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'Todos pájaros', un Romeo y Julieta en Israel: "Es una metáfora terrorífica del desentendimiento"

  • Teatro del Canal estrena en Madrid la obra en de Wajdi Mouawad, dirigida por Mario Gas
  • Vicky Peña sustituye a Núria Espert, que dejó la preparación por molestas de salud

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Seis actores, vestidos de negro, posan con expresiones serias junto a una pared agrietada y una buganvilla rosa.
Elenco de 'Todos pájaros'. Sergio Parra

Antes de convertirse en uno de los dramaturgos contemporáneos más celebrados, Wajdi Mouawad (Beirut, 1968) fue un niño de la guerra del Líbano. Por eso tiene la doble autoridad para engarzar el conflicto de Oriente Medio con su particular teatro de conflictos contundentes en Todos pájaros, obra de la que Teatros del Canal de Madrid estrena un nuevo montaje el 5 de diciembre con un largo reparto que incluye a Vicky Peña, Manuel de Blas, Pere Ponce o Candela Serrat, bajo la dirección de Mario Gas y la producción de Pilar de Yzaguirre.

El estreno de Todos pájaros llega marcado por el abandono de los ensayos de Núria Espert haca casi un mes por una “dolencia transitoria”. Otra leyenda de las tablas, Vicky Peña, destinada a interpretar otro de los papeles de Todos pájaros, aceptó sustituir a Espert. “La propuesta la acepté con placer y responsabilidad. Cuando ocurrió el incidente todos quedamos desolados”, recuerda Peña. “Núria es una maestra, una actriz indispensable y una compañera ineludible”.

Todos pájaros parte de un peculiar Romeo y Julieta en Oriente Medio. Un científico alemán de origen judío permanece en coma en un hospital, víctima de un atentado. Su pareja es una americana de origen árabe y alrededor de esa habitación desfilan familiares del paciente que componen un repertorio de conflictos. Aleix Peña, Pietro Olivera, Lucía Barrado, Nuria García, Juan Calot y Anabel Moreno completan el elenco.

 Sergio Parra

Mouawad estrenó la obra (en el Théâtre de la Colline de París,) en 2017. En 2024 los ecos del trasfondo de la obra se han multiplicado tras la guerra que comenzó en octubre del año pasado. “Mouawad no es un autor de agitprop ni didáctico. Tiene vocación de explicar la historia narrativamente con un lenguaje potente, a veces metafórico, envueltas en un clima poético. Pero al mismo tiempo entra muy duramente a partir de lo que él conoce como libanés en un mundo en conflicto, por su vida errante”, explica Gas. “Todo es una metáfora terrorífica del desentendimiento que hay entre los seres humanos, las identidades perniciosas, las paradojas de quererse y despreciar al otro, las luchas de poder, los cuchillos clavados en gargantas individuales y colectivas a lo largo de generaciones”.

El título de la obra alude a una leyenda persa, recogida por León el Africano. “Habla de un pájaro que quiso entrar en el mar para ver cómo eran los peces, se sentía atraído por esa otredad. Perforó el agua y, cuando estaba a punto de ahogarse, se convirtió en un pájaro anfibio. Las identidades y fundamentalismos no son más que impedimentos para que no nos entendamos”.

Gas ya dirigió la obra más célebre de Mouawad, Incendios, y confiesa que no se pierde ninguno de los montajes del dramaturgo canadiense. Describe su puesta en escena para Todos pájaros como “un realismo conceptual y a la vez onírico”, sin ningún “decorativismo” que entorpezca la profundidad de una obra compleja que aglutina influencias tan diversas como Brecht o el teatro yiddish.