Macron promete un nuevo primer ministro pronto y carga contra el "caos" y el "cinismo" de izquierda y extrema derecha
- El presidente se ha dirigido a la nación en un mensaje en el que ha acusado al partido de Le Pen de cinismo
- Macron asume su responsabilidad por el cese de Barnier y anuncia que agotará su mandato
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha prometido en un mensaje a la nación tras la caída de Michel Barnier que nombrará un nuevo primer ministro "en los próximos días" y ha acusado a la izquierda y a la extrema derecha de provocar el "caos" en Francia. El mandatario, además, ha admitido que su decisión de disolver la Asamblea y convocar elecciones en junio "no fue comprendida" y ha asumido su "responsabilidad" por el cese del jefe de Gobierno, al tiempo que ha anunciado que agotará su mandato, previsto hasta 2027.
"Siempre he asumido mis responsabilidades, pero nunca asumiré la irresponsabilidad de otros, sobre todo de aquellos diputados que han dejado caer el presupuesto poco antes de Navidad", ha dicho Macron en su intervención, en la que ha señalado el "cinismo" de "la extrema izquierda y la extrema derecha" al unirse en un "frente antirrepublicano" y derrocar a Barnier. Los responsables de la moción, ha asegurado, no piensan en la ciudadanía, sino en las próximas "elecciones presidenciales", a las que Macron ya no podrá presentarse.
"Han elegido el desorden", ha afirmado el presidente sobre Agrupación Nacional (RN), el partido de Marine Le Pen, al que acusa de votar una "moción de censura contraria a su programa" y de "insultar a sus electores". Aunque el día de la votación la formación ultraderechista presentó su propia moción, también apoyó, como ya había anunciado, la propuesta de la coalición de izquierdas.
Macron ha lamentado que su primer ministro haya sido censurado "a pesar de las concesiones" realizadas durante las negociaciones previas al debate sobre los presupuestos, principal escollo que condujo a su caída. Barnier anunció el lunes la aplicación del artículo 49.3 de la Constitución, que le permitía esquivar la votación en la Asamblea para adoptar el texto presupuestario, pero que también le exponía a una moción de censura que tumbó tanto el proyecto de ley como su Gobierno.
De hecho, la intervención del presidente se producía horas después de que Barnier presentara su dimisión en el Palacio del Elíseo, tal y como marca la Constitución después de la caída de su Gobierno en la Asamblea. Sin embargo, por petición del jefe del Estado, el primer ministro seguirá en funciones hasta el nombramiento de su sustituto.
"No podemos permitirnos divisiones ni inmovilismo"
Macron ha insistido en que a partir de ahora Francia comienza una "época nueva" en la que será necesario "crear compromisos" ante los "nuevos desafíos". "Tenemos que ser ambiciosos [...], no podemos permitirnos ni divisiones ni inmovilismo", ha sentenciado justo antes de prometer que nombrará a un primer ministro que represente "el interés general" y a "todas las fuerzas" para que estas se comprometan "a no censurarlo".
El futuro político en Francia es incierto y requiere de pactos entre los distintos partidos para asegurar la gobernabilidad, independientemente de quién sea nombrado jefe de Gobierno. El resultado de los comicios de julio, tras un adelanto electoral convocado por Macron, derivó en una Asamblea Nacional profundamente divida en tres grandes bloques: la coalición de izquierdas, el Nuevo Frente Popular —con 182 parlamentarios—; el macronismo —con 167 escaños— y la extrema derecha de Le Pen —con 143 diputados—.
Aunque la coalición de izquierdas se convirtió en la primera fuerza, ninguno de los bloques cuenta con mayoría absoluta y el presidente se enfrenta, de nuevo, al reto de nombrar a un primer ministro que pueda esquivar una moción de censura temprana. Al menos, hasta las próximas elecciones legislativas, que en Francia no se pueden convocar hasta un año después de las anteriores, es decir, hasta verano, aunque acudir a las urnas tampoco garantiza que la Asamblea resultante vaya a desbloquear la situación.
Los franceses "fueron masivamente a las urnas" y sus votos han elegido "una Asamblea sin mayoría" y una "nueva organización política", recordaba Macron al inicio de su discurso. "Es inédito, pero así son las cosas", ha añadido.
Macron ejercerá su mandato "plenamente hasta el final"
El presidente de la República ha insistido en que no va a dimitir de su cargo, un escenario que, incluso antes de la votación de la moción contra Barnier ya había tachado de "política ficción". "El mandato que me habéis confiado democráticamente es de cinco años, y lo ejerceré plenamente hasta el final", ha afirmado Macron, quien, sin embargo, no goza de unos altos índices de popularidad entre el electorado francés. Según los últimos sondeos de Odoxa y Elabe, entre el 59% y el 61% de los franceses desearían que dimitiera.
"No me puedo volver a presentar en 2027, así que no me muevo por ambición, me muevo por nuestra nación y por lo que cuenta para ustedes, para nosotros", ha defendido Macron, que ha añadido que el Parlamento "tendrá que saber encontrar compromisos" y hacer uso del "sentido de la responsabilidad y el respeto". "Hay que reconstruir la nación donde está frágil; donde hay insultos, utilizar la razón y donde hay división, alcanzar unidad", ha añadido.
Sin presupuestos para 2025, Macron ha asegurado sacarlos adelante será su "prioridad". Por ahora, se ha comprometido a presentar una ley especial en la Asamblea antes de mediados de diciembre que garantizará, dice, "la continuidad de los servicios públicos y de la vida del país" y que aplicará al año que viene las decisiones presupuestarias tomadas en 2024. Con un déficit muy elevado y difícil de controlar, la situación financiera actual de Francia, segunda economía de la zona euro, exige rapidez.
"Tenemos por delante 30 meses, hasta el final del mandato que me habéis confiado, para que el Gobierno actúe", ha dicho Macron hacia el final de su breve discurso, confiado en hacerlo posible.