgang Padrón, portavoz de la Plataforma de Afectados por el Parque Nacional Marino de El Hierro.
Esta agrupación es una iniciativa de carácter ciudadano que nació con el objetivo de aunar a los principales sectores de la isla que pueden verse perjudicados por la creación del parque. En ella están representados la cofradía de Pescadores, Pescarestinga, la Asociación de Centros de Buceo, la Asociación de Turismo Rural, Ashotel, el Centro de Iniciativas y Turismo (CIT), las dos asociaciones de pesca recreativa y la Asociación de Pescadores Submarinos.
La pesca, el sector clave
Quizá la pieza clave de este rompecabezas, alrededor de la que comienza a encajar el resto con mayor facilidad, es el sector de la pesca, que a su vez se puede dividir en dos: la profesional y la recreativa. La segunda es la que, en principio, se vería más perjudicada por la creación del parque; pero comencemos por la primera, la más importante.
En La Restinga, el principal puerto pesquero de la isla, existen dos entidades relacionadas con la pesca profesional: la Cofradía Nuestra Señora de los Reyes, que representa al 100% de los pescadores; y la Sociedad Cooperativa del Mar Pescarestinga, encargada de la comercialización del pescado, y que engloba a más del 90% de los profesionales herreños del mar.
Como ya se ha mencionado, estos pescadores fueron los principales artífices de la reserva marina que lleva funcionando en el Mar de las Calmas desde 1996, y que no ha supuesto ningún impedimento para que hayan seguido desarrollando su actividad con normalidad gracias al empleo de artes tradicionales. Ellos entienden que la creación del parque debería ser una continuación de esta medida, pero antes de ofrecer su apoyo definitivo "necesitan estar muy seguros" de las implicaciones que tendrá a medio y largo plazo en su trabajo, además de blindarse ante posibles cambios de la ley que puedan afectarles.
Un problema de "desinformación"
"Nosotros, a día de hoy, todavía no hemos decidido si estamos a favor o en contra. En las reuniones que hemos tenido con el Organismo de Parques Nacionales le hemos expuesto nuestras inquietudes y nuestras necesidades, y es verdad que hasta ahora no hemos tenido ningún problema, ya que han aceptado prácticamente todo", expone Jesús Machín Gutiérrez, presidente de la Sociedad Cooperativa Pescarestinga.
Este pescador, armador y patrón recuerda que "cuando se creó la reserva también hubo un cierto rechazo por parte de la isla, pero no fue tanto como ahora con el parque", algo que achaca principalmente "a la desinformación". "Yo creo que si la gente supiera qué es lo que está intentando hacer Parques Nacionales, qué es lo que quiere hacer y cómo lo quiere hacer, muchos cambiarían de opinión. Lo que pasa es que al que no le interesa, o no le gusta, va rodando que es malo, sin argumentos, y la gente se pone en contra", asegura.
Machín Gutiérrez sí que ve una voluntad clara de consenso por parte del Organismo Autónomo de Parques Nacionales, y explica que "normalmente, primero se crea el parque y luego se hace la legislación, pero en este caso primero están hablando con nosotros, y eso significa que están contando con nosotros, y además prácticamente todo lo que les estamos proponiendo lo están aceptando".
Fernando Gutiérrez es el secretario de la Cofradía Nuestra Señora de los Reyes, de la que también ha sido presidente. Este pescador, que deja claro que habla a título personal, considera que el futuro parque "es el paraguas que puede salvar al sector pesquero de la isla", aunque matiza que "evidentemente, siempre que se respete el trabajo de los pescadores", ya que "lo que no podemos es darle un cheque en blanco al Gobierno nacional", del que a pesar de todo reconoce que "en todo momento ha querido negociar, y no ha puesto ninguna pared de frente".
