De la carta de Sánchez a la nueva huida de Puigdemont: claves de un año político con la corrupción como arma
- Cuatro elecciones, la ruptura de los gobiernos de PP y Vox y varias dimisiones son otros hitos de 2024
- El Gobierno pone el foco en los Presupuestos tras un año con importantes dificultades parlamentarias
Desde hace años en cada resumen y balance anual de lo vivido en la política española hay que hablar de crispación y alto voltaje, instalados como elementos claves en este ámbito, además de relatar momentos históricos e inéditos que hacen que cada ejercicio sea único. Este 2024 no se queda atrás y la lista de hechos relevantes es larga con la celebración de cuatro procesos electorales, la aprobación de una ley de amnistía para el 'procés', la renovación del Consejo General del Poder Judicial tras cinco años de bloqueo, varias dimisiones de líderes políticos, el estallido de casos de corrupción y el amago del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de abandonar La Moncloa, tras denunciar el "fango" y el "ruido", convertidos en protagonistas de este año político que ahora acaba.
El 2024 llega a su fin con un Gobierno que sigue andando sobre el equilibrio parlamentario y que afronta ahora el 2025 con los Presupuestos Generales del Estado como principal objetivo a conseguir, y con una oposición liderada por el PP que pide casi cada día la dimisión del presidente de Gobierno, al que considera "acabado" y "rodeado de casos de corrupción".
Aquí, algunas claves y episodios del año político:
2024, de nuevo año electoral
Es poco noticioso que un año sea electoral en España porque ya casi todos lo son. Si en 2023 el país celebró comicios municipales, autonómicos y generales adelantados, en este 2024 de nuevo todos los españoles fueron a las urnas para las elecciones europeas, con triunfo para el PP, y además, los gallegos, vascos y catalanes acudieron a votar a sus presidentes autonómicos.
El reparto de 'premios' por comunidades fue variado en esas urnas: en las elecciones gallegas el PP volvió a dominar con mayoría absoluta, en las elecciones vascas el resultado mantuvo el Gobierno en coalición de PNV y PSE, pero EH Bildu hizo historia al empatar a escaños con el PNV; y las elecciones catalanas también fueron históricas y alumbraron el primer gobierno no independentista en 14 años con Salvador Illa como nuevo 'president' que supuso, además, un respaldo claro a la política de Pedro Sánchez en Cataluña.
Sánchez reflexiona y se queda
Precisamente en plena campaña electoral de Cataluña, el presidente del Gobierno daba su mayor golpe de efecto político este año. Con una carta a la ciudadanía el 24 de abril anunciaba que paraba y se tomaba cinco días de reflexión para decidir si seguía en el cargo ante el "acoso" a su familia político, mediático y judicial. "Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política", decía Sánchez, que hizo contener el aliento en Ferraz ante la sola posibilidad de dimitir. Finalmente concluyó que debía seguir "con más fuerza si cabe".
A partir de ahí el presidente quiso enarbolar la lucha contra los "bulos", la "máquina del fango" y la "política tóxica" y ha hecho bandera de esa pelea como una de sus máximas en este 2024. Sánchez cierra el año reelegido como líder indiscutible del PSOE, sin rival alguno y sin asomo alguno de debate sobre su sucesión, y dejando claro que va a seguir y que tiene claro el objetivo: ganar en el año electoral 2027 (cuando están previstas de nuevo, si no hay adelantos, elecciones municipales, autonómicas y generales).
En su última rueda de prensa del año, Sánchez dejó claro que no tiene intención alguna de convocar elecciones e insistió en su mantra de que la legislatura será larga.
