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Aldama dará su versión ante el Tribunal Supremo por el caso Koldo tras la declaración de Ábalos

  • El presunto 'conseguidor' de la trama de las mascarillas ya está declarando ante el juez Leopoldo Puente
  • El exministro de Transportes negó todas las acusaciones vertidas por el empresario ante el Alto Tribunal

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Aldama declara ante el Supremo por el caso Koldo

El empresario Víctor de Aldama está compareciendo ante el Tribunal Supremo, tras la declaración del también exdirigente socialista y exministro de Transportes, José Luis Ábalos, en la que negó todas las acusaciones del presunto conseguidor de la trama. El presunto 'conseguidor' de la trama de mascarillas ha llegado antes de las 10.00 de la mañana, acompañado de su abogado en un coche que conducía el líder de 'Desokupa', Daniel Esteve.

El magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente ha citado a Víctor de Aldama y el martes a Koldo García. Aunque, a diferencia de Ábalos, ellos no están aforados, el juez decidió también investigarlos respecto a los hechos relacionados de forma "directa e inescindible" con el exministro y adquirió la competencia frente a la Audiencia Nacional.

Existe una gran expectación mediática por ambas comparecencias, ampliada tras la declaración de pasado jueves del exministro, en la que negó todas las acusaciones vertidas contra él por De Aldama y descargó parte de la gestión que se le atribuía en su exasesor.

Según fuentes jurídicas, el exministro negó haber cobrado comisiones ilegales en efectivo o en especie, como la casa de Cádiz o el alquiler del piso a la mujer con la que mantenía una relación personal, y también rechazó haber dado instrucciones para adjudicaciones públicas a favor de Aldama.

Igualmente, se desmarcó de sus últimas acusaciones de contratos "preadjudicados" a constructoras, y de la supuesta operación por la que, según De Aldama, él obtendría un piso en el Paseo de la Castellana, en Madrid, como garantía del compromiso de varias constructoras de pagar comisiones.

Su versión choca con el relato de De Aldama, quien acudirá al Supremo conociendo las respuestas de Ábalos -algo que el segundo trató de evitar sin éxito- y tras haber confesado en la Audiencia Nacional que cobró unos 5,5 millones en comisiones, pero también que pagó miles de euros en efectivo a Koldo y al exministro como contraprestación por distintas cuestiones.

De Aldama vuelve a declarar

De Aldama, presunto conseguidor de la trama investigada, ha prometido colaborar con la Justicia a cambio de su salida de prisión, hace unas semanas. En esa estrategia, ha vertido duras acusaciones de comisiones contra Ábalos y otros altos cargos del Gobierno y del Partido Socialista.

Se espera que en su declaración contradiga las explicaciones del exministro y está por ver si aporta nueva documentación con la que busque apuntalar sus acusaciones, revelar nueva información o apuntar nuevamente al Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Sus declaraciones están, por el momento, siendo cotejadas por los investigadores; en la Audiencia Nacional, el juez Ismael Moreno ordenó a la Guardia Civil verificarlas, y en la causa del Supremo, la Fiscalía Anticorrupción debe valorarlas y determinar si la documentación que aporta es suficiente para apoyar su relato.

Porque De Aldama sigue siendo uno de los principales investigados en esta trama de presunto cobro de comisiones en contratos públicos de mascarillas en 2020 que, según la Fiscalía fue en realidad un "negocio" entre él y otro empresario, que se habrían embolsado millones de euros.

Un día después del empresario, llegará el turno de Koldo García, el más estrecho asesor del exministro cuyo nombre bautizó el caso, y a quien los investigadores atribuyen un rol determinante como supuesto intermediario en la adjudicación a la empresa Soluciones de Gestión de los contratos de mascarillas investigados a cambio de comisiones.

Tras ser detenido en febrero, García prefirió guardar silencio en la Audiencia Nacional, si bien fuentes cercanas al exasesor apuntan a EFE que su intención ahora es declarar en el Supremo y aclarar extremos como que él no tenía ningún poder de decisión sobre los contratos ni podía autorizar nada en la administración.