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El cargador USB-C se convierte a partir de este sábado en el único permitido en la Unión Europea

  • La medida afecta a la mayoría de los aparatos, aunque los ordenadores portátiles tendrán hasta 2026 para adaptarse
  • Los fabricantes han tenido dos años para aplicar esta medida, que pretende reducir la basura electrónica

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Entra en vigor el cargador universal en la Unión Europea

A partir de este sábado, los cargadores universales USB tipo C son obligatorios en el territorio de la Unión Europea (UE) —y, por tanto, en España— para la mayoría de los aparatos electrónicos, al terminar el plazo de adaptación a la ley comunitaria.

Así, todos los teléfonos móviles, tablets, cámaras, auriculares, libros electrónicos, teclados, ratones, consolas, altavoces y sistemas de navegación se comercializarán con un cargador único. Los fabricantes han tenido dos años para adaptarse a esta medida sostenible, que se aprobó en octubre de 2022. No obstante, en el caso de los ordenadores portátiles, tendrán hasta el 28 de abril de 2026 para cumplir con la normativa.

La directiva también armoniza los requisitos de carga rápida y ofrece a los consumidores la opción de no recibir un nuevo cargador con cada compra de dispositivo, lo que podría ahorrarles hasta 250 millones de euros anuales. Las empresas deben, de esta forma, actualizar sus embalajes para mostrar claramente la información sobre las características de carga y lo que se incluye con cada compra.

Reducir la basura electrónica y facilitar las compras

Con la normativa, se pretende reducir la extracción de materias primas, las emisiones de CO₂ generadas en la producción de los cargadores y la basura electrónica que se generan cada año. Según las estimaciones de la Comisión Europea, el sistema que regía hasta ahora, en el que compartían espacio el USB 2.0 Micro B, el USB-C y el Lightning (exclusivo de Apple) gracias a un acuerdo voluntario de 2009, contribuía aún a generar hasta 11.000 toneladas al año de residuos.

Además de esto, la directiva también busca evitar la fragmentación del mercado de los dispositivos de carga, garantizar la comodidad de los consumidores e impedir que estos tengan que volverse 'cautivos' de un fabricante concreto al comprar sus dispositivos. "Seguiremos de cerca cómo se adaptan los fabricantes a estos cambios y esperamos con interés los estudios de la Comisión (Europea) sobre la evolución de la carga inalámbrica y los futuros requisitos de desagregación", ha dicho la presidenta de la Comisión de Mercado Interior del Parlamento Europeo, Anna Cavazzini, según recoge EFE.