Enlaces accesibilidad

El papa revela que evitó dos intentos de asesinato en su viaje a Irak en 2021

  • Así lo afirma en su autobiografía Spera (Esperanza), que será publicada el 14 de enero
  • El pontífice señala que el aviso provino de los servicios secretos británicos a la Gendarmería vaticana

Por
El papa revela en su autobiografía que en su viaje a Irak en 2021 evitó dos intentos de atentado
El papa Francisco se reúne con el presidente iraquí, Barham Salih, en el Palacio Presidencial en Bagdad (marzo de 2018) SERVICIO DE PRENSA DEL VATICANO

El papa Francisco ha revelado que en su viaje a Irak en marzo de 2021, el primero de un pontífice a ese país, evitó dos intentos de atentado, según un extracto de su autobiografía.

"Aquel viaje me fue desaconsejado por todos (...) Pero yo quería ir hasta el final, sentía que debía. Decía, casi familiarmente, que necesitaba ir a ver a nuestro abuelo Abraham, el antepasado común de judíos, cristianos y musulmanes", confiesa en el libro, que tendrá de título Spera (Esperanza) y será publicado el próximo 14 de enero.

En la parte sobre viaje a Irak, cuyo extracto ha sido avanzado por el diario Il Corriere della Sera, el pontífice recuerda que el país aún sufría los estragos de la pandemia y seguía "evidenciando altísimos riesgos de seguridad" por los atentados. Tanto, que la Gendarmería vaticana recibió un aviso de los servicios secretos británicos sobre dos presuntos planes de atentado durante su viaje apostólico.

"Incluso tras toda aquella devastación, el viento del odio no se detenía. Me avisaron tan pronto como aterrizamos en Bagdad el día anterior. La policía había alertado a la Gendarmería vaticana (...) una joven terrorista suicida se dirigía a Mosul para hacerse estallar. Y una furgoneta también había salido a toda velocidad con la misma intención", rememora.

Un viaje con hitos históricos

El viaje apostólico finalmente se llevó a cabo y, entre otros hitos, el papa visitó la ciudad santa del islam chií, Nayaf, y se reunió con su máxima autoridad, el ayatolá Ali al Sistani, para abogar por el diálogo entre religiones.

"Aquel encuentro con el Gran Ayatolá Ali al-Sistani se preparaba por la Santa Sede desde hacía décadas, sin que ninguno de mis antecesores lograra culminarlo", reconoce Francisco. "El ayatolá me recibió fraternalmente en su casa, un gesto que en Oriente es incluso más elocuente que las declaraciones o los documentos, ya que significa amistad, pertenencia a una misma familia", comenta.

Asimismo, Francisco relata el impacto de su visita a localidades destruidas tras los conflictos en Irak con el Estado Islámico, como Mosul. "Fue una herida en el corazón (...) una de las ciudades más antiguas del mundo, rebosante de historia y tradiciones, que había visto la sucesión de diferentes civilizaciones a lo largo del tiempo y había sido un emblema de la convivencia pacífica de diferentes culturas (...) parecía ante mis ojos una extensión de escombros", relata.

Durante su estancia en Irak, el pontífice admite que siguió pendiente de los dos supuestos atacantes de los que había sido advertido a su llegada a Irak.

"Cuando al día siguiente pregunté a la Gendarmería que sabía de los dos atacantes, el comandante me respondió lacónicamente 'ya no están'. La policía iraquí los había interceptado y hecho explotar. También esto me afectó mucho, también este era un fruto envenenado de la guerra", lamenta.