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La guerra en Gaza apaga la Navidad en Belén por segundo año: "Se siente la tristeza, el enfado y la frustración"

  • Los actos religiosos se mantienen, pero el ambiente festivo en vísperas de Navidad es casi inexistente
  • La guerra en Gaza y la situación económica preocupa a los vecinos y afecta a los comercios, casi vacíos

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La Iglesia de la Natividad en Belén, sin ambiente festivo

El tiempo soleado acompaña la víspera de Navidad, pero a las puertas de la Basílica de la Natividad de Belén, en Cisjordania, no se respira ningún ambiente festivo. "Se siente la tristeza, el enfado y la frustración", asegura el reverendo Munther Isaac a un equipo del Telediario.

Por segundo año consecutivo, la guerra en Gaza que libra Israel contra Hamás también ha apagado la Navidad en Belén. Un conflicto que, lejos de terminar o apaciguarse, ya se ha cobrado la vida de al menos 45.317 palestinos, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad palestino.

La guerra en Gaza, la asfixiante situación económica y la falta de libertad en los territorios ocupados por Israel están muy presentes. "La gente no puede entrar y salir. Es una cárcel al aire libre", denuncia el franciscano Ibrahim Faltas.

Sin actos festivos, solo religiosos

En la plaza de Belén no se ve el habitual árbol de más de tres metros que decora la plaza cada año, ni tampoco luces navideñas. En el lugar hay más periodistas y agentes de seguridad que turistas. Uno de los vecinos de Belén confiesa que no se imaginaban de nuevo una Navidad en esta situación.

Varios fieles han esperado a las puertas de la Natividad al patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, que cada año realiza una procesión desde Tierra Santa hasta Belén. Esta vez, el recorrido desde las puertas de la ciudad a la iglesia no ha sido acompañado del redoble de tambores de los Scouts.

Pizzaballa, en un intento de transmitir esperanza, ha comunicado a los presentes en su discurso que, en una visita fugaz a Gaza que ha realizado esta semana, ha visto "la destrucción y el desastre. Pero también hay vida".

Los peregrinos, la mayoría de Jordania y Filipinas, rezan en el lugar exacto donde, según la tradición cristiana, nació Jesús. Para ellos "es importante estar aquí en Navidad para sentir el espíritu de Cristo".

Comercios vacíos

La mayoría de comercios están vacíos. La falta de visitantes ahoga cada vez más a los comerciantes. "A todos los peregrinos los esperamos. Aunque hemos pasado un mal tiempo, 2025 vendrá lleno de paz", asegura una de las dependientas de la Cooperativa de Comerciantes, Patricia Saiech.

Paz y esperanza son dos de las palabras que más se escuchan en la Cisjordania ocupada.