Netanyahu, un depredador de la prensa: "Israel es el primer asesino de periodistas y el tercer carcelero del mundo"
- Medios independientes como Haaretz sufren el boicot del Gobierno israelí
- En Gaza más de 145 periodistas han sido asesinados por Israel desde octubre de 2023
La verdad es la primera víctima en cualquier guerra. Desde el 7 de octubre de 2023, la libertad de prensa en Israel se ha hundido. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ya no disimula ser un depredador de la prensa en un país que se autodefine como la única democracia de Oriente Próximo. Sin embargo, es el que más asesina a periodistas y el tercer carcelero del mundo, solo le preceden China y Birmania. Son datos que concluye el informe anual de Reporteros Sin Fronteras, publicado este jueves, en el que destaca cómo Israel atenta contra el derecho a la información dentro y fuera de sus fronteras.
No es una novedad con la reactivación de la guerra en Gaza. Ya en 2012, Netanyahu confesó que los dos grandes enemigos de su país son The New York Times y Haaretz, lo dijo a Steve Linde, el actual director de The Jerusalem Report y exeditor jefe del The Jerusalem Post. Una afirmación que siempre ha negado. Pero precisamente, Haaretz es uno los medios independientes israelíes más críticos y destaca por sus investigaciones sobre temas espinosos como las acciones militares de Netanyahu en Gaza y en Líbano o la ocupación de territorios palestinos.
El pasado 24 de noviembre, el Gobierno lanzó su última bala contra ese diario, aprobando un boicot total que incluye el fin de la publicidad institucional en sus páginas, la suspensión de las suscripciones oficiales y la exclusión de sus periodistas de toda comunicación. Sin dinero, ni acceso a las fuentes, ejercer el periodismo se convierte en una misión casi imposible. Netanyahu no nos callará, fue el titular de una tribuna del director de Haaretz, Aluf Benn, publicada en El País. En ella explicaba que su deber es informar y más cuando su país está en guerra. "Nada nos detendrá en su denuncia de las fechorías y crímenes de guerra del Gobierno", escribía.
Autocensura, mientras sigue calando la propaganda
El Ejecutivo judío justifica esta medida por las editoriales que publican, les ha acusado en varias ocasiones de atentar contra el derecho legítimo de Israel a defenderse. Además, les tilda de enemigos del Estado, les culpa de apoyar al terrorismo y les deslegitima ante la opinión pública. La prensa independiente israelí vive cada día más asfixiada y sometida a amenazas, denuncias, intentos de injerencia y a la autocensura. "Es un contexto preocupante porque ha calado mucho la propaganda interna y hay un altísimo nivel de autocensura", explica la presidenta de RSF España, Edith Rodríguez Cachera. Además, por sus antecedentes históricos, se da un apego mayoritario de la sociedad con su Estado y muchas veces cuestionar al primer ministro es hacerlo a todo el Estado. "La identificación es muy grande", matiza. Se da la Hasbará, llo que se conoce como la diplomacia para dar una buena imagen del país. "Es muy difícil hacer conexiones para cualquier periodista en directo de cualquier medio independiente o extranjero sin que sea agredido", argumenta.
"Entre la opinión pública es cierto que se da el debate de si Netanyahu está atentando contra la libertad de prensa, se habla mucho, pero yo creo que la Alta Corte de Justicia puede bloquear estos intentos", explica el politólogo y profesor de Ciencias Políticas de la universidad de Tel Aviv Alberto Spektorowski. Hasta ahora, desde fuera de los medios no se observa, asegura, una amenaza latente, pero es cierto que desde el comienzo de la guerra en Gaza y con la excusa de la guerra se ejerce un mayor control.
Además, explica que el atentado de Hamás el 7 de octubre de 2023 tomó por sorpresa a la sociedad israelí. Según las cifras oficiales israelíes, murieron 1.200 personas y unas 250 fueron secuestradas. Se trata de uno de los episodios más duros en su historia reciente, por lo que ha conmocionado a todo el mundo. "Incluso los más progresistas, el electorado de izquierdas que apoyaba a Palestina tras lo ocurrido intenta mantener un perfil más neutral. La brutalidad del ataque ha hecho merma en la población", agrega Spektorowski.
