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Claves de la reactivación de la guerra en Siria: del avance yihadista a la debilidad de los aliados de Al Asad

  • La ofensiva está dirigida por el grupo yihadista HTS, nacido como filial de Al Qaeda en Siria
  • Hizbulá e Irán han perdido presencia en Siria por la guerra con Israel

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Claves de la reactivación de la guerra en Siria

La guerra civil en Siria, que parecía estabilizada desde 2020, se ha reactivado con la ofensiva de varios grupos opositores, encabezados por la organización yihadista HTS.

La ofensiva se inició el 27 de noviembre, el mismo día en que entró en vigor la tregua entre Israel y Hizbulá en Líbano, y desde entonces los yihadistas han conquistado gran parte de las provincias de Idlib y Alepo, y han entrado en esta última capital regional, la segunda mayor ciudad siria. Más de 400 personas han muerto, según la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Estas son algunas claves.

¿Quiénes combaten?

Los grupos armados sirios contrarios al régimen de Bachar al Asad son numerosos y diversos, pero en esta ofensiva participan dos alianzas diferentes, cada una liderada por una organización principal.

La coalición que encabeza la ofensiva está liderada por Hayat Tahrir al-Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante). Nació como una rama de Al Qaeda al inicio de la guerra civil (2011), con la denominación de Frente al Nusra, aunque en 2017 se fundieron con otros grupos, alejándose de la organización creada por Osama Bin Laden. EE.UU. los considera aún una organización terrorista yihadista. Su objetivo es derrocar al régimen sirio y establecer un régimen basado en su particular interpretación de la Sharia, la ley islámica.

Su líder es Abu Mohammad al-Jolani. El Departamento de Estado de EE.UU. le acusa de múltiples atentados contra civiles, y ofrece 10 millones de dólares de recompensa por la información que conduzca a su captura.

El núcleo de la otra coalición lo forma el Ejército Nacional Sirio (ENS, antes Ejército Libre Sirio), un grupo armado amparado por Turquía.

Enfrente tienen al Ejército del Gobierno de Al Asad, pero también a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza multiétnica y multirreligiosa creada en torno a las milicias kurdas YPG. Las FDS han establecido en el noroeste de Siria un enclave que funciona de facto como una región autónoma, la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria, a la que los kurdos llaman Rojava. Estas fuerzas, y en especial las YPG, combatieron y frenaron al Estado Islámico o Daesh en Kobane en 2014-2015.

En la región de Alepo hay campamentos de refugiados y enclaves kurdos que ahora se ven amenazados. Además del peligro para su población, que podría verse obligada a huir ante el temor a ser masacrada, su pérdida supone la interrupción de vías logísticas para los kurdos de Rojava.

¿Qué actores extranjeros están implicados?

No está confirmado con qué apoyo han contado los yihadistas del HTS durante estos años, pero está claro que han recibido armamento: cuentan con un arsenal de cohetes, armas pesadas e incluso drones de asalto, según informa Efe.

Turquía apoyó al Ejército Libre Sirio y apoya a su sucesor, el Ejército Nacional Sirio, así como a otras milicias turcomanas. Sin embargo, el Gobierno turco ha asegurado que no está detrás de la actual ofensiva, que llega en un momento en el que Ankara busca restablecer las relaciones con Damasco. Al Asad ha puesto como condición para esa normalización diplomática que las tropas turcas se retiren del norte de Siria (donde entraron en 2019), y el fin del apoyo turco a los grupos opositores, informa Efe.

Al Asad goza desde 2015 del apoyo aéreo de Rusia, que tiene su única base militar en el Mediterráneo en Tartou, en la costa siria. También tiene el soporte de Irán y de sus milicias aliadas en la región, entre ellas Hizbulá.

Irán ha acusado a Israel de estar detrás de la ofensiva o de haberla alentado, aunque por el momento no hay indicios de ello. Israel sí ha llevado a cabo numerosos ataques en el interior de Siria, incluso por vía terrestre, tanto contra posiciones sirias como contra objetivos vinculados con Hizbulá o Irán.

Por último, Estados Unidos mantiene tropas y asesores militares en el noreste de Siria, dentro de su campaña contra el Daesh, y ha apoyado en el pasado a los kurdos.

¿Cuál era la situación hasta ahora?

La guerra civil de Siria, iniciada en 2011, ha costado la vida a decenas de miles de personas y provocó el mayor éxodo de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, además de dar luz al Daesh. El gobierno sirio, con la ayuda inestimable de Rusia, consiguió frenar a los yihadistas y mantener a raya a los otros grupos armados, pero sin pacificar totalmente el país.

La oposición mantuvo un bastión en la región de Idlib. En 2020, Rusia y Turquía pactaron un alto el fuego en Idlib y se creó una zona tapón, supuestamente desmilitarizada, donde sin embargo se han producido frecuentes escaramuzas.

La relativa calma en el conflicto había permitido al gobierno de Al Asad recuperar sus relaciones con varios países árabes, y tratar de estabilizar sus contactos con Turquía. Las guerras de Ucrania, Gaza y Líbano han contribuido a que la guerra en Siria haya quedado en un segundo plano en la política y la opinión pública internacional.

¿Qué ha ocurrido?

El HTS entró en la zona desmilitarizada el pasado 27 de noviembre, iniciando así su ofensiva. En cuatro días han tomado territorio del que habían sido expulsados en 2016: han conquistado la ciudad de Alepo, han recuperado el control de la totalidad de la provincia de Idlib y ahora amenazan la gobernación de Hama, más al sur.

Los atacantes han utilizado tácticas de guerrilla y atentados suicidas con coches bomba, obligando al Ejército sirio a replegarse. El Gobierno sirio ha respondido con bombardeos masivos a cargo de aviones sirios y rusos.

Las YPG han accedido a abandonar sus posiciones en Aleppo a cambio de que la población civil kurda pueda abandonarlos en dirección a Rojava.

¿Por qué ahora?

No es casualidad que la ofensiva se iniciara el mismo día del comienzo de la tregua en Líbano, y en un momento que puede percibirse de debilidad en los aliados de Al Asad.

La guerra con Israel ha desangrado a Hizbulá, que precisamente tenía una fuerte presencia en el área de Alepo, lo que explica que ese frente haya caído con tanta facilidad.

El conflicto con Israel a cuenta de Gaza también ha degradado la presencia de Irán en la zona: altos mandos iraníes y aliados han muerto en bombardeos en Líbano, Siria y en el propio Irán. Teherán se ha visto envuelta en una escalada con Tel Aviv, con bombardeos mutuos.

Rusia, por su parte, debe hacer frente a la guerra de Ucrania, donde Kiev ha empezado a usar misiles de largo alcance suministrados por Occidente.

Ante este panorama, alguien ha pensado que era un buen momento para atacar al régimen sirio y a los kurdos, aunque no está claro si con la esperanza real de hacer caer de una vez a Bachar al Asad.