Francisco pide "silenciar las armas" en Ucrania, Palestina y Sudán y "diálogo" para Siria en la bendición 'Urbi et Orbi'
- Francisco renueva su llamamiento de paz en el mundo desde la Basílica de San Pedro
- Destaca la "situación humanitaria gravísima" que se vive en la Franja
El papa Francisco ha pedido este miércoles, día de Navidad, que se "silencien las armas" en Ucrania, Gaza, en todo Oriente Medio pero también en Sudán y el resto de países del Cuerno de África, durante la tradicional bendición Urbi et Orbi ("A la ciudad y al mundo"), desde la Basílica de San Pedro en Roma.
Para una Ucrania "martirizada", Francisco ha pedido "tener la audacia de abrir la puerta a las negociaciones y gestos de diálogo para una paz justa y duradera".
"En Oriente Medio, pienso en la comunidad cristiana en Palestina e Israel, en particular en Gaza donde la situación humanitaria es gravísima", ha dicho el papa, que ha pedido un alto el fuego, la liberación de los rehenes y la llegada de ayuda humanitaria para aliviar la situación de una población "golpeada por el hambre y la guerra". En Siria, ha pedido que, en este "momento dedicado", se abran "las puertas del diálogo".
Recuerdo para Ucrania, Oriente Medio, África y Birmania
Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, y con cerca de 30.000 personas escuchando, el papa ha pedido "que el ruido de las armas se silencie en una Ucrania desgarrada por la guerra" y ha denunciado la "gravísima situación humanitaria en Gaza". Además, ha asegurado que lleva "en el corazón a la comunidad cristiana de Líbano, sobre todo del sur, y a la de Siria, en este momento tan delicado".
Francisco ha pedido paz para los países del Cuerno de África y ha instado a facilitar la ayuda humanitaria en Sudán, un país devastado por 20 meses de guerra donde el hambre afecta a millones de desplazados. "Que el Hijo del Altísimo apoye los esfuerzos de la comunidad internacional para promover el acceso a la ayuda humanitaria de la población civil de Sudán e iniciar nuevas negociaciones con vistas a un alto el fuego", ha declarado.
También ha animado a buscar soluciones que permitan la reconciliación nacional en Libia y ha pedido "que el nacimiento del Salvador traiga un tiempo de esperanza a las familias de miles de niños que están muriendo a causa de la epidemia de sarampión en la República Democrática del Congo, así como a las poblaciones del oriente de ese país y a las de Burkina Faso, Malí, Níger y Mozambique", donde las crisis humanitarias provocadas por el "terrorismo y agravadas por el cambo climático" han provocado el desplazamiento de millones de personas.
"Que el Niño Jesús inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano, con el fin de encontrar lo antes posibles soluciones efectivas en la verdad y la justicia, para promover la armonía social, en particular en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua", ha pedido el Santo Padre desde el balcón de la logia de la basílica.
No ha olvidado tampoco a los habitantes de Birmania, que "a causa de los continuos enfrentamientos armados, padecen grandes sufrimientos y son obligados a huir de sus casas".
"Que se derriben los muros y se perdonen las deudas"
En su discurso, el papa ha asegurado que el año del Jubileo debería ser un tiempo para que "cada individuo, todos los pueblos y naciones se conviertan en peregrinos de esperanza, para silenciar el sonido de las armas y superar las divisiones". Y ha añadido que también debería ser un tiempo para "derribar todos los muros de separación".
En ese sentido, Francisco ha pedido una "solución mutuamente acordada" para derribar el muro fronterizo que ha dividido la isla mediterránea de Chipre entre la República de Chipre y la República Turca del Norte de Chipre desde 1974 y ha aprovechado su discurso para pedir "que el Jubileo sea la ocasión para perdonar las deudas, especialmente aquellas que gravan sobre los países más pobres".
En Santo Padre ha recordado con sus palabras "a todos los niños que sufren por la guerra y el hambre" a "los ancianos, obligados muchas veces a vivir en condiciones de soledad y abandono", a "los que han perdido la propia casa o huyen de su tierra, tratando de encontrar un refugio seguro", "a cuantos han perdido o no encuentran trabajo" y "a los encarcelados que, a pesar de todo, siguen siendo hijos de Dios". Y concluyó deseando a todos "una serena y santa Navidad" e impartiendo la bendición Urbi et Orbi.
El martes, víspera de Navidad, Francisco celebró por decimosegundo año al frente del Vaticano la Misa del Gallo, así como la inauguración del Jubileo, uno de los eventos más destacados de su pontificado. En ambos ha destacado un discurso centrado en la paz y la justicia social.
La Iglesia católica inaugura así el Año Santo, un tiempo de paz, perdón e indulgencia que se extenderá hasta el 6 de enero de 2026.