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Discurso de Navidad del rey Felipe VI 2024: los diez titulares más destacados que dejó el monarca

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Discurso de Navidad del rey Felipe VI: el monarca durante su discurso de Navidad de 2024
El rey Felipe VI durante su discurso de Navidad de 2024 en el Palacio Real. Ballesteros/Reuters

El rey Felipe VI ha dedicado su discurso de Navidad de este 2024 a los afectados por la dana del 29 de octubre, que se han convertido en el hilo conductor, principio y final de su mensaje. Los efectos de las graves inundaciones y el lodo, que dejaron 231 muertos, tres desaparecidos y cuantiosos daños, sobre todo en Valencia, y el movimiento solidario de miles de voluntarios, han servido al monarca de ejemplo para reclamar "serenidad" ante una "contienda política legítima, pero en ocasiones atronadora" con un idea más destacada, la del "bien común".

En su intervención de casi 15 minutos, solo dos días después de visitar por sorpresa, con la reina y sus hijas, varias localidades afectadas por las graves inundaciones, estas han sido sus frases clave:

La "terrible" dana: "No debemos olvidar nunca"

"No debemos nunca olvidar", ha dicho el rey Felipe VI al recordar los efectos de la "terrible" dana, a los fallecidos y a los desaparecidos, con un primer ruego en su discurso: "Merecen todo nuestro respeto". En dos ocasiones ha insistido el monarca en no olvidar, "el dolor y la tristeza que han dejado en sus familias".

El rey recuerda a las víctimas de la dana: "No debemos olvidar nunca el dolor"

Las consecuencias de la dana han ocupado un lugar importante: "Miles de personas vieron cómo lo que hasta hacía poco era su pueblo, su barrio, su trabajo, su casa, su negocio, su escuela, quedaban reducidos a escombros o incluso desaparecían". Tampoco "debemos olvidar nunca" las "primeras imágenes de la riada que todo lo arrasó, los rescates de personas".

La "solidaridad", la "frustración" que surgen de la "exigencia del bien común"

Aunque sin mencionarla, el rey también ha recordado su primera visita a Paiporta, zona cero de la catástrofe en Valencia, cuando se produjeron disturbios y el lanzamiento de barro a la comitiva real. En esa ocasión y en otras posteriores, asegura haber reconocido "en el trabajo ingente de voluntarios anónimos y de servidores públicos", la "solidaridad en su sentido más puro", y también afirma haber "comprobado — y entendido — la frustración, el dolor, la impaciencia, las demandas de una coordinación mayor y más eficaz de las administraciones".

Por primera vez en su discurso aparece la idea del "bien común" que el monarca repetirá en otras seis ocasiones: "Todas esas emociones —las que conmueven y reconfortan y las que duelen y apenan— surgen de una misma raíz: la conciencia del bien común, la expresión del bien común, o la exigencia del bien común".

Asegurar la recuperación, que las ayudas "lleguen a todos"

En la parte principal de su discurso, dedicada a los afectados por la dana, el rey ha mencionado dos veces la necesidad de que la zona pueda volver a la normalidad y asegurar su recuperación. Primero al recordar cómo "la ayuda y colaboración de todos" está propiciando que las más de 800.000 personas afectadas recuperen paulatinamente en su vida cierto grado de normalidad". El rey ha pedido que en medio y largo plazo se asegure la recuperación, una idea que de nuevo repite casi al final: "Que las ayudas lleguen a todos los que lo necesiten, para que puedan reconstruir el futuro por el que tanto han luchado". La importancia del "bien común" de nuevo ligada a la solidaridad: "La memoria del camino recorrido, la confianza en el presente y la esperanza en el futuro son una parte ineludible, acaso la más valiosa, pero también la más delicada, de nuestro bien común".

Una llamada al "diálogo" ante la "contienda política atronadora"

A lo largo de todo su intervención el rey Felipe VI el llamamiento a la "convivencia", a proteger el "gran pacto de convivencia" dialogando "con altura y generosidad", y ha aprovechado para hacer una advertencia sobre la "contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora". El monarca ha pedido que "no impida escuchar una demanda aún más clamorosa", de "serenidad", que según ha afirmado, se reclama "en la esfera pública y en la vida diaria, para afrontar los proyectos colectivos o individuales y familiares, para prosperar, para cuidar y proteger a quienes más lo necesitan".

