El papa Francisco celebra la Misa del Gallo e inaugura el Jubileo con la esperanza como mensaje central
- El papa ha dado comienzo a ambos eventos en la que ha sido su decimosegunda Navidad al frente de la Santa Sede
- El Santo Padre ha pedido por la paz, el fin de los conflictos y la reducción de la deuda para los países más pobres
El papa Francisco ha celebrado por décimosegundo año al frente del Vaticano la Misa del Gallo, así como la inauguración del Jubileo, uno de los eventos más destacados de su pontificado. En ambos ha destacado un discurso centrado en la paz y la justicia social.
La homilía ha tenido lugar en la Basílica de San Pedro, donde se han congregado unas 6.000 personas, además de las 30.000 frente a la plaza de San Pedro. El acceso ha contado con imponentes medidas de seguridad tras los atentados ocurridos en el mercadillo navideño de Magdeburgo, como pasillos establecidos y detectores de metales.
La celebración ha incluido cantos, lecturas bíblicas, la bendición del pesebre y un mensaje especial del Santo Padre. Al inicio de la misa, se ha desvelado la imagen del niño Jesús postrado en el trono, rodeado a su vez de niños de distintos países que le han homenajeado con detalles florales.
"En la pequeñez de un niño, la gloria del cielo se asomó en la Tierra. Cuando nuestro corazón se asemeja a un pequeño pesebre, podemos decir que la esperanza está viva", ha señalado el papa.
Asimismo, ha pedido por la paz, el fin de los conflictos y el regreso de los prisioneros. "Hay tantas desolaciones en nuestros tiempos, pensemos en las guerras, en los niños asesinados, en las bombas que caen en las escuelas y los hospitales (...) Tenemos el deber y la tarea de llevar la esperanza allí donde se han perdido", ha señalado.
Al finalizar la misa, el papa ha acompañado la imagen de Jesús niño desde el trono hasta el pesebre de la Basílica de San Pedro, donde ha sido depositado.
Inauguración del Jubileo y apertura de la Puerta Santa
La inauguración del Jubileo ha marcado el inicio de una tradición profundamente arraigada en la Iglesia Católica. El evento ha incluido la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, un gesto simbólico que busca invitar a los fieles a reflexionar sobre su papel en la transformación personal y comunitaria.
"Esta es la puerta del Señor, los justos entrarán por ella. Entraré en tu casa, Señor, te adoraré en tu templo santo. Abrid las puertas de la justicia, entraremos por ella para dar gracias al Señor", rezaba el cántico previo a la apertura. En la bula del Jubileo, el papa ha destacado "la necesidad de dejar espacio a la esperanza en un tiempo en el que a menudo hay personas descorazonadas que miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles la felicidad".
A continuación, Francisco ha llegado al atrio de la basílica, donde se había colocado una rampa para permitir el acceso a la silla de ruedas en las que se mueve el pontífice por sus problemas en la rodilla. Sentado, ha golpeado tres veces la puerta antes de abrirse, y la ha atravesado en total silencio. Las campanas han repicado para celebrar la inauguración, mientras representantes de la fe católica de los cincos continentes traspasaban su entrada.
Durante el resto del año, la Puerta Santa permanecerá abierta para el paso de peregrinos, que recibirán la indulgencia plenaria, el perdón total de los pecados. El Vaticano estima que hasta 100.000 peregrinos cruzarán esta puerta diariamente el próximo año, hasta un total de 32 millones.
El papa pide reducir la deuda de los países con bajos ingresos
Durante su intervención en la misa, el papa ha reiterado su llamado previo a que las naciones desarrolladas utilicen el Jubileo como una oportunidad para reducir la carga de deuda de los países de bajos ingresos, además de pedir eliminar la pena de muerte.
"El Jubileo nos llama a la renovación espiritual y nos compromete con la transformación de nuestro mundo", ha señalado pontífice, quien también ha pedido por "nuestra madre Tierra, desfigurada por la lógica del beneficio". Un tiempo de jubileo para los países más pobres, agobiados por deudas injustas; un tiempo de jubileo para todos aquellos que están atrapados en formas de esclavitud, antiguas y nuevas", ha resaltado.
Francisco también ha señalado que la historia del nacimiento de Jesús como hijo de un humilde carpintero debería infundir esperanza de que todas las personas pueden tener un impacto en el mundo. El Santo Padre ha afirmado que la esperanza "es un llamado a no demorar, a no dejarnos retener por nuestros viejos hábitos o caer en la mediocridad o la pereza".