La corrupción vuelve a la primera línea como arma
Este ha sido un año en el que la corrupción ha vuelto a la primera línea política como principal arma arrojadiza. En el mes de febrero fue detenido por presunta corrupción en la compra de mascarillas Koldo García, quien había sido asesor y mano derecha del exministro y ex número tres del PSOE, José Luis Ábalos, a su vez figura más que cercana a Sánchez durante años. Ya en ese momento el presidente le había despojado de todo poder, pero seguía siendo diputado por el PSOE. Tan solo días después de que estallase el caso, fue suspendido de militancia y se le dio un ultimátum de 24 horas para dimitir. Ábalos se negó a ello y mantuvo su acta en el Grupo Mixto. La trama ha ido creciendo con diversas ramificaciones con el empresario Víctor de Aldama, el 'conseguidor', en el centro de una red corrupta que anidó en tiempos de Ábalos como ministro de Transportes.
El año finaliza con la petición del Tribunal Supremo al Congreso del suplicatorio del exministro al apreciar en su actuación "bastantes" indicios de delitos de integración en organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación en el denominado.
Dos casos más están en el foco y afectan al entorno del presidente: su mujer, Begoña Gómez, está investigada por el juez Juan Carlos Peinado por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, además de apropiación indebida del software de la Universidad Complutense de Madrid e intrusismo profesional; y su hermano, David Sánchez, en la causa abierta por las supuestas irregularidades en su contratación en julio de 2017 por parte de la Diputación de Badajoz. Detrás de ambas denuncias está el pseudosindicato de ultraderecha Manos Limpias.
El Gobierno habla de "acoso judicial" contra el presidente y su familia y carga contra unos denunciantes que basan sus denuncias en "informaciones falsas" y con clara intencionalidad política, mientras que el PP y su líder, Alberto Núñez Feijóo, piden la dimisión de un presidente "acorralado" por la corrupción, que vive un "calvario judicial" y que pone en cuestión a los jueces y a su "servicio personal" a los poderes del Estado.
La presunta corrupción también ha salpicado al PP en este 2024 con la investigación por fraude fiscal y administración desleal a Alberto González Amador, novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que a su vez ha derivado en la imputación del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por posible revelación de secretos en el caso por fraude fiscal de la pareja de Ayuso. Nunca antes en la historia se había imputado a un fiscal general, en quien mantiene su "total confianza" el presidente del Gobierno.
Estos casos han sido empleados como principal arma arrojadiza de bando a bando convirtiendo cada sesión de control al Gobierno y cada pleno parlamentario, fuese del ámbito que sea, en un 'ring' con poca mano tendida y mucha bronca.
La renovación del CGPJ, un oasis en el ambiente político
La crispación política se ha convertido en algo endémico con una tónica habitual de entendimiento nulo entre los dos principales partidos de España, PSOE y PP, y con dos líderes, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, que mantienen una relación más que distante sin una sola reunión en todo este año 2024.
En medio de este ambiente, sí hubo un acuerdo clave entre el partido de Gobierno y el principal de la oposición para renovar el CGPJ tras más de cinco años de bloqueo. Este, junto al acuerdo para la reforma del artículo 49 de la Constitución relativo a las personas con discapacidad, han sido los únicos instantes para la mano tendida entre socialistas y 'populares'.
Vox rompe los Gobiernos autonómicos con el PP
Y si el entendimiento entre PSOE y PP es una quimera, tampoco han fluido este 2024 las sinergias entre PP y Vox. En julio llegaba un terremoto político a las comunidades gobernadas en coalición por ambos partidos y la formación de Santiago Abascal rompía los cinco gobiernos autonómicos en la Comunidad Valenciana, la Región de Murcia, Castilla y León, Aragón y Extremadura y Vox pasaba a la oposición en estas comunidades.
El motivo fue el desacuerdo con el PP en la distribución de menores migrantes no acompañados llegados a las costas españolas y la reforma de la ley de extranjería, un asunto que sigue sin resolverse al cierre de este 2024. Este asunto, central en la política de este año, apunta a seguir dando mucho que hablar en 2025. La reciente conferencia de presidentes autonómicos en Santander solo sirvió para evidenciar que el acuerdo está de todo menos cerca, a pesar del colapso migratorio de comunidades como las Islas Canarias, que han marcado récords en llegadas de migrantes de forma irregular en este 2024.
