Los 11 días que cambiaron el destino de Siria, un ofensiva fulminante para acabar con 24 años de régimen
- El régimen de Al Asad es derrocado tras una ofensiva relámpago del principal grupo islamista del país
- En 2011, las revueltas de la 'Primavera Árabe' derivaron en una guerra entre el Gobierno y grupos rebeldes islamistas
- DIRECTO: sigue la última hora de la caída del régimen de Bachar al Asad en Siria
Casi 25 años después de su llegada al poder, Bachar al Asad ha abandonado este domingo la capital de Siria antes de que los rebeldes controlaran por completo Damasco. Tras más de dos décadas ostentando el poder, han bastado unos pocos días para que las milicias islamistas le hayan desalojado del palacio presidencial con una ofensiva relámpago.
Una ofensiva fulminante
En tan solo 11 días de incursión, los grupos insurgentes, comandados por el principal grupo yihadista del país, la Organización para la Liberación de Levante (HTS), han conquistado las ciudades más importantes de Siria en lo que promete ser un nuevo seísmo en la región. Hacía años que los rebeldes habían consolidado su dominio sobre la provincia de Idlib aplastando a sus rivales y habían conseguido establecer su mando sobre esta región conforme a la ley islámica. Sin embargo, la debilidad creciente del régimen de Al Asad en los últimos meses les ha alentado a seguir avanzando.
El pasado 27 de noviembre, la guerra latente despertó. Una coalición insurgente inició una ofensiva contra Damasco, acusando al Gobierno sirio y a las milicias financiadas por Irán de intensificar los ataques contra civiles en el noroeste. Con Vladímir Putin, su principal aliado, centrado en la guerra en Ucrania y la expansión del conflicto entre Israel y Hamás, las milicias sirias anti Al Asad vieron su oportunidad para recuperar territorios perdidos y tratar de acabar con el dictador alauita.
Además, la debilidad del grupo libanés proiraní Hizbulá, tras los golpes asestados por Israel a sus comandantes dentro y fuera de Líbano, también contribuyó a incrementar la fragilidad del líder. Los años de guerra y sanciones padecidos por Damasco facilitaron el avance rebelde que el pasado 30 de noviembre tomaba el control de la mayor parte de Alepo, la segunda ciudad del país. El Gobierno retiró sus tropas y, aunque Al Asad prometió "aplastar" a los rebeldes con la ayuda de Rusia e Irán, no lo logró y en pocas horas, los insurgentes avanzaban por la carretera entre Alepo y Damasco, haciéndose igualmente con la ciudad de Hama.
La caída de Damasco ha sido el último paso de una ofensiva en la que las ciudades principales del país, Alepo, Hama, Homs o Deraa han ido cayendo, como caían los emblemas de la dinastía Al Asad, que ha dominado el país durante 54 años. Sin resistencia y con un ejército débil, sin la ayuda militar rusa de la que gozaron en otros tiempos.
También se confirmó la debacle a manos de los rebeldes de la ciudad de Homs, al norte de la capital y la toma de Deir al Zur, en el este del país y controlada hasta ahora por las fuerzas kurdosirias.
Lo que no consiguieron 13 años de sangrienta guerra, con más de 600.000 muertos y millones de desplazados y refugiados, se ha conseguido en apenas dos semanas.
La destrucción de la guerra
Las revueltas empezaron en el año 2011 y derivaron en una guerra entre el Gobierno y grupos rebeldes islamistas que acabó con la vida de 600.000 personas y provocó el éxodo de millones de refugiados. La inestabilidad propició que el grupo terrorista Daesh se hiciera con parte del territorio. En 2015, Rusia entró en juego. El apoyo de Putin devolvió el control político y militar a Bachar Al Asad.
El grupo islamista, ahora en el poder, había surgido en 2012 como una franquicia de Al Qaeda, el denominado Frente Al-Nusra, considerado aún hoy por Estados Unidos como grupo terrorista. Sin embargo, tras siete años vinculados a los grupos más fundamentalistas del terrorismo global, rompieron con ellos y adoptaron una postura más pragmática. Fue entonces, en 2016, cuando adoptaron el nombre de Hayat Tahrir al-Sham, uniéndose a otras facciones rebeldes con el fin común de derrocar a Al Asad.
Sin embargo, pese a los miles de muertos y millones de desplazados, en 2021, Al Asad fue reelegido presidente por siete años más. Sin rivales de peso y con la oposición en el exilio, consiguió el 95% de los votos.
Ahora se ha producido un victoria de los grupos rebeldes con un final incierto. La culminación de una rebelión bajo el liderazgo de Abu Mohammad al Jolani, el líder islamista que lidera al más poderoso de los grupos insurgentes.
La televisión estatal de Irán, el país que más respaldó el régimen sirio durante los años de guerra, informaba de la salida del presidente del país. Los mandos militares han notificado a sus oficiales, que el régimen autoritario de 24 años del presidente Bachar al Asad ha terminado. Los rebeldes han anunciado que las instituciones públicas quedarán bajo el control del hasta ahora primer ministro hasta que sean entregadas de manera oficial.
La Primavera Árabe que se inició en 2011 contra los autócratas de Oriente Medio ha culminado con la caída del último de ellos, un Bachar al Asad en paradero desconocido.