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La gripe y las olas de calor incrementaron un 3% la mortalidad en 2022, según un informe de Sanidad

  • En 2022 se produjeron 464.417 defunciones, 13.373 más respecto a 2021
  • El cáncer, las enfermedades cardíacas y la COVID-19, responsables del 48% de las muertes

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La gripe y las olas de calor incrementaron un 3% la mortalidad en 2022, según un informe de Sanidad
Foto de archivo de la mano de un paciente. Getty

La segunda ola epidémica de gripe de la temporada 2021-2022 y las olas de calor del verano provocaron el incremento del 2,96% de la mortalidad que se produjo en 2022 en España, año en el que el país registró 464.417 defunciones, lo que supone 13.373 fallecimientos más (1,6%) respecto a 2021, según revela el informe 'Patrones de Mortalidad en España, 2022', que ha publicado este miércoles el Ministerio de Sanidad.

El documento, que analiza las características de la mortalidad general y por causa de muerte en la población residente en España según sexo, edad y comunidad autónoma de residencia, explica que la mortalidad tiende a seguir un patrón estacional por el que el mayor número de defunciones se produce en invierno y el menor durante el verano. Sin embargo, en 2022 esto no se observó, pues los meses de verano registraron una mayor cifra de muertes que los de invierno.

Más muertes en verano que en invierno

En concreto, el informe señala que en los meses de junio y julio tuvo lugar un incremento notable de fallecimientos, pues estos fueron, respectivamente, un 14 y un 26,1% superiores al año previo. Estos meses, junto a marzo, abril, mayo y agosto, constituyeron el periodo del año en el que la mortalidad fue mayor, en comparación al mismo lapso temporal de 2021.

El documento relaciona el incremento de mortalidad con la actividad gripal acontecida entre las semanas 10 a la 28 de 2022, que corresponde con el periodo que comprende desde el 4 de marzo al 14 de julio, según información del Instituto de Salud Carlos III. Asimismo, alude a los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para indicar que el verano de 2022 fue "el más caluroso" del siglo XXI y que se produjeron tres olas de calor.

No obstante, el informe destaca que la cifra de fallecimientos en 2022 fue inferior a la de 2020, primer año de la pandemia de COVID-19, con 29.359 defunciones menos. De hecho, en relación con las muertes causadas por esta enfermedad, las defunciones se redujeron de 40.039 en 2021 a 31.672 en 2022.

Por sexos, la tasa de mortalidad fue un 59% superior en hombres que en mujeres. Y por edad, entre 2021 y 2022 las tasas de mortalidad específicas por edad aumentaron en los menores de 25 años y en las personas de 85 años de edad y mayores, pero descendieron en el resto de los grupos de edad.

Principales causas: cáncer, enfermedades cardiacas y COVID-19

En cuanto a las principales causas de muerte, las 15 primeras de acuerdo al número de defunciones fueron por cáncer, enfermedades del corazón, COVID-19, enfermedades cerebrovasculares, enfermedad de Alzheimer, accidentes no intencionales, enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, diabetes mellitus, neumonía e influenza, nefritis, nefrosis y síndrome nefrótico, enfermedad hipertensiva, enfermedad de Parkinson, suicidio, enfermedad crónica del hígado y cirrosis hepática, y septicemia.

Según esta publicación, el cáncer, las enfermedades cardíacas y la COVID-19 fueron responsables del 48% del total de defunciones.

Las causas de muerte atribuibles al consumo de alcohol muestran un descenso de las tasas ajustadas por edad desde el inicio de siglo hasta 2019. Entre 2020 y 2022 su magnitud se ha mantenido estabilizada con 26.474 defunciones relacionadas con el consumo de alcohol en 2022.

La mortalidad por tabaquismo en mujeres aumentó un 117%

Entre 2001 y 2022, la tasa de mortalidad atribuibles al tabaquismo descendió un 30% en hombres y aumentó un 117% en mujeres. En España, en 2022 se produjeron 94.265 fallecimientos relacionados con el tabaco.

La tasa de mortalidad infantil, en 2022, se situó en 2,6 defunciones en menores de un año por 1.000 nacidos vivos y, en lo que va de siglo (desde 2001), ha disminuido un 35,3%. La quinta parte de estas defunciones se corresponden a malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas.