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Más de dos millones de pedocriminales acechan a niños en internet para satisfacer sus perversiones sexuales

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  • Los depredadores sexuales se mueven por internet amparados en el anonimato que permiten las empresas tecnológicas
  • Durante cuatro años un equipo de periodistas ha investigado el modus operandi de la pedocriminalidad en ocho países

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Niña haciéndose una foto
Para los depredadores sexuales, Internet es un auténtico 'El Dorado'. © Memento Productions

Internet ha provocado la explosión de un delito mundial sin fronteras, la pedocriminalidad. Delante de sus pantallas, los niños son presas indefensas de los depredadores sexuales que, cobijados tras el anonimato, les engañan, chantajean y obligan a cumplir sus más depravados deseos. Durante cuatro años, un equipo de periodistas de investigación tuvo acceso a la información de la policía infiltrada en las redes en las que actúan los pedocriminales.

El documental A la caza de los pedocriminales es el resultado de cuatro años de investigación en ocho países y revela el abominable modus operandi de estos depredadores sexuales de menores y la lucha de las instituciones que trabajan para proteger a los niños.

Juicio a un pedocriminal

Juicio al pedocriminal Jan P., asesino de Ayleen, de 14 años, con la que había contactado por las redes. © Guilhem Touzery

El demonio navega por internet

Para los depredadores sexuales internet es un auténtico El Dorado. Los niños pasan entre tres y siete horas conectados en la red. Los pedocriminales tienen donde elegir: redes sociales, videojuegos, incluso sitios de citas, como el recientemente cerrado Omegle, cuyo lema era “habla con desconocidos”. “Si dejas a un niño solo con un Ipad, puede ser extorsionado”, asegura el profesor de Ciencias Informáticas de la Universidad de Berkley, Hany Farid

Tres de cada cuatro niños y adolescentes ha sufrido ciberacoso sexual

El fiscal general de Gessen, en Alemania, apunta que “los niños y adolescentes, a menudo, no se dan cuenta de que el mundo digital puede convertirse en real”. Pero los depredadores sexuales, sí. Es en la red donde urden sus sutiles maniobras para hacerse con sus presas.

Niño conectado a redes

Los niños europeos pasan entre tres y siete horas al día conectados a internet. © Franck Rabel

Un estudio de la ONG “We Protect Global Alliance”, realizado en 54 países, entre jóvenes de 18 a 20 años, muestra que uno de cada tres ha sido víctima de solicitud sexual en internet durante su infancia. Algunos depredadores sexuales se dirigen principalmente a chicas para conseguir fotografías o vídeos sexuales para su propio placer, utilizando el engaño pederasta, también conocido como “grooming”.

Dos millones y medio de pedocriminales

Los chicos adolescentes suelen ser víctimas de “sextorsión” o chantaje sexual. En cualquier caso, estas amenazas digitales están a la orden del día porque, en la actualidad, los expertos hablan de dos millones y medio de pedocriminales intercambiando una cantidad ingente de contenidos sexuales infantiles por la red. Desde 2009, cuando la ONU estimaba el número de estos depredadores sexuales en unos 750.000, la cifra se ha triplicado.

Ahora, hay comunidades de pedocriminales en internet y son muy peligrosos porque refuerzan sus impulsos y sus fantasías

Además, especialistas como el psicólogo y experto forense, Michael Bourke, advierte de que “ahora hay comunidades de pedocriminales en internet y son muy peligrosos porque refuerzan sus impulsos y sus fantasías”. En sus grupos de chats, la mayoría de los hombres intercambian consejos para captar y manipular a los niños, a fin de que produzcan contenidos íntimos con los que puedan amenazarlos y mantenerlos bajo su control.

Contenido pedófilo en redes.

Una de las páginas con contenido sexual infantil interceptadas por la policía. © Memento Productions

Perversiones sin límites  

La investigación ofrece unas cifras escalofriantes: Cada segundo se intercambian en Internet dos imágenes de violaciones de menores. También revela cómo los pedocriminales, ocultos tras seudónimos o suplantando identidades, superan todos los límites imaginables. En 2010, principalmente en Filipinas, surgió un nuevo fenómeno que sigue creciendo con los avances tecnológicos: el streaming en directo.

La comandante de policía y directora de Estrategia de la Oficina del Menor de Francia, Véronique Béchu, define esta práctica como “la solicitud y la compra online de sesiones en directo o grabadas de violaciones de niños, a veces, acompañados de actos de tortura o barbarie”.

Para la policía, la única forma de llegar a los pedocriminales, que contratan estos siniestros servicios, es la infiltración. La Oficina de Investigación de Seguridad Nacional, junto al FBI, introduce a sus agentes en estas redes oscuras donde, haciéndose pasar por depredadores sexuales, forjan relaciones con los traficantes de niños.

La primera traficante con la que hablé me dijo que podría hacer daño a sus hijos por la ridícula cifra de 10 dólares

En la mayor parte de las ocasiones, son las propias madres de los niños. “La primera traficante con la que hablé me dijo que podría hacer daño a sus hijos por la ridícula cifra de 10 dólares”, relata con incredulidad uno de los policías infiltrados. También explica que estos niños se ven obligados con asiduidad a estar tocándose delante de una cámara o siendo abusados sexualmente. “Son víctimas de los actos más abominables que podamos imaginar”, denuncia.

Los pedocriminales viven a nuestro lado

De las imágenes que analizan las fuerzas del orden especializadas se desprende que la edad de los niños que sufren agresiones sexuales es cada vez menor. De hecho, contenidos sexuales sobre nepiofilia o atracción sexual por los bebés están muy presentes en las redes.

Puede que la persona junto a la que nos sentamos en el metro sea un pedocriminal en internet

“Existen tutoriales sobre cómo abusar sexualmente de tu propio bebé sin dejarle marcas en el cuerpo”, revela la comandante de policía Véronique Béchu. Y prosigue, ofreciendo un dato inquietante: “Puede que la persona junto a la que nos sentamos en el metro sea un pedocriminal en internet”.

Amparados en ese anonimato, tanto en la vida real como en la red, estos depredadores sexuales cuentan con la pasividad de las empresas tecnológicas que hacen la vista gorda ante los contenidos abominables que hacen circular por internet. “Llevamos décadas luchando con la industria tecnológica para que haga lo mínimo exigible”, denuncia Farid.

La normativa tampoco ayuda lo que debería. “Muchos países imponen penas muy leves de uno, dos o tres años de cárcel a los individuos que promueven, pagan y consumen abusos sexuales retransmitidos en directo”, denuncia el director ejecutivo del Centro contra la Explotación Sexual Infantil en Internet, John Tanago. Tanto instituciones de protección infantil como policías especializadas exigen la erradicación de la impunidad de estos delincuentes sexuales y la rendición de cuentas por sus actos.