"Los únicos afectados por el parque nacional son los pescadores profesionales y los centros de buceo, porque somos los únicos que vivimos del mar", reivindica, y asegura que "es muy curioso que los que van al mar a recrearse son los que se están quejando del parque nacional, lo que quiere decir que lo de recrearse tiene sus dudas". "En este momento, cualquiera con una embarcación de recreo, cualquiera con un fusil, hace casi lo que quiere en el mar de El Hierro, porque la vigilancia es mínima", denuncia, y agrega que "tenemos pruebas contundentes del furtivismo en esta isla".
Esa palabra, "furtivismo", es un concepto que planea como una sombra siempre que se habla del futuro parque nacional. "Esta actividad se está produciendo, buceadores y gente con grandes embarcaciones de recreo, incluso de otras islas canarias, que vienen hasta El Hierro porque saben que hay mucho pescado, y pueden volver con neveras llenas, que luego venden. Evidentemente, son los primeros a los que no interesa que se cree un parque nacional que aumente la vigilancia", explica a RTVE.es otra fuente que prefiere no desvelar su identidad.
Pesca de subsistencia
Los habitantes de El Hierro, aislados geográficamente durante siglos del resto de Canarias y de España, han mantenido una relación muy estrecha con los recursos que les ofrece el mar, practicando una pesca tradicional de subsistencia que continúa en la actualidad. Pero se trata de una actividad a pequeña escala y perfectamente legal, cuando se respetan los límites de captura; que nada tiene que ver con el furtivismo, y que apenas se vería alterada por la creación del parque. De hecho, el Organismo de Parques Nacionales ha accedido a separarlo de la costa en todo su perímetro, una media de 100 metros, para que la pesca con caña desde tierra no se vea afectada. Sin embargo, el temor a que las actuales restricciones puedan aumentar en el futuro ha calado hondo en buena parte de la población herreña.
Tomás Padrón, presidente del Cabildo de El Hierro durante más de 30 años, lo explica así: "La pesca recreativa ahora la llamamos recreativa, pero durante muchos años fue una pesca complementaria para la casa, para poder subsistir. Estuvimos aislados durante mucho tiempo, y vivíamos de lo que la naturaleza nos daba, y el complemento del kilo de pescado era importantísimo para la alimentación de la familia. En cierta manera se sigue haciendo, pero no molesta en absoluto a lo que puede ser la gestión de un parque".
Desde su llegada a la presidencia de la máxima institución insular en 1979, al frente de la Agrupación Herreña Independiente (AHI), Padrón apostó por el desarrollo sostenible de El Hierro, un concepto que se ha convertido en una de las principales señas de identidad de la isla, con la creación de la Reserva Marítima del Mar de las Calmas (1996), la declaración de Reserva de la Biosfera (2000), y la de Geoparque Mundial (2014); además de la creación de la central de Gorona del Viento, que lleva en funcionamiento desde 2014 y aspira a satisfacer la demanda eléctrica de toda la población únicamente con energías renovables.
"Si la nueva ley de parques recoge aquellas características y condiciones que son razonables para la vida que se ha llevado aquí en El Hierro, creo que no habrá inconveniente", opina Tomás Padrón, quien recalca que esta debe "respetar los usos tradicionales, que son los que han llevado a que esa zona pueda ser Parque Nacional, tanto a nivel de pesca como del resto de actividades que en ella se desarrollan".
Padrón lleva retirado de la política desde 2020, y cuando habla expresa su opinión personal. La Agrupación Herreña Independiente (AHI), el partido que creó y que fue el más votado de la isla en las últimas elecciones, mantiene una postura abiertamente crítica con respecto a la creación del futuro parque. Acusa al Gobierno español y al Cabildo insular de "engañar al pueblo herreño", y aprobar la propuesta de declaración del parque "sin contar con el consenso".
Según AHI, la población herreña ha preservado el Mar de Las Calmas durante generaciones, y teme que la nueva normativa pueda afectar a las prácticas tradicionales y al modo de vida local.