Puigdemont, breve regreso a España con huida incluida
Si esa ruptura entre PP y Vox y la crisis migratoria fue uno de los temas centrales de este verano en lo político, el 8 de agosto toda la atención giraba a Cataluña en un día convertido en jornada histórica. Salvador Illa fue investido 'president' de Cataluña recuperando para el socialismo el poder en la Generalitat tras 14 años de gobiernos independentistas. Pero ese día la atención estuvo más en las calles de Barcelona que en el interior del Parlament ya que el 'expresident' Carles Puigdemont había anunciado su regreso a España y la expectación era máxima ante una segura detención ya que el Tribunal Supremo rechaza la aplicación de la amnistía al líder de Junts. La sorpresa fue máxima y el desconcierto absoluto cuando Puigdemont, tras dar un brevísimo discurso ante sus fieles, desafiaba a los Mossos y se escabullía entre la gente para desaparecer y volver a huir a Bélgica.
El alambre parlamentario del Gobierno
Precisamente el partido de Puigdemont es uno de los que hace moverse en el constante equilibrio parlamentario a un Gobierno que ha convertido casi cada votación en el Congreso de los Diputados en una jornada de sufrimiento y final incierto. Desde el inicio del año Junts ya avisó que negociaría cada votación "pieza a pieza" y así ha sido, hasta el punto de que obligó a retrasar en enero la aprobación de una ley de amnistía que ellos mismos pactaron con el Gobierno. Fue el aviso de lo que estaba por venir este año. Ha sido solo una de las votaciones en el alambre para el Gobierno, pero ha habido más: la deflactación del IRPF, la ley del suelo y la reforma de la de extranjería, entre otras, o la reforma fiscal, que salió adelante este noviembre tras un acuerdo 'in extremis'.
Esta debilidad parlamentaria es otro de los argumentos clave del PP para atacar al Gobierno, pero Sánchez le da normalidad: "Bienvenidos a los Gobiernos de minoría parlamentaria". El año acaba, además, con la suma de votos de PP, Vox, Junts, PNV y UPN para derogar el impuesto energético, una votación más bien simbólica porque el tributo estaba sentenciado, pero que pone de manifiesto que los bloques están más difusos.
Sánchez cierra este 2024 abriendo de nuevo la puerta a reunirse con Puigdemont, incluso antes de ser amnistiado, mientras que el líder de Junts, más que abrir puertas, las cierra, asegurando que no dará apoyo al Gobierno socialista si "hunde a Cataluña en la decadencia".
Aunque en asuntos centrales ERC, PNV y EH Bildu forman ese bloque compacto de apoyo al Gobierno, han dado algún aviso también de que nada es gratis. Podemos también vende caros sus votos, conscientes todos de la minoría parlamentaria del Ejecutivo de Sánchez.
El año acaba con un Ejecutivo pensando en la próxima negociación, la madre de todas las batallas, que no es otra que la de los Presupuestos Generales del Estado, que ya tocará para 2025. Junts, que receló de la polémica financiación singular pactada con ERC, seguirá siendo el principal hueso de roer- no el único- y Puigdemont incluso ha planteado a Sánchez que se someta a una cuestión de confianza.
Año de dimisiones políticas de diversa índole
Los procesos electorales de este año dejaron alguna víctima política. Las elecciones catalanas y la debacle en ellas de ERC provocó el abandono de la política del 'expresident' y candidato de ERC, Pere Aragonès, lo que ha derivado en unas primarias que han puesto de nuevo en la cúpula de los republicanos a Oriol Junqueras, que vuelve a la primera línea ante una formación, eso sí, fuertemente dividida.
