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El primer ministro francés da un ultimátum a los partidos moderados para apoyar al nuevo Ejecutivo

  • François Bayrou quiere formar un Gobierno antes de Navidad pese a los encontronazos con los partidos de izquierda
  • Las negociaciones con el resto de formaciones se han realizado sin la presencia de la ultraderecha y ultraizquierda francesas

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El primer ministro francés da un ultimátum a los partidos moderados para apoyar al nuevo Ejecutivo
El primer ministro francés, Francois Bayrou (centro), asiste a una reunión con el presidente de la Asamblea Nacional francesa, el presidente del Senado y los líderes de los partidos, excepto La Francia Insumisa y Agrupación Nacional JULIEN DE ROSA

El primer ministro francés, François Bayrou, ha tratado de acelerar la formación de su Gobierno lanzando un ultimátum de 24 horas a los partidos moderados para decidir si quieren apoyar a su Gobierno, un anuncio que ha chocado con la negativa de las fuerzas de izquierda. Bayrou ha asegurado que quiere nombrar un nuevo Ejecutivo antes de Navidad.

Durante tres horas, el jefe del Gobierno ha estado reunido con líderes macronistas, derecha moderada, socialistas, ecologistas y comunistas con el fin de avanzar en la constitución del Gobierno. Bayrou ha tomado la decisión de dejar fuera del encuentro a los dos partidos más extremos, la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen y la izquierdista La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon.

A la salida del encuentro, los partidos de izquierda han reiterado su negativa a formar parte del gabinete, al tiempo que han amenazado con votar una nueva moción de censura ante lo que han considerado una negativa de Bayrou a cambiar de rumbo político. "No nos ha dado argumentos para que no votemos una moción de censura", ha asegurado el líder socialista, Olivier Faure, cuyos 66 diputados son claves para dar estabilidad al nuevo Ejecutivo. Misma posición han adoptado los líderes ecologistas, que cuentan con 38 escaños.

Los socialistas han acusado a Bayrou de haber acudido con una única propuesta para que les brinden su apoyo, y que consideran insuficiente: abrir una negociación sobre la reforma de las pensiones. El primer ministro quiere abrir una conferencia social sobre esa reforma, que retrasa dos años la edad mínima de jubilación, pero sin suspender su aplicación, como reclama la izquierda.

Faure ha recordado nuevamente que fue la alianza de izquierdas la que ganó las elecciones legislativas de julio pasado, lo que a su juicio les da legitimidad para exigir un cambio de rumbo político. "Que nuestros socios dejen hacer novillos. Es hora de que vuelvan a casa: oposición sin concesiones y moción de censura sin perder tiempo en debates sin salida", ha señalado Jean-Luc Melénchon en un mensaje en la red social X y destinado a socialistas, ecologistas y comunistas.

Bayrou niega haber expulsado de las negociaciones a Le Pen y Melénchon

Durante la reunión con las fuerzas políticas, el primer ministro ha afirmado que no pretendía "expulsar" a la Agrupación Nacional y a Francia Insumisa de la "vida nacional", pese a que no han sido invitados a las negociaciones. "Encontraré formas de hacerlos participar en el trabajo que tenemos que hacer", ha afirmado Bayrou.

"En todas las cuestiones sustantivas, mi intención es que el diálogo republicano desempeñe plenamente su papel", ha asegurado. Sus palabras son similares a las pronunciadas por el presidente Emmanuel Macron tras una reunión con fuerzas políticas el pasado 10 de diciembre y en el que constató "una unanimidad de las fuerzas políticas para no depender más de la Agrupación Nacional".

Durante las consultas iniciadas tras su nombramiento, Bayrou fue, sin embargo, el primero en recibir a la líder de la ultraderecha, Marine Le Pen, deseosa de recibir a los grupos políticos, según su "orden de importancia" numérico en la Asamblea Nacional.

El primer ministro ha propuesto a las fuerzas políticas entrar en el Gobierno que está formando y relanzar los debates sobre la reforma de las pensiones, pero "sin suspender" la adoptada por el 49.3 en 2023. Por ende, conserva la posibilidad de utilizar dicho artículo para aprobar textos sin votación, lo que lo expone a una moción de censura sobre futuros textos legales. La izquierda ha puesto como condición para apoyar al nuevo Ejecutivo renunciar al uso de dicha herramienta legislativa.