La reunión sobre Siria celebrada en Riad pone sobre la mesa la posibilidad de levantar las sanciones internacionales
- La comunidad internacional vincula el levantamiento de las sanciones al avance del proceso político
- La nueva Administración recuerda que las sanciones "fueron impuestas al antiguo régimen" y nada justifica su continuidad
La reunión internacional sobre Siria celebrada en Riad, capital de Arabia Saudí, ha concluido este domingo con el apoyo unánime de los países árabes y sus socios occidentales para una transición pacífica y ordenada, y ha puesto sobre la mesa la posibilidad de levantar las sanciones para impulsar el desarrollo del país.
El ministro de Exteriores de Arabia Saudí, Faisal bin Farhan, ha pedido que se levanten las sanciones internacionales contra Siria tras considerar que mantenerlas impedirá el desarrollo del país, inmerso en plena transición tras el derrocamiento de Bachar al Asad hace poco más de un mes.
Bin Farhan ha defendido esa propuesta al cierre del encuentro en la capital saudí, donde se ha reunido con los titulares de Exteriores y altos funcionarios de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, España y la alta representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, así como enviados de la ONU y la Liga Árabe.
También han participado en la cumbre los Estados vecinos de Siria —Irak, Jordania, Líbano y Turquía— así como Egipto, Catar, Kuwait, Baréin y Emiratos Árabes Unidos, y el anfitrión, Arabia Saudí.
Apoyo para cubrir las necesidades humanitarias básicas
La comunidad internacional ha prometido apoyo, sobre todo para cubrir las necesidades humanitarias básicas de Siria, si bien vincula el levantamiento de las sanciones al avance del proceso político, e insiste en que éste sea inclusivo y no excluya a ninguno de los componentes políticos, étnicos y confesionales del país árabe.
Sobre la posibilidad de levantar las sanciones a Siria, Kaja Kallas ha dicho que, para aliviar las sanciones de la UE, Siria deberá seguir un progreso "tangible" dentro de una transición política "que refleje toda su diversidad".
Sin embargo, la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, ha insistido en la necesidad de mantener las sanciones sobre los "responsables de los crímenes" cometidos durante la guerra en Siria, considerando que esto representa un "elemento esencial para lograr justicia".
La nueva Administración siria ha reiterado en las últimas semanas que las sanciones "fueron impuestas al antiguo régimen", por lo que nada justifica su continuidad tras su derrocamiento.
Preocupación por el posible resurgimiento del Estado Islámico
Los países también han mostrado su preocupación por el posible resurgimiento de la organización terrorista Estado Islámico (EI). En este sentido, los ministros árabes han subrayado la importancia de "reforzar la cooperación en materia de seguridad e inteligencia entre los países árabes para hacer frente a cualquier amenaza terrorista que emane del territorio sirio" y evitar que se extienda por el país y la región.
Por otro lado, varios países han mostrado en varias ocasiones su deseo de conocer de cerca la orientación y los planes de la nueva administración, liderada por el islamista Ahmed Al Sharaa, que capitaneó la coalición liderada por el Organismo de Liberación del Levante —antigua filial de Al Qaeda en Siria— que derrocó a Al Asad.
No obstante, Estados árabes, como Egipto, han sido reticentes en acercarse a la nueva Administración siria por desconocer sus futuros planes y orientación, aunque Al Sharaa, quien se desvinculó de Al Qaeda hace más de seis años, ha dicho en varias ocasiones que la nueva Siria no representará amenaza a ningún país.
En la reunión han recalcado también la necesidad de activar el papel de la Liga Árabe en el seguimiento de la implementación de las decisiones emitidas por esta reunión y trabajar en la coordinación de esfuerzos con las Naciones Unidas para garantizar el éxito de cualquier esfuerzo político acordado.