Otro varapalo electoral- el de Sumar en las elecciones europeas (unido a los golpes electorales autonómicos)- propició la salida de Yolanda Díaz como líder de Sumar, una formación que no encuentra su espacio electoral y que obtuvo tres escaños, solo uno más que Podemos, también en estado de recomposición constante. Pero en ese mes de junio Sumar no sabía que su golpe más duro estaba por llegar. El entonces portavoz parlamentario de Sumar Iñigo Errejón se vio obligado a abandonar la política tras varias acusaciones de comportamientos machistas el pasado mes de octubre. Quien fuera una de las caras más reconocidas del proyecto de Sumar arrancará el mes de enero declarando el día 16 por un presunto delito de agresión sexual contra la actriz Elisa Mouliaá.
En el PSOE ha habido algunos movimientos de salidas y entradas en este 2024. Un final de año más que movido ha tenido Óscar López, quien fuera jefe de gabinete de Pedro Sánchez en Moncloa. En septiembre fue nombrado ministro de Transformación Digital tras el nombramiento de José Luis Escrivá como gobernador de España, pero ha acabado el 2024 como nuevo líder del PSOE en Madrid, tras la abrupta dimisión de Juan Lobato en una crisis- corta pero intensa- tras el episodio de los mensajes llevados ante notario con una asesora de Moncloa relacionados con la causa abierta al novio de Ayuso.
Otro cambio de nombres menos traumático ha sido el de la nueva vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, que sustituye a Teresa Ribera, que escala hasta la Vicepresidencia de la Comisión Europea para convertirse en la número dos del Ejecutivo comunitario, a pesar del intento del PP por bloquear este nombramiento.
Un 2024 cargado de crisis diplomáticas
Las batallas políticas no solo han llegado por variados asuntos internos. La política exterior ha estado este 2024 cargada de tensión con varias crisis diplomáticas. Solo en el caso de la decisión del Gobierno de no acudir en septiembre a la toma de posesión de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, después del veto al rey, Sánchez contó con el apoyo de Feijóo.
El Gobierno decidió en mayo la retirada de la embajadora española en Buenos Aires después de que el presidente argentino, Javier Milei, llamase "corrupta" a Begoña Gómez en un mitin de Vox. En asunto interno y arma arrojadiza política se convirtió también el mismo mes de septiembre el asilo político en España del opositor venezolano Edmundo González. España no ha reconocido la victoria de González en las elecciones venezolanas, a pesar de que el Congreso de los Diputados le instó a hacerlo tras una propuesta del PP que salió adelante gracias al apoyo del PNV.
Todo ello en el año en el que España ha reconocido el Estado de Palestina.
La tragedia de la DANA inunda también la política
Este año quedará para el recuerdo de la mayor gota fría de este siglo en España con más de 230 muertos y pueblos de los que la devastación absoluta se apoderó en pocas horas. Ahora luchan por remontar tras haberlo perdido todo.
Esta tragedia demostró que la unidad política es una quimera en España y con el agua aún en el cuello, literalmente, la gestión de la DANA ya era arma política. Además del impacto causado por imágenes en pueblos como Paiporta, Torrent, Picaña, Benetússer o Catarroja más propias de escenarios vistos en guerras, esta DANA ha dejado otras instantáneas potentes: la de marchas masivas en Valencia pidiendo la dimisión del presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, por dejar a un pueblo "abandonado a su suerte" y la de los reyes de España manchados de barro en medio de la tensión en una visita en la que se lanzaron gritos de "asesinos" a la comitiva formada por Felipe VI y doña Letizia, el presidente del Gobierno y el de la Generalitat.
En el ámbito político, Mazón ha zanjado la crisis con la creación de una nueva Vicepresidencia para la Recuperación Económica y Social y de una Consellería propia de Emergencias e Interior y las destituciones de la consellera de Justicia e Interior y responsable de Emergencias durante la DANA, Salomé Pradas; y la consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes, además del cese de la portavoz del gobierno valenciano. La gestión de la DANA ha protagonizado comparecencias y plenos muy broncos tanto en el Congreso de los Diputados como en las Cortes Valencianas.