Cronología de 13 años de guerra civil en Siria: de la devastación a la incertidumbre
- La guerra civil siria ha dejado una huella profunda en Oriente Próximo y en sus habitantes
- Los enfrentamientos han dejado más de 300.000 civiles muertos y millones de desplazados internos
La guerra en Siria ha dejado una huella profunda en el mapa geopolítico de Oriente Próximo y en la vida de sus habitantes. Lo que comenzó como un levantamiento popular contra el régimen de Bachar al Asad, auspiciado por la ola de las “Primaveras Árabes” que agitaron el Magreb y Oriente Próximo en 2011, se transformó rápidamente en un complejo conflicto armado con múltiples dimensiones y facciones enfrentadas.
Durante más de una década, Siria ha sido escenario de batallas entre fuerzas gubernamentales y grupos rebeldes; organizaciones terroristas e intereses de terceros Estados. Cada etapa del conflicto ha traído consigo nuevos actores y dinámicas, desde el auge y caída del Daesh y la crisis de los refugiados a la intervención militar de países como Rusia, Turquía y Estados Unidos.
La guerra deja a su vez un resultado devastador en cuanto a víctimas, con más de 300.000 civiles muertos, según Naciones Unidas, y millones de desplazados internos y refugiados. Cabe preguntarse ahora cómo se llevará a cabo la reconstrucción de un país arrasado hasta en su historia arqueológica, y sobre quiénes recaerá dicha tarea.
Con la caída del régimen alauita tras la toma de Damasco, culmina un conflicto en el que la incertidumbre sobre el futuro del país contrasta con las celebraciones de los rebeldes. Los insurgentes, capitaneados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) dicen defender una transición pacífica. Por el momento, el primer ministro, Mohammad Ghazi al-Jalali, está dispuesto a cooperar y asegura que no abandonará el país como ha hecho Al Asad.
En el marco de las manifestaciones que se extendieron en varios países del mundo árabe, la sociedad siria marcha en las ciudades de Damasco y Alepo exigiendo reformas democráticas. Las peticiones, en un primer momento pacíficas, alcanzan hasta 20 localidades. Estas se desplazarán progresivamente hacia un llamamiento a derrocar al Gobierno de Bachar al Asad.
El Ejército sirio inicia una serie de ataques militares a gran escala contra los manifestantes. A finales de mayo, más de un millar de civiles han muerto. Las milicias proliferan en todo el país, entroncándose en el denominado "Ejército Libre Sirio". Los choques entre fuerzas paramilitares y de Al Asad dan comienzo en verano.
A principios de año, ambas partes pactan un alto el fuego por mediación del entonces secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. El acuerdo, instaurado finalmente en abril, es considerado un fracaso ante las constantes violaciones de Al Asad y los rebeldes.
Los combates se propagan por todo el país y la ONU proclama a Siria país en estado de guerra civil. Las fuerzas rebeldes atacan por primera vez Damasco, aunque son repelidas tras un enfrentamiento de más de dos semanas.
El Ejército Libre sirio expande su campaña de bombardeos aéreos en Damasco. Los rebeldes buscan acabar con la fuerza aérea de Bachar Al Asad con campañas de asaltos masivos contra sus bases. Los desplazados internos se cuentan por decenas de miles. Llegarán a ser más de 7,2 millones en 2023, y en 2015 provocarán la denominada "crisis de los refugiados" en Europa.
El grupo rebelde Frente Islámico Sirio anuncia la "liberación total" de Raqa (norte de Siria) tras arrebatársela al régimen. Es la primera ciudad capturada por los insurgentes.
Estados Unidos aprueba el envío de armamento a los rebeldes sirios y entrenamiento. En el caso de Al Asad, sus proveedores serán países como Bielorrusia, Irán y, principalmente, Rusia.
El Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) pasa a controlar Raqa tras expulsar a las fuerzas rebeldes. La localidad se convertirá en capital simbólica de su autodenominado califato.
El EIIL se apodera de franjas de territorio en Irak, además de armas pesadas y equipo del ejército iraquí que serán usadas en Siria. A finales de ese mes, el grupo será rebautizado como Estado Islámico (Daesh), con un califato que se extenderá desde Diyala (este de Irak) hasta Alepo (noroeste de Siria).
Estados Unidos crea una coalición internacional contra el Daesh compuesta por 30 países. Llevarán a cabo una campaña de bombardeos aéreos masivos durante todo el año siguiente. Ello ayudará a las fuerzas kurdas que combaten en Siria, lo que a su vez creará fricciones con Turquía.
Daesh pasa a controlar más del 50% del territorio sirio tras hacerse con gran parte de Palmira, en el centro del país. En los meses posteriores, destruirán importantes restos arqueológicos de la región, y que se convertirán en símbolo de la barbarie durante el conflicto.
A petición oficial del Gobierno sirio, las fuerzas aéreas rusas inician una campaña sostenida de ataques aéreos contra Daesh y las fuerzas rebeldes. La presencia de Estados Unidos crea una lucha de poderes entre ambas potencias e Irán.
El Frente Al Nusra, uno de los brazos rebeldes que pugna por establecer un nuevo sistema en Siria basado en la sharía -la ley islámica-, anuncia su escisión de Al Qaeda. Comienza a presentarse bajo una luz moderada, adoptando una serie de nuevos nombres para finalmente establecerse como Hayat Tahrir al-Sham (HTS), Organización para la Liberación del Levante.
Bajo la denominación "Operación Escudo del Éufrates", fuerzas rebeldes apoyadas por Turquía invaden Siria en el área de Yarábulus (norte) para expulsar a los kurdos y crear una "zona de amortiguamento".
Tras más de dos meses de ofensiva, el ejército sirio expulsa a los rebeldes de la ciudad de Alepo, lo que se considera la mayor victoria de Al Asad en el conflicto. Ambas partes establecen conversaciones para un alto el fuego.
Las fuerzas kurdas, respaldadas por Estados Unidos, derrotan al Daesh en Raqa. A la ofensiva le sucede otro avance en el este por el Ejército de Al Asad, eliminando la presencia del grupo yihadista en casi todo el territorio sirio.
El Ejército sirio inicia una campaña para recuperar Guta oriental. En los meses posteriores retomará rápidamente otros enclaves insurgentes en el centro de Siria, para finalizar con la captura del bastión sureño de Deraa.
Tras la retirada del ejército estadounidense de Siria por orden de Donald Trump, Irak inicia una serie de ataques contra Daesh a lo largo de su frontera y que serán apoyados por combatientes kurdos. Serán estos últimos los que finalmente derrotarán al Daesh tras capturar su último bastión.
El fin del Daesh y el alto el fuego firmado por Rusia y Turquía congelan las líneas del frente durante los siguientes tres años. Con el beneplácito de Al Asad, Moscú mantiene una presencia permanente en el país a través de diversas bases militares.
El ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre desencadena combates entre Israel e Hizbulá en Líbano, lo que finalmente reduce la presencia del grupo en Siria. Asimismo, la menor presencia rusa en el país por la guerra en Ucrania limita su cobertura militar al Gobierno de Al Asad. Ambos eventos socavan fatalmente al régimen.
Tras años de inactividad, los distintos brazos de las fuerzas rebeldes, encabezadas por los yihadistas del HTS, así como grupos kurdos, inician una ofensiva contra el régimen de Al Asad con la captura de Alepo.
Los rebeldes proclaman la captura de Damasco. Bachar Al Asad huye a Rusia, lo que sentencia la caída del régimen sirio.
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