Apoyo del Cabildo insular
Una postura que contrasta con el optimismo del actual presidente del Cabildo, el socialista Alpidio Armas, quien se muestra "convencido de que al final todos coincidiremos en que un Parque Nacional es bueno para El Hierro". "Ahora tenemos que consensuar qué parque queremos, y nos queda muy poco para que ese margen de acuerdo llegue al 100%", sostiene.
En España, la gestión de los parques nacionales es una competencia que, desde 2014, recae principalmente en las comunidades autónomas donde se encuentran estos espacios, aunque bajo la coordinación del Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN). Sin embargo, en el caso del Mar de las Calmas, al ser 100% marítimo, estaría gestionado directamente por el Gobierno central, debido a las especificidades legales y jurisdiccionales de las aguas marinas. Este se ha convertido en el otro gran punto de fricción, incluso para quienes apoyan abiertamente al parque. "Nosotros estamos demandando mayor participación en la gestión y en la toma de decisiones del parque. Una vez que eso se resuelva, no va a haber ni un solo argumento por parte de nadie para oponerse a su creación" expone Alpidio Armas.
El político del PSOE considera que "la oposición al Parque Nacional se ha desdibujado de una manera importante, y lo veremos en un breve espacio de tiempo". "No tienen argumentos, se han quedado sin ellos porque el Gobierno central, el Organismo de Parques Nacionales, ha sido lo suficientemente inteligente y sensible a la petición de los herreños de tal manera que en este momento está recogida casi el 100% de estas peticiones".
Turismo, buceo y pesca recreativa
Aún quedan por encajar las tres últimas piezas de este rompecabezas: turismo, buceo y pesca recreativa. En cuanto al primero, El Hierro ha apostado por un modelo turístico muy alejado de la masificación de otras islas canarias como Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote o Fuerteventura. Según datos del Instituto Canario de Estadística, ISTAC, en 2023 había en la isla apenas 762 plazas, de las que solo 300 pertenecían a hoteles.
En principio, resulta difícil creer que la creación de un parque nacional, con la repercusión nacional e internacional que conlleva, pueda resultar negativo para el sector turístico. Sin embargo, en El Hierro parecen no tenerlo tan claro, y aquí también hay discordancia. RTVE.es se ha puesto en contacto con la Asociación de Turismo Rural, el que más peso tiene dentro de la oferta de isla. Sus asociados "están divididos" entre los que están a favor y en contra del parque, y "por respeto a ambas partes, se abstienen de realizar cualquier consideración sobre este tema".
Por su parte, el buceo representa una de las actividades con mayor importancia para la economía del sur de la isla, especialmente en La Restinga, donde se concentran todas las empresas del sector, aproximadamente una decena. Con más de 40 puntos de inmersión, el Mar de las Calmas y las aguas que lo rodean están considerados como un auténtico paraíso para realizar esta práctica.
La ecuación también aquí parece simple, al menos sobre el papel: la creación del Parque Nacional Marítimo ayudaría a que la isla se consolidase aún más como destino de buceo de primer orden, por lo que vendrían más "turistas buceadores".
Además, gran parte de los actuales puntos comunes de buceo no se verían afectados, y en aquellos que quedaran dentro del parque se podría seguir desarrollando. "El buceo es una actividad compatible con la presencia del parque nacional, y su ordenación tiene ya un buen precedente con la Reserva Marina", deja claro en este sentido la propuesta que se encuentra actualmente en fase de consulta pública.
Sin embargo, entre los centros herreños de buceo reina mayoritariamente un ambiente de escepticismo, ya que consideran que las actuales figuras de protección son suficientes para mantener el cuidado de estas aguas, lo que se suma al temor compartido por otros sectores a que en un futuro aumenten las limitaciones y los cupos sean más restrictivos. RTVE.es ha intentado hablar con la principal asociación de centros de buceo de El Hierro, que engloba a todos menos a uno, pero esta también se abstiene "de hacer ningún tipo de declaración hasta que terminen las reuniones y talleres previstos en las próximas semanas" con el Organismo de Parques Nacionales.