Desde entonces, la gente "no quiere saber nada de los muertos palestinos ni de lo que ocurre en Gaza", explica el profesor. Por lo tanto, tampoco quieren ver "lo que está haciendo Ejército y los excesos, que son muchos". A este clima hay que sumarle la propaganda que ha inyectado Netanyahu para justificar su ofensiva. "Los bebés decapitados fueron su primer bulo", recuerda la vicepresidenta de RSF. "A nivel interno, a los medios que no comulgan con las tesis sionistas y oficialistas se les acusa de ser traidores en un ecosistema mediático que revive constantemente el 7 de octubre", argumenta Rodríguez Cachera. Además, recuerda que se trata de un país que se ha transformado "casi en un depredador de la libertad de prensa y lo estamos considerando una democracia".
Al Jazeera, acusada de "afectar a la seguridad del Estado"
Desde organizaciones como RSF exigen una reflexión sobre el papel de la prensa extranjera. En los medios occidentales también se han dado casos de "censura y se ha llegado a despedir, acallar a periodistas críticos con el Estado de Israel", dice su portavoz. La narrativa de medios europeos y de Estados Unidos con respecto al conflicto "debería de revisarse". El pasado mes de abril, asistimos a otro atentado contra la libertad de prensa, recuerdan desde RSF, cuando se aprobó una ley en el Knesset (Parlamento de Israel) para prohibir las emisiones de medios extranjeros que podrían "afectar a la seguridad del Estado".
La ley entró en vigor y desde el 5 de mayo se han prohibido las emisiones de la cadena catarí, que se ha visto abocada a cerrar sus oficinas. La orden era durante 45 días, pero los tribunales la han ido prorrogando hasta ahora. Un cierre que en un principio no afectaba a los territorios palestinos, hasta que el pasado 22 de septiembre un grupo de soldados israelíes irrumpieron en la oficina del canal árabe en Ramala, capital de Cisjordania, y ordenaron el cierre de la redacción. Antes de esta última guerra en Gaza, ya 2021 Al Jazeera sufrió un bombardeo en la Franja y en 2022 su veterana periodista Shireen Abu Akleh fue asesinada por un disparo de francotirador en Cisjordania.
Organizaciones como la Federación Internacional de Periodistas han denunciado que los periodistas de Al Jazeera han sido objeto deliberado del Ejército. "Israel es un país muy sofisticado tecnológicamente, los tiene a todos controlados mediante las tarjetas SIM. Sabe perfectamente quiénes son los periodistas molestos y los tiene perfectamente ubicados", denuncia la vicepresidenta de RSF. "Saben el eco que tienen los profesionales de la cadena catarí y que son los más potentes dentro de la Franja", añade.
Gaza: 145 periodistas asesinados, 35 en ejercicio de su profesión
En Gaza, más de 145 periodistas han sido asesinados por Israel desde octubre de 2023, 35 de ellos en el ejercicio de su profesión, lo que ha convertido a Palestina en el país más peligroso para informar, registrando el mayor número de asesinatos de reporteros en todo el mundo en los últimos cinco años, revela RSF. El enclave es el peor lugar del mundo para los periodistas, solo en 2024 concentró un tercio de los periodistas asesinados, todos muertos a manos del Ejército israelí en el ejercicio de su profesión, según los datos de los que dispone RSF hasta la fecha.
La organización sigue investigando la aniquilación de periodistas para denunciar los ataques deliberados y ya ha presentado cuatro denuncias ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra cometidos contra reporteros por Israel. "Es el número más alto jamás registrado en tan corto espacio de tiempo por RSF y hace que Israel sea el mayor asesino de periodistas de 2024, se empieza a colocar como uno de los mayores de la historia reciente", lamenta la vicepresidenta de la organización.
Los que sobreviven, muchos, han sido detenidos y encarcelados. De hecho, Israel se ha convertido también en una de las cinco mayores cárceles de periodistas del mundoy ocupa el tercer lugar en la clasificación. Desde la reactivación del conflicto, Tel Aviv ha sistematizado la detención administrativa, un procedimiento que permite al ejército encarcelar a personas sin tener que hacer público ningún cargo. Actualmente, hay 41 periodistas presos, 37 son palestinos, entre ellos el reportero de J Media Alaa al-Rimawi, que, al igual que Diaa al-Kahlout, de The New Arab (liberado en enero de 2024), fue torturado en cárceles israelíes.
Pese a todo, los periodistas locales se exponen a una situación "apabullante". Son víctimas de una guerra que también informan. En duelo constante y pérdida, informan. "Los periodistas gazatíes son desplazados, refugiados, perseguidos y con un nivel de extenuación física y estrés psicológico insoportable", concluyen desde RSF.