El presidente destituido de Corea del Sur desoye la citación del organismo anticorrupción y evita el interrogatorio
- Yoon Suk-yeol ya faltó al llamamiento de la Fiscalía el pasado domingo
- Se enfrenta a delitos de abuso de poder e insurrección por la declaración de la ley marcial
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, no se ha presentado este miércoles a un interrogatorio para el que lo había citado la Oficina para las Investigaciones de Corrupción de Funcionarios de Alto Rango (CIO) en relación a su declaración de la ley marcial el pasado 3 de diciembre y tras ser destituido por el Parlamento.
El lunes, Yoon había sido citado por el equipo conjunto de investigación, formado por la policía, el CIO y la unidad de investigación del Ministerio de Defensa, para que se presentara este miércoles al interrogatorio en la sede del organismo anticorrupción en Gwacheon (al sur de Seúl).
Yoon ya evitó presentarse a una primera citación el pasado domingo con la Fiscalía surcoreana, que también lo investiga de manera paralela por su decisión de decretar el estado de excepción a principios de mes argumentando el peligro que suponía la oposición para la democracia nacional.
La Fiscalía ha enviado una segunda citación y ha advertido que si Yoon decide no presentarse antes del 21 de diciembre estudiará solicitar una orden de arresto.
El CIO está meditando enviar también una segunda citación, según ha informado la agencia Yonhap, e incluso está analizando si la situación le permitiría solicitar también una orden de arresto, competencia que en principio solo corresponde a los fiscales.
Se enfrenta a delitos de abuso de poder e insurrección
Entre tanto, representantes de ambos equipos de investigación han señalado estos días que los servicios de seguridad presidencial están a su vez devolviendo las citaciones que reciben.
A Yoon, al que se le ha prohibido salir del país, así como a otros miembros de su Gabinete y altos cargos militares y policiales, se le investiga por presuntos delitos de amotinamiento, abuso de poder o insurrección.
Este último es el más grave de ellos y puede suponer el arresto de Yoon, ya que ni siquiera la inmunidad presidencial prevalece en casos de insurrección, delito que, para aquellos a los que se considera líderes del levantamiento, se salda con cadena perpetua o pena de muerte (sobre la cual exista una moratoria en Corea del Sur desde 1997).
Yoon fue destituido el sábado por el Parlamento y su futuro depende ahora de lo que decida el Tribunal Constitucional, que tiene un máximo de seis meses para determinar si el presidente violó o no la Carta Magna al implementar la ley marcial y si, por lo tanto, debe ratificarse su cese o debe ser restituido en el puesto.