La última pieza del rompecabezas
La última pieza de este rompecabezas es la del sector que sale peor parado: la pesca recreativa, que se divide a su vez en tres modalidades según desde donde se practique: desde tierra, desde embarcación o submarina. En este sentido, la propuesta de declaración de parque nacional se muestra tajante: "La Ley de Parques Nacionales considera la pesca recreativa como una actividad incompatible con la figura de Parque Nacional, estableciendo que la administración competente adoptará las medidas precisas para su eliminación (...)",
Como ya se ha mencionado, el Organismo de Parques Nacionales se ha comprometido a retirar el parque de la costa para posibilitar la práctica de pesca con caña desde tierra. En esta zona periférica también se podría seguir realizando la pesca recreativa desde embarcación, aunque estos pescadores creen que la medida apenas les permitiría llevar a cabo su actividad, ya que tendrían restringido el acceso "a las mejores aguas de la isla".
"Si desde la zona de amortiguamiento, más todo el Mar de las Calmas, nos prohíben pescar, las zonas que nos quedan son muy pocas y malas", se lamenta Juan Ángel Lima, ex presidente de la Asociación de Pesca Responsable El Reboso desde 2011 hasta 2023, quien habla en representación de la pesca recreativa de la isla.
Lima acusa al Organismo de Parques Nacionales de "engañarles", ya que "un parque nacional marino no puede estar separado de la costa" y en su última reunión con los distintos sectores de la isla, les prometió separarlo 100 metros de media, "pero después nosotros hemos estudiado la ley y nos hemos dado cuenta de que hay partes que no nos cuentan, como que un parque tiene que hacer contacto con la costa, o como que la zona de amortiguación también está sujeta a la normativa de Parques Nacionales".
Según este pescador recreativo, en la normativa "hay un apartado que dice que para instaurar un parque en algún sitio tienes que tener el consenso de la sociedad, y en El Hierro ese consenso no existe", por lo que "si se respeta la ley, se supone que no puede haber parque".
Sobre el furtivismo, Juan Ángel Lima asegura que "existe en todos los sitios", y que "desde las asociaciones hemos pedido más vigilancia". "No hace falta prohibir más, sino tener más vigilancia, para que se cumplan las leyes que ya están", asegura.
Una postura idéntica a la de los pescadores recreativos submarinos, que creen que "el furtivismo no se combate con restricciones, sino con vigilancia, que es lo que siempre hemos pedido", además de un "etiquetado en primera venta" del pescado que llega a la lonja, pieza por pieza, para certificar su origen.
"Nuestra valoración del proyecto que ha presentado Parques Nacionales es negativa", valora Jonay Padrón, de la Asociación Canaria de Pescadores Submarinos Responsables, quien explica que la creación del parque les excluiría por completo de una de las dos únicas zonas en las que actualmente pueden desarrollar su actividad, la que comprende entre la Punta de la Sal y la de Orchilla. "No estamos en contra de que se protejan estas aguas, pero creemos que proteger no es prohibir, porque hasta ahora han estado protegidas", argumenta.
Para Wolfgang Padrón, portavoz de la Plataforma de Afectados por el Parque Nacional Marino de El Hierro, el verdadero problema de la propuesta presentada es que "no entiende ciertas cosas de lo que supone vivir en una isla y de nuestra idiosincrasia", además de "querer imponer a algo nuevo una ley de cosas viejas, que no tienen lógica ahora". "La parte recreativa no se puede echar fuera, porque es una parte importante de la vida de los herreños", asevera.
*Los trabajos están enmarcados en el acuerdo Organismo Autónomo Parques Nacionales - Centro Nacional Instituto Español de Oceanografía del CSIC. Proyecto financiado por la Unión Europea - Next Generation EU a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia; e impulsado por el OAPN, y CSIC a través del Instituto Español de Oceanografía (IEO).