"No podemos permitir que la discordia se convierta en constante ruido"

Con la Constitución de nuevo como referente, Felipe VI ha recordado la reciente reforma del artículo 49 de la Carta Magna, sobre la discapacidad para suprimir el término disminuido, como "un buen ejemplo de lo que podemos lograr juntos". "No podemos permitir que la discordia se convierta en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía", ha advertido el monarca en una posible referencia a la falta de acuerdo y diálogo entre el Gobierno y la oposición, y el creciente nivel de crispación política en los debates.

La Constitución de 1978 como "gran referencia"

Como en el anterior discurso de Navidad, el rey ha hecho una defensa de la Constitución de 1978 como "gran referencia" en España. Y ha aprovechado para de nuevo defender la necesidad del "acuerdo en lo esencial" como "principio fundamental". En este punto, por segunda vez ha hecho mención al "gran pacto de convivencia", en el que "se afirma nuestra democracia y se consagran nuestros derechos y libertades, como "pilares de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho".

"Cultivar ese espíritu de consenso es necesario para fortalecer nuestras instituciones y para mantener en ellas la confianza de toda la sociedad", ha señalado el monarca.

Las "normas básicas de convivencia", pilar para tratar la inmigración

Al hablar sobre el fenómeno de la inmigración el monarca ha hecho mención por primera vez el monarca a la idea de la democracia como una de las ideas fundamentales de su discurso, que después repetirá en otras cuatro ocasiones. La convivencia, otra de las ideas más reiteradas en su mensaje también ha aparecido en este asunto, al defender el respeto de las leyes y normas básicas de convivencia y civismo, como uno de los pilares que deben guiarnos a la hora de tratar la inmigración. "La manera en la que seamos capaces de abordar la inmigración — que también precisa de una buena coordinación con nuestros socios europeos, así como con los países de origen y tránsito — dirá mucho en el futuro sobre nuestros principios y la calidad de nuestra democracia", ha advertido el monarca.

Soluciones que faciliten "el acceso a la vivienda en condiciones asumibles"

La "dificultad para acceder a una vivienda" es otro de los asuntos que el monarca ha destacado en su discurso como un problema que preocupa, "sobre todo a los más jóvenes". Y en esta cuestión ha pedido de nuevo diálogo que "conduzca a soluciones que faciliten el acceso a la vivienda en condiciones asumibles, en especial para los más jóvenes y los más desprotegidos, pues ésta es la base para la seguridad, el bienestar de tantos proyectos de vida. Y realmente podemos hacerlo". Las ciudades, en especial las grandes urbes, ha dicho el monarca, "actúan como polos de crecimiento y generan una demanda que la oferta no alcanza a satisfacer" por lo que es "importante que "todos los actores implicados reflexionen, se escuchen unos a otros".

"Una nación con una historia portentosa, pese a sus capítulos oscuros"

El rey Felipe VI ha recordado que en la historia de España ha habido "capítulos oscuros", pero es "un gran país, una nación con una historia portentosa", y también "modélica" en el desarrollo democrático de las últimas décadas". En este punto ha señalado el "desarrollo democrático" de las últimas décadas y al mismo tiempo ha advertido que "pese a lo mucho que nos queda por hacer, por ejemplo en materia de pobreza y exclusión social", resulta "prometedor" el "comportamiento de nuestra economía", en términos de crecimiento, empleo o exportaciones y el nivel general de "nuestro bienestar social".

La juventud "que nos ha llenado de orgullo" en los pueblos afectados por la dana

El rey no ha hecho mención en ningún momento de su discurso a sus diez años de reinado que se han cumplido este 2024, pero de forma implícita, en la parte final de su discurso, ha hecho un guiño a la princesa Leonor, como heredera al trono, cuando ha hablado de la juventud, la que "ha hecho brillar nuestro nombre en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos" de París, en la Eurocopa, y también la que "emprende pese a las dificultades".

Sobre todo, ha dicho, es la juventud "la que nos ha llenado de orgullo acudiendo en masa para dar lo mejor de sí en las calles de los pueblos afectados por la dana".