Mari Luz Morales, la mujer que rompió barreras en la prensa del siglo XX: "Yo solo haré periodismo"
- La periodista gallega fue la primera mujer directora de un diario nacional entre 1936 y 1937
- Morales fue detenida durante 40 días en 1940 y, después, inhabilitada por el régimen franquista
Mari Luz Morales fue la primera mujer directora de un diario nacional en nuestro país. Nació en La Coruña en 1889, pero cuando era niña se trasladó a Barcelona, debido al trabajo de su padre, funcionario de Hacienda, aunque nunca perdió el contacto con su Galicia natal. En la capital catalana se licenció en Filosofía y Letras, con el deseo de ser escritora como vía para ser periodista, una profesión nada frecuente en las mujeres de la época que, aunque escribían artículos, no participaban en el día a día de las redacciones.
Su primer contacto con el periodismo llegó en 1921 como directora de la revista El Hogar y la Moda, el antecedente de la revista Lecturas. El puesto lo obtuvo mediante un concurso del que resultó ganadora y por el que estuvo cinco años al frente de la publicación. "Se presenta a una especie de concurso, manda sus crónicas sobre moda y gana. Así, con tan solo 25 años, es directora de una revista bastante leída por aquel entonces", explica el periodista y escritor Jordi Corominas.
Mientras trabajaba en El hogar y La moda, envió a La Vanguardia varios ensayos sobre Don Juan y sobre teatro infantil. Su calidad literaria le abrió las puertas del periódico, donde en 1924 se hizo cargo de la crítica de cine, considerada entonces como un espectáculo menor. Firmaba sus crónicas con el seudónimo de Felipe Centeno, un personaje de Galdós, pero consiguió integrarse en la redacción de La Vanguardia.
Después pasó a ocuparse de la crítica teatral, más valorada en aquel entonces. Sus críticas de cine interesaron a la productora estadounidense Paramount Pictures, que quiso entrevistarse con ella. "Paramount se fija en las críticas de Felipe Centeno creyendo que es un hombre, ella acude a la cita vestida impecablemente y los señores norteamericanos se quedan flipados. Como hay mucha necesidad de traducir textos, escribir diálogos, adaptarlos a la fonética española, encontramos que, de repente, ella será la que se encargue de esta labor". Mientras, a la par que desarrolla esta actividad cinematográfica y periodística, va entablando amistades importantes, como por ejemplo con la futura, Premio Nobel de Literatura Gabriela Mistral.
Una mujer carismática y combativa
Morales participó a principios de julio de 1936 en las celebraciones por la aprobación del Estatuto de Galicia. La tierra a la que nunca dejó de sentirse unida. Días después se produjo el golpe de Estado y el Gobierno de la Generalitat decretó la incautación de algunos periódicos, entre los que se encontraba La Vanguardia, que quedó bajo el control de un comité obrero, CNT, UGT. En Barcelona, el golpe, se evita gracias a la intervención de los anarquistas que secuestran 30.000 fusiles de un cuartel militar en Sant Andreu.
El 8 de agosto, tras la huida del director de La Vanguardia, Agustí Calvet, hacia el exilio, el comité del diario decidió nombrar directora a Mariluz Morales, la única mujer de la redacción, convirtiéndose en la primera mujer directora de un gran medio de comunicación español. "Accedo, pero con una condición", dijo entonces la periodista. "Conozco perfectamente la técnica del periódico. Tendré cuidado de la marcha de la redacción, pero si acepto es solo con carácter provisional. En cuanto a la parte política, tiene que llevarla otro. Yo solo haré periodismo".
Estuvo al frente de La Vanguardia entre 1936 y 1937, al inicio de la guerra civil, lo que le valió ser detenida durante cuarenta días en 1940 y, después, inhabilitada por el régimen franquista. Durante los primeros años de posguerra, una época de la que nunca quiso hablar, escribió varias novelas que firmó bajo los seudónimos de Ariel y Jorge Marineda en 1941.
"Funda una editorial propia, (Surco en 1941), y luego colabora en la Editorial Salvat. Retoma el periodismo y en 1948 ya la volvemos a ver como crítica teatral en una cabecera desaparecida, pero que tuvo importancia durante siglos, como El Diario de Barcelona. Y sin ir más lejos, también vuelve a Lecturas.
Al mismo tiempo que publica novelas. Trabaja mucho para el público infantil, realizando adaptaciones de clásicos como pueden ser Homero, Sófocles, Dante, Cervantes o Tirso", cuenta Corominas.
Tras la muerte del dictador y con el regreso de las libertades, prosiguió con su actividad, colaborando con el Diario de Barcelona hasta su muerte, a los noventa años. Mari Luz Morales es una referente de la incorporación de la mujer al periodismo del